Carece de escrúpulos y tiene una insaciable sed de poder. Jacek Kurski (Gdansk, 1966) orquestó la campaña electoral más sucia que se recuerda en Polonia. Corría el año 2005, hace ya casi 20 años, pero el objetivo de Jacek Kurski, y de Partido Ley y Justicia (PiS), en las presidenciales y legislativas, era Donald Tusk, que lleva años siendo la bestia negra de los ultraconservadores en Polonia. Jacek Kurski, que figura como número dos en Mazovia en la lista al Parlamento Europeo, se inventó que el abuelo de Donald Tusk, Józef, había servido como voluntario en la Wehrmacht.
Los ultranacionalistas de Ley y Justicia suelen retratar a Tusk como un lacayo de Berlín pero entonces Jacek Kurski fue más allá. La realidad era que Józef Tusk fue reclutado a la fuerza y desertó a los dos meses. Y el propagandista en jefe de los hermanos Kaczynski, todavía Lech, quien ganó entonces las presidenciales, lo sabía. "Eso de la Wehrmach es una mierda, pero vamos a entrar con ello porque la gente ignorante lo comprará", dijo en Tok FM antes de intervenir en un programa, según dijeron algunos invitados, según un reportaje sobre el personaje de TVN24.
Eso de la Wehrmacht es una mierda, pero vamos a entrar con ello porque la gente ignorante lo comprará"
JACEK KURSKI, SOBRE EL ABUELO DE DONALD TUSK
Después del debate presidencial aquel año, Tusk habría preguntado a Lech Kaczynksi, hermano del hombre fuerte de Ley y Justicia, que falleció en el accidente aéreo de Smolensk en abril de 2010, por qué mantenía a su lado "a ese hijo de puta". Supuestamente Lech Kaczynski respondió: "Puede que sea un hijo de puta pero prefiero tenerlo a mi lado". Cuando le preguntaron a Jacek Kurski por las palabras de Lech Kaczynski, aseguró que él siempre sería el "bulldog" de Kaczynski. Se non è vero, è ben trovato.
Al servicio de los Kaczyński
Con ese curriculum no es de extrañar que acabara como presidente de la Televisión Pública de Polonia, cargo que ocupó entre 2016 y 2022. Transformó la cadena pública en un órgano de propaganda al servicio de Jaroslaw Kaczyński, quien maneja los hilos en el Partido Ley y Justicia (PiS). Solo ha sido un año primer ministro, entre 2006 y 2007, y en esta legislatura es diputado, pero nadie tiene tanto poder como él en la ultraderecha polaca.
Los ultranacionalistas del PiS volvieron al poder en 2015, después de que se fuera Donald Tusk a Bruselas como presidente del Consejo Europeo, y se mantuvieron hasta las elecciones de otoño pasado. Entonces ganaron pero no con la suficiente fuerza para evitar que sumara la mayoría una heterogénea coalición abanderada por el conservador Donald Tusk, líder de Plataforma Cívica, con participación de la Izquierda y Tercera Vía (cristianodemócratas). Tras formar gobierno hace casi seis meses, Tusk quiso tomar los medios públicos para desmantelar el aparato de propaganda del gobierno saliente, basado en difamar a los opositores y propagar el odio.
En Polonia la campaña de odio se cobró una víctima política de gran relevancia: el alcalde-presidente de Gdansk, Paweł Adamowicz, en enero de 2019. Muchas figura de la izquierda acusaron directamente a Jacek Kurski por atizar los peores instintos.
La televisión pública, como una droga
Cuando fue designado como mandamás de la Televisión Pública de Polonia, aseguró: "La TVP siempre ha sido mi gran amor". En los 90 comenzó a hacer carrera en televisión a propuesta del jefe de Comité de Radio, Marian Terlecki. Hizo varios programas como Refleks, Lewiatan, Sprawa dla reportera. "La derecha conocía entonces la televisión como un cerdo conoce las esgtrellas. Y me enamoré de la televisión. Era para mí como una droga", decía Jacek Kurski. Y en su época al frente la convirtió en droga dura con campañas contra políticos e intelectuales opuestos al PiS.
Al mismo tiempo, la Televisión Pública compensó la pérdida de audiecia con programas de entretenimiento, como Sylwester Marzeń z Dwójką y Eurowizja Junior , y con "una oferta masiva, plebeya, teñida de contenido patriótico", en palabras de Bogusław Chrabota, director de Rzeczpospolita.
Todo empezó en Gdansk
La periodista Anne Applebaum, en un artículo publicado en The Atlantic titulado A warning from Europe, realiza un retrato muy detallado de Jacek Kurski, hermano de Jaroslaw Kurski, quien fuera director de Gazeta Wyborczka, en sus antípodas ideológicas. Su madre, Anna Kurska, fue juez y dirigente de Solidarosc.
Anne Applebaum, gran conocedora de Polonia y muy comprometida con lucha contra los populistas, califica a Jacek Kurski como el "principal ideólogo del Estado antiliberal polaco".
Apunta Applebaum cómo es clave tener en cuenta que los Kurski, el liberal y el iliberal, proceden de Gdańsk, en el mar Báltico, la ciudad de los astilleros donde libró su lucha Lech Wałęsa. En los 80, cuando empezaban en la vida adulta, la ciudad era el principal foco de la actividad anticomunista.
Los Kurski, el liberal y el iliberal
"En aquel momento concreto, en aquel lugar concreto, destacaban los hermanos Kurski. El senador Bogdan Borusewicz, uno de los activistas sindicales clandestinos más importantes de la época, me contó que su escuela tenía fama de ser zrewoltowane, es decir, de rebelarse contra el sistema comunista. Jarosław representaba a su clase en el parlamento escolar y formaba parte de un grupo que leía historia y literatura conservadoras. Jacek, algo más joven, estaba menos interesado en la batalla intelectual contra el comunismo y se consideraba activista y radical", escribe la periodista estadounidense, afincada en Varsovia, junto a su esposo, el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski.
El hermano mayor, Jarosław, fue secretario de prensa de Wałęsa en 1989 pero se dio cuenta cuando compitió y ganó la las presidenciales a finales de 1990 que no le interesaba la política. Conoció a Jaroslaw Kaczyński, que le pareció alguien obsesionado con las conspiraciones. Y aún no se había matado su hermano en Smolensk, que él siempre ha atribuido a una mano negra del Kremlin.
El primogénito de los Kurski dejó el puesto con el presidente y se unió a Gazeta Wyborcza, el germen de la prensa libre. Jacek le dijo a su hermano: "Eres idiota", por dejar la primera fila de la política. Incluso le sugirió a Jaroslaw que podría ocupar su puesto. Luego se revolvió contra el legendario líder de Solidaridad, probablemente porque nunca accedió a trabajar con él. A Jacek los hermanos Kaczynski, entonces cercanos a Wałęsa, sí que le fascinaban, sobre todo Jaroslaw, un auténtico Maquiavelo del Vístula.
"¿Es conservador?", relata Applebaum que preguntó a personas cercanas a Jacek. Una amiga de la familia le confesó que no creía que tuviera credo político alguno. "Quiere estar arriba", apuntaba.
El más joven de los Kurski cambió el canal público hasta hacerlo irreconocible"
ANNE APPLEBAUM, PERIODISTA, EN 'THE ATLANTIC'
En la legislatura de 2005 a 2009 fue diputado y luego ocupó diversos cargos e la radio pública. Estuvo en Bruselas y fue subsecretario de Cultura. Pero su momento llegó cuando Jaroslaw Kaczyński le nombra director de la televisión pública. "El más joven de los Kurski cambió el canal hasta hacerlo irreconocible. Despidió a los periodistas reconocidos por su independencia y reorientó la política del medio", apunta Applebaum.
Por ejemplo, en un anuncio de la cadena mostraban un fragmento de una rueda de prensa de un político opositor, Grzegorz Schetyna, a quien preguntaban por sus ocho años en el gobierno, entre 2007 y 2015. El político hacía una pausa y frucía el ceño. En ese momento el video termina, como si se hubiera quedado en silencio. En realidad, contestó, pero eso no lo veía el telespectador. Pero la TVP repitió varias veces ese corte para ridiculizar al opositor.
Así encontró Jacek Kurski su sitio. "Es el radical que lanza cócteles molotov figurativos a la multitud. El Estado antiliberal de partido único le viene como anillo al dedo. Y si el comunismo ya no está realmente disponible como un enemigo genuino para que él y sus colegas luchen, entonces habrá que encontrar nuevos enemigos", concluía Applebaum.
Es el radical que lanza cócteles molotov figurativos a la multitud. El Estado antiliberal de partido único le viene como anillo al dedo"
ANNE APPLEBAUM, EN 'THE ATLANTIC'
Para su desmedida ambición volver al Parlamento Europeo, donde ya estuvo en 2015 y 2016, parece un paso atrás. Pero ahora el PiS está en la oposición en Varsovia y quedan tres años y medio para las próximas elecciones legislativas. Además, no dispone de un aparato de propaganda tan eficaz como un medio público. En Bruselas tendrá inmunidad, por si fuera necesaria en caso de que salgan a relucir trapos sucios, y podrá urdir su siguientes maniobras. Quien sabe si no empezar a maniobrar para que la Presidencia siga estando en manos de Ley y Justicia. Es un arma muy cotizada para poner palos en las ruedas al gobierno que encabeza Tusk.
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