El secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken inicia este lunes una nueva gira por Oriente Próximo, la octava desde el inicio de la guerra el pasado octubre, para tratar de salvar la propuesta de alto el fuego presentada por Joe Biden, en mitad de la salida de Benny Gantz del Gobierno de Benjamin Netanyahu y de una operación militar israelí que rescató a cuatros rehenes vivos pero con un elevado coste de vidas palestinas, al menos de 274 personas.

En mitad de la continuación de la guerra y de las turbulencias en la escena política israelí, Blinken busca elevar la presión en ambos bandos para arrancar un cese de las hostilidades que proporciona también cierta tregua en Estados Unidos, en vísperas de las elecciones presidenciales de noviembre en las que Biden se juega la reelección frente a Donald Trump. En su agenda, figuran este lunes reuniones en Egipto e Israel con la gestión y reapertura del puesto fronterizo de Rafah, cuyo lado palestino ha estado ocupado por Israel desde principios de mayo, sobre la mesa. En El Cairo Blinken se reunirá con el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi mientras que en Israel será recibido por Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant.

Washington medita un acuerdo unilateral con Hamás

Esa propuesta, de tres fases, incluye un cese al fuego, intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, una retirada gradual de las tropas israelíes de Gaza y la puesta en marcha de un plan de reconstrucción del enclave palestino. Desde Washington no se descarta impulsar un acuerdo directo con Hamás para la liberación de los cinco rehenes estadounidenses si fracasan las conversaciones indirectos con Israel y Hamás, señala al cadena de televisión estadounidense NBC.

En mitad de esa ofensiva para lograr un alto el fuego, Estados Unidos ha decidido someter ese plan -que Biden dijo ser una propuesta israelí pero que Tel Aviv no termina de aceptar como propio- a una votación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. "Como hemos subrayado en repetidas ocasiones, la aplicación de este acuerdo permitiría un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes, la retirada de las fuerzas israelíes de las zonas pobladas en su primera fase, un aumento inmediato de la ayuda humanitaria y el restablecimiento de los servicios básicos, el regreso de los civiles palestinos al norte de Gaza, junto con una hoja de ruta para poner fin a la crisis por completo y un plan de reconstrucción plurianual respaldado internacionalmente", señala Nate Evans, portavoz de la embajada estadounidense ante la ONU.

Operación de rescate con 274 palestinos muertos

En medio de esos esfuerzos para avanzar en un acuerdo, los seis países árabes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) -Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Omán- han reclamado este lunes a Israel y Hamás que respondan "positivamente" a la propuesta de Biden. "El Consejo Ministerial (del CCG) pide abordar positiva y seriamente el anuncio del presidente estadounidense el 31 de mayo (…) para un acuerdo de alto el fuego y la retirada de Israel de la Franja de Gaza, la liberación de rehenes y prisioneros y el regreso seguro de los desplazados a sus hogares", dijo el comunicado.

Hamás, por su parte, ha señalado este lunes que está abierto a "cualquier propuesta que ponga a fin a la guerra" y ha solicitado a EEUU que ejerza su presión sobre Netanyahu. El sábado una operación del ejército israelí para rescatar a cuatro rehenes vivos dejó 274 palestinos muertos e hirió a 698 en Nuseirat, en el centro de Gaza. Según Hamás, otros tres rehenes anónimos, entre ellos uno de nacionalidad estadounidense, fallecieron a manos de las fuerzas israelíes durante la incursión, lo que ha sido desmentido por Israel.