En Papúa Nueva Guinea, una avalancha provocada por el derrumbe de parte de una montaña ha ocasionado la muerte de, al menos, 670 personas en la población de Kaokalam. Además, hay 2000 sepultados. Según ha indicado la ONU, la inestabilidad del terreno y el difícil acceso al lugar, que está a 600 kilómetros de la capital del país -Port Moresby- van a complicar el operativo de búsqueda y rescate, que podría demorarse durante varios días.

"El Ejército de Papúa Nueva Guinea lidera los esfuerzos de búsqueda y rescate. La lejanía del sitio, el continuo movimiento del terreno y los daños a las carreteras de acceso están frenando los esfuerzos", apunta en un comunicado la oficina de la ONU en este país, ubicado en el océano Índico, al norte de Australia.

Decenas de casa quedaron sepultadas por una capa de entre seis y ocho metros de profundidad, que también golpeó a las carreteras y caminos que conectan con la localidad, lo que dificulta las labores de rescate y de ayuda a los supervivientes.

"Las autoridades gubernamentales se centran en limpiar los escombros y mejorar el acceso al lugar. Si bien aún no se conoce el número exacto de víctimas, las comunidades afectadas estiman que al menos 670 personas están desaparecidas. Esta cifra está sujeta a cambios ya que los esfuerzos de rescate están en curso y se espera que continúen durante días", remarca la ONU.

Los supervivientes y voluntarios retiran piedras a mano y tratan de excavar con palos y machetes en la densa lengua de tierra y rocas que ha dejado la avalancha, según se aprecia en vídeos desde el terreno publicados por el canal papuano NBC, que informan que dos personas fueron rescatadas con vida.

Miles de afectados

Un líder comunal de la región describió como "descorazonadora" la situación, en declaraciones al portal neozelandés Radio New Zealand. "Hay gente que todavía está enterrada. Puedes oírlos gritar (por ayuda)", apuntaba este papuano.

Alrededor de 4.000 personas viven en la zona donde ocurrió el alud, aunque las autoridades estiman que el número de personas afectadas es mayor, ya que el pueblo en el que ocurrió es un lugar en el que se refugian lugareños que huyen de conflictos y enfrentamientos tribales en aldeas cercanas. En paralelo a las tareas de rescate, la ONU y las autoridades locales también han desplegado una misión para atender a los damnificados.

"Se están preparando para su transporte y distribución los suministros de emergencia necesarios, incluidos refugios temporales, alimentos y agua", apunta en su comunicado la ONU al subrayar que se han establecido centros de evacuados en colaboración con las autoridades locales y las Fuerzas Armadas.

El área afectada suele padecer de lluvias intensas e inundaciones, y los desprendimientos no son inusuales en el país, en el que, pese a la riqueza en recursos naturales, una gran parte de sus más de nueve millones de habitantes vive en extrema pobreza y se encuentra aislada por déficit de comunicaciones e infraestructura, especialmente en lugares remotos como el de la actual catástrofe