Las elecciones europeas revalidaron el apoyo de los ciudadanos al Partido Popular Europeo (PPE). Su candidata a presidir la Comisión Europea (spitzenkandidat) es Úrsula Von der Leyen, que no solo es la favorita por ser ostentar ya este cargo, sino que ahora la refrendan los resultados de las urnas. Si la Comisión la preside una popular, los equilibrios entre partidos y regiones dejan la puerta abierta a que la cúpula del Consejo europeo sea para un socialista y el portugués Antonio Costa ya suena como candidato.

Fuentes comunitarias dan por hecho que la elección de los puestos clave será más sencilla en esta legislatura que en la anterior, cuando las negociaciones se alargaron y el consejo propuso al Parlamento elegir a una entonces desconocida Von der Leyen, que no formaba parte de las listas electorales, para presidir la Comisión Europea.

Su mano tendida a la ultraderecha, en especial, sus palabras sobre la colaboración con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, han hecho peligrar los apoyos de la alemana para repetir en el cargo. Sin embargo, y aunque “es pronto”, en palabras de la eurodiputada y presidenta de los socialdemócratas en el Parlamento europeo en la última legislatura, Iratxe García, los socialistas van a tener un papel de “jugar alianzas”, por lo que no se espera, y más después de su victoria, que fuercen otra candidatura distinta a la de Von der Leyen.

Por ello, los negociadores socialistas, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, centrarán sus esfuerzos en lograr que sea un socialista quien ocupe la presidencia del Consejo europeo, el órgano que reúne a los líderes de los gobiernos de los 27 estados miembros, y que preside hasta diciembre Charles Michel.

"Es evidente para nosotros que siendo la segunda fuerza y apoyando el principio del candidato principal, esperamos que el puesto de presidente del Consejo Europeo pueda ser definitivamente ocupado por uno de los nuestros", afirmó el lunes el secretario general del Partido de los Socialistas Europeos, Giacomo Filibeck.

El nombre que suena en los pasillos de Bruselas y que pronunció Filibeck es el de Antonio Costa, el que fuese presidente de Portugal. Costa, que dimitió en noviembre, contaría con el apoyo del actual presidente luso, Luis Montenegro, según publicó este lunes Reuters. “Si Antonio Costa es un candidato para este puesto, el gobierno portugués no solo le apoyará, sino que hará lo que sea necesario para asegurar que su candidatura es un éxito”, afirmó Montenegro.

Semanas antes de las elecciones, el nombre de Mario Draghi había comenzado a sonar como una figura de consenso que podría disputarle a Von der Leyen la presidencia de la Comisión Europea. Sin embargo, su mayor valedor era el francés Emmanuelle Macron, que atraviesa una crisis política nacional tras los comicios europeos que han dado a la ultraderecha unos resultados históricos en el país. Macron, que anunció la disolución de las cortes y la convocatoria de elecciones en Francia, tiene ahora menos peso a la hora de proponer a Draghi o a otro candidato, tras la debacle electoral de los liberales.

Si los resultados electorales dejan en muy buena posición a Úrsula Von der Leyen también lo hacen con Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo en la pasada legislatura. Fuentes próximas a la maltesa dan por hecho que es candidata a repetir en la próxima configuración de la cámara.

Alto representante de la Unión Europea

Pese haber comenzado esta semana las negociaciones y tener por delante todavía muchos meses, hay un ambiente tranquilo en la capital comunitaria y se da prácticamente por hecho que Von der Leyen asumirá la Comisión. Donde hay menos certidumbre es en cuanto al nombramiento del alto representante de la Unión Europea, un puesto que en la actualidad ocupa el español Josep Borrell.

Aquí entra en juego el equilibro regional. Si la presidencia de la Comisión está en manos de unos de los países del norte de Europa (Alemania) y Costa se hace con el Consejo, en representación de los europeos del sur, el este puede reclamar su sitio en el reparto de asientos. Según publicó Politico, una de las mejor posicionada en las quinielas es Kaja Kallas, la primera ministra de Estonia.

Si Kallas asume este cargo, no solo se cumpliría el reparto entre zonas geográficas, sino que además, los tres principales puestos en la cúpula de la Unión Europea estarían repartidos entre populares, socialistas y liberales, puesto que el partido de la estonia pertenece a la familia de Renew.