Preocupación en Argelia ante el curso de los acontecimientos en Naturgy, la cotizada pieza con la que busca hacerse Taqa, una empresa emiratí controlada por el emir de Abu Dabi, el todopoderoso Mohamed bin Zayed. Argel ya ha trasladado a la plana mayor de la compañía española que se opone a la oferta pública de adquisición de Naturgy por parte de Taqa, una operación sobre la que -a diferencia del revuelo que causó la irrupción del fondo soberano saudí en Telefónica- el Gobierno español no dado señales de oponerse.
Una de las razones de peso para que Argelia rechace abiertamente la operación y muestre su inquietud por el movimiento radica en lo que consideran los verdaderos intereses que mueven este intento de cambio de accionariado con el beneplácito del accionista de referencia, Criteria -el holding de Caixabank que posee el 26,7%-. “No son intereses comerciales los que se mueven detrás de todo esto”, deslizan fuentes argelinas consultadas por El Independiente. De hecho, el país africano señala abiertamente a su rival en el Magreb, Marruecos, como principal promotor e interesado en la opa sobre Naturgy.
“Es una maniobra de Marruecos”, advierten. Argelia asegura que la estrategia de opa ha sido diseñada en Rabat y obedece al plan de larga data de la monarquía alauí de "torpedear" y "socavar" en todo lo que pueda a su vecino. Desde los Acuerdos de Abraham auspiciados en 2020 por el entonces presidente estadounidense Donald Trump, la triple alianza de Emiratos Árabes Unidos, Marruecos e Israel ha estrechado sus lazos. El pasado diciembre, durante un viaje a Abu Dabi, Mohamed VI firmó con Bin Zayed una declaración que, bajo el título de "Hacia una asociación innovadora, renovada y consolidada entre el Reino de Marruecos y Emiratos Árabes Unidos", se comprometen a "explorar oportunidades de inversión en los sectores del agua, la energía y el desarrollo sostenible".
Entretanto, Argelia ha reducido a la mínima expresión sus relaciones con Rabat y Abu Dabi. El país no reconoce a Israel pero goza de lazos excelentes con otros jugadores clave de la región como Arabia Saudí y Qatar. Argel considera que Emiratos coopera activamente en las hostilidades de Marruecos, enfrentándose a los intereses argelinos en Libia y el Sahel.
Taqa controla el 38% de la demanda eléctrica en Marruecos
Argelia alega como principal prueba de que la opa que amenaza ahora a una empresa española considerada estratégica parte del otro lado del Estrecho los intereses que Taqa posee en Marruecos. La filial marroquí de Taqa -que desde diciembre de 2023 cotiza en la Bolsa de Casablanca bajo la denominación de Taqa Marruecos- es el primer productor privado de electricidad de Marruecos. Aporta el 38% de la demanda eléctrica del país y el 19% de su capacidad instalada. La compañía presume de ser clave en la estrategia del reino de bajas emisiones de carbono contribuyendo “al mix energético marroquí y el plan nacional del agua”. Desde Argelia se subraya una obviedad: Marruecos no es un país gasístico y su músculo económico es limitado, muy dependiente de la financiación externa.
Una entrada “fuerte” de Taqa en el accionariado de Naturgy podría poner en peligro el suministro de gas argelino a España
Argelia, primer exportador de gas del continente africano y quinto mundial por sus reservas, reivindica el gas como un combustible de transición en el proceso de reducción de los hidrocarburos para mitigar el calentamiento global. Desde la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia en febrero de 2022, el gas argelino ha ganado peso en Europa en mitad de la contrarreloj de los Veintisiete para eliminar su dependencia energética con el régimen de Vladimir Putin. La inquietud argelina por Naturgy tiene precisamente como epicentro el suministro de gas a España y los contratos suscritos por la española con Sonatrach, la petrolera estatal argelina. Según la última información comunicada por la empresa a los mercados en 2022, los actuales compromisos entre ambas partes están cifradas en 5.000 millones de metros cúbicos al año. Ambas partes se hallan actualmente negociando los precios para 2023, con carácter retroactivo, y 2024.
Fuentes conocedoras de las relaciones entre Sonatrach y Naturgy confirman a este diario que todos los canales están abiertos y que a través de los citados cauces se ha trasladado los motivos de la alarma argelina. En España son conscientes de que preservar la relación con Argelia resulta vital y que una entrada “fuerte” de Taqa en el accionariado de Naturgy podría poner en peligro el suministro de gas argelino que, subrayan estas fuentes, ha protagonizado un incremento en los primeros meses de este año hasta rozar el 40% por ciento del total de gas llegado a España, por delante del estadounidense o ruso. Argelia despidió 2023 como principal suministrador de gas natural a España gracias a sus 116.282 GWh, el 29,2% del total recibido.
La argelina Sonatrach posee el 4,1% de Naturgy
Para satisfacer el aumento de la demanda, Argel ha incrementado el flujo a través del Medgaz, el gasoducto submarino de gas natural entre Argelia y España que comenzó sus operaciones en 2011, y el envío de barcos metarenos. El gasoducto parte del campo de Hassi R'mel en Argelia en dirección hacia el puerto de Beni Saf, donde comienza el tramo submarino hasta la playa del Perdigal en la costa almeriense. Desde allí enlaza con el gasoducto ya existente hacia Albacete. La longitud total supera los 700 kilómetros. El gasoducto está gestionado por Sonatrach al 51%. El restante 49% se halla en manos de Naturgy. A ese interés común compartido se suma que Sonatrach posee el 4,1% del accionariado de la española.
Las relaciones entre Argelia y España se remontan a la década de 1970, cuando la dictadura de Francisco Franco apostó por establecer una relación gasística preferente con Argelia. Argel convirtió a España en la puerta de entrada del gas en Europa, un papel hoy disputado con Italia. La alianza de Naturgy y Sonatrach tiene su pilar en aquella época.
Una serie de lazos e intereses coincidentes que Argel aduce para subrayar que el interés de España no coincide con el de los impulsores de la opa. De hecho, aunque prefieren ser cautos y esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, fuentes consultadas por este diario no descartan que el país -a través de Sonatrach, la joya de la corona del poder económico argelino- pueda adoptar represalias o al menos adoptar una respuesta contundente. Esta semana una fuente de Sonatrach citada por Reuters amagó con la posibilidad de suspender el suministro de gas a Naturgy si finalmente tiene éxito la oferta de Taqa. Hasta ahora, Argel ha mantenido la venta de gas a España insistiendo en que, en ningún caso, no se vería afectada por la crisis política y diplomática que atraviesan las relaciones desde el histórico cambio de posición del Gobierno de Pedro Sánchez en el contencioso del Sáhara Occidental.
Atrapada en una batalla geopolítica
La compañía que preside Francisco Reynés niega ese escenario.”Nunca ha habido cláusulas en los contratos de suministro que se vieran afectadas por posibles cambios en el accionariado de cualquiera de las partes”, arguye la multinacional española. “De hecho, tales cambios accionariales se han producido en el pasado y no han tenido ningún impacto en la ejecución de los contratos”, añaden. Pero el intento de cambiar el accionariado ahora es especialmente sensible porque intervienen factores geopolíticos que sitúan a Naturgy en el centro de la rivalidad que protagonizan Marruecos y Argelia y que se ha trasladado a múltiples escenarios, desde la escalada armamentística hasta los proyectos de gasoductos que en paralelo tratan de impulsar Argelia y Marruecos desde Nigeria.
Accionariado actual de Naturgy
Naturgy está participada por Criteria Caixa (26,7%), CVC (20,7%), GIP (20,6%), IFM (15%), la petrolera estatal de Argelia Sonatrach (4,1%) y el resto de accionistas que componen el free float, que alcanzan casi el 13%.
Una de las incógnitas que quedan por dilucidar es la posición que adoptará el Ejecutivo español, en un contexto marcado por su oposición a que la teleco saudí STC -propiedad del PIF, el fondo soberano de Arabia Saudí- se convirtiera en el accionista de referencia de Telefónica y que provocó el desembarco de la SEPI en el accionariado de la compañía que dirige Álvarez-Pallete y su rechazo a la opa hostil lanzada esta misma semana contra el Sabadell por el BBVA.
Argelia asegura no querer interferir en las decisiones de política interna del Gobierno pero es plenamente consciente del contexto que rodea la opa de Taqa y menciona la ley que dado el papel estratégico de Naturgy en el sistema energético del país concede voz y voto a Moncloa en una operación de este tipo. Pero hasta ahora el Ejecutivo no ha emitido las señales de alarma que activó el pasado agosto con la jugada de los saudíes. “He hablado de la necesidad de estar vigilantes y garantizar la seguridad energética en defensa de los intereses estratégicos de España”, declaró la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. “Esto no significa vetar a ninguna empresa o inversor”. La propia Ribera recordó que España dispone de los mecanismos para proteger sus intereses cuando aprobó la opa parcial del fondo australiano IFM sobre Naturgy en 2021.
Al igual que en el caso saudí, no existen dudas sobre quien se halla detrás de Taqa, que ha reconocido hallarse en conversaciones con los tres mayores accionistas de Naturgy para la opa. De hecho, Criteria y Taqa han estado ultimando en las últimas semanas la fórmula de la opa para adquirir el 40% del capital en manos de los fondos CVC y GIP y pondrían presentar la documentación ante la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) esta próxima semana.
Si el escenario saudí tenía como urdidor el príncipe heredero Mohamed bin Salman, el dilema planteado ahora por Emiratos -con mecha marroquí, según Argelia- parte del emir de Abu Dabi y del presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed. Taqa es uno de sus vehículos empresariales. Cotiza en la Bolsa de Valores de Abu Dabi y el 75,1% de la empresa es propiedad indirecta del gobierno de Abu Dabi. En la actualidad, opera en 11 países de cuatro continentes. Los pormenores de su creación están ligados a la privatización del sector eléctrico e hídrico de Abu Dabi, uno de los siete emiratos que conforman el país. Nació en junio de 2005 en virtud de un decreto público.
La diferencia con el capítulo saudí es la crisis que enfrenta a España con Argelia y, por contraste, “las excelentes relaciones” que Moncloa ha establecido con el régimen alauí desde marzo de 2022 y la llegada masiva de inmigrantes a Ceuta que desató Rabat un año antes. Argelia asegura tener “la mejor disposición” para restablecer los lazos pero pide una relación global, que no se limite al aspecto económico, y que España regrese a la defensa del derecho internacional en el conflicto del Sáhara Occidental, respaldando su resolución en el marco de la ONU y en virtud del derecho a la autodeterminación. La misma posición que, recuerdan, Madrid tiene en la causa palestina, dos litigios con un trasfondo similar, un asunto de colonización. De cómo se resuelva ahora el sainete de Naturgy, el régimen argelino extraerá nuevas lecturas sobre si existe aún alguna esperanza con el Gobierno de Sánchez.
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