Egipto sigue inamovible en sus líneas rojas: a la negativa a acoger refugiados en la península del Sinaí se une el rechazo a aceptar el control israelí en el lado palestino del paso fronterizo de Rafah. El ministro de Asuntos Exteriores Sameh Shukri, lo ha vuelto a vocear este lunes desde Madrid en plena escalada de la presión de los principales actores regionales para que Israel y Hamás acepten la propuesta de alto el fuego planteada el viernes por el presidente estadounidense Joe Biden.

“Resulta difícil que el paso fronterizo de Rafah siga funcionando sin una administración palestina”, ha declarado este lunes Shukri tras reunirse en Madrid con el ministro de Exteriores español José Manuel Albares. El régimen de Abdelfatah al Sisi se niega una vez más a tolerar la presencia de las tropas israelíes, que hace un mes tomaron el control fronterizo de Rafah y durante la última semana ha consolidado su control sobre el llamado corredor de Filadelfia, el tramo fronterizo entre Egipto y la Franja palestina de Gaza.

Precisamente Egipto e Israel tratan de avanzar en la reapertura del cruce fronterizo de Rafah. El fuego cruzado entre soldados israelíes y egipcios se cobró la vida de un agente egipcio la semana pasada. Delegaciones de Estados Unidos e Israel concluyeron este domingo en El Cairo una reunión en la que Egipto se mantuvo firme en su postura de que Israel debe retirarse del lado palestino del paso fronterizo de Rafah para que éste vuelva a funcionar, informó el domingo la cadena egipcia Al Qahera News citando a una fuente de alto rango.

Fin de la guerra

Por otro lado, Egipto es el país que junto a Qatar ha jugado el papel de mediador en las conversaciones indirectas entre Israel y Hamás. Shukri ha celebrado que las respuestas de Hamás a la propuesta de paz de Estados Unidos, Egipto y Qatar son "positivas" y están a la espera de una respuesta en firme del Gobierno israelí, donde el principal temor es ahora el ala más ultraderechista, que ha amenazado con tumbar el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu si se acepta la tregua. "Hay mucha comunicación", ha afirmado Shoukry, quien ha recalcado que ese alto al fuego debe ir acompañado de la retirada de las tropas israelíes del paso de Rafah. "Creemos que tiene que ser un punto en cualquier acuerdo que se firme", ha deslizado.

Uno de los principales escollos es el Gobierno israelí y sus dinámicas internas. Los ministros más ultra del Ejecutivo lo rechazan. En cambio, los más centristas como Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra, se han mostrado partidarios de alcanzar el acuerdo. A su juicio, la liberación de los rehenes en Gaza es una «responsabilidad moral» y un objetivo «prioritario» en la guerra.

En una población en su cuenta de la red social X, hizo hincapié en estos puntos al Secretario de Estado de EE.UU. Blinken durante una conversación teléfonica, añadiendo que Israel "agotaría cualquier oportunidad para lograr el objetivo". También ha señalado la importancia de que EE.UU. ejerza presión sobre los negociadores "para garantizar la aplicación del acuerdo propuesto por Israel".