Por primera vez el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha intervenido este martes ante el Bundestag en Berlín, donde se está celebrando una cumbre sobre la reconstrucción de su país. Los diez diputados de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW, por sus siglas en alemán), y todos los parlamentarios de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), salvo cuatro, se han ausentado, ya que se oponen a la ayuda a Kiev, ya que creen que contribuye a la escalada.
Cuando estuvo en España, el pasado 27 de mayo, plantaron a Zelenski Bildu y Podemos, y alegaron problemas de agenda BNG y ERC. El Rey le ofreció un almuerzo en el Palacio Real y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, prometió que España daría 1.000 millones más a Ucrania.
Bajo la cúpula de cristal, obra de Norman Foster, Zelenski ha dicho: "La Europa dividida nunca fue pacífica y la Alemania dividida nunca fue feliz". Estaban presentes el canciller, Olaf Scholz, y el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. "Por eso hacemos todo lo posible para que no surja un muro entre las partes de nuestro país".
Zelenski ha agradecido al gobierno federal alemán la entrega de sistemas Patriot, "que han ayudado a salvar miles de vidas" y su acogida a cintos de refugiados ucranianos.
La derecha radical y los rojipardos, pro Kremlin
En el caso de la República Federal de Alemania a Zelenski ha de preocuparle esta discrepancia de la derecha radical y el grupo de los rojipardos de Wagenknecht por dos razones: por un lado, en caso de que gane Donald Trump en Estados Unidos y la ayuda de EEUU descendiera, sería Alemania quien más tirara de los aliados para seguir asistiendo a Kiev.
El visto bueno a la entrega de los Leopard 2 y el envío de sistemas de defensa aérea como los Patriot han sido vitales para Ucrania, como ha reconocido Zelenski ante los diputados alemanes. Por otro lado, los contrarios a la ayuda, tanto la AfD como los rojipardos, han obtenido buenos resultados en las europeas.
Alternativa para Alemania ha sobrepasado a todos los partidos que forman parte del gobierno en las elecciones europeas, en las que ha quedado segundo después de los conservadores de la Unión (CDU y CSU). Los socialdemócratas se han hundido por debajo del 14%.
Ha sido también una sorpresa cómo ha irrumpido la coalición de Sahra Wagenknecht, que ha logrado seis eurodiputados en su primera prueba en las urnas. La derecha radical y los rojipardos abogan por negociar con Putin el fin de la guerra cuanto antes. Sin embargo, no instan al líder ruso a que se retire de los territorios que ha ocupado en Ucrania, lo que realmente haría posible el fin de la guerra.
"El tiempo de los compromisos pasó (...) en el momento en que Putin quemó nuestras ciudades", ha dicho Zelenski, que destacó que Rusia sólo podrá "sanar" si asume su responsabilidad histórica. De todas formas, el presidente de Ucrania ha recalcado que la diplomacia puede tener su oportunidad en la cumbre que se celebra en Suiza el próximo fin de semana. La ausencia de Rusia y China, sin embargo, hace que el foro difícilmente llegue a buen término.
Conversaciones de adhesión en junio
En Berlín, en la cumbre de la reconstrucción que sigue este miércoles, Zelenski ha insistido en que su país necesita ayuda para volver a poner en pie la infraestructura energética, objetivo de los ataques de las fuerzas del Kremlin. Zelenski ha revelado que la mitad de la producción eléctrica ha quedado destruida.
Ucrania recibirá 1.500 millones de euros en concepto de ingresos por activos congelados rusos en julio y 1.900 millones de euros en el marco del Mecanismo Ucrania ya este mes, según ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Además, Von der Leyen ha confirmado que las conversaciones de adhesión con Ucrania para entrar en la UE comenzarán a finales de este mes, al haber cumplido Ucrania todos los requisitos de reforma necesarios para poder ser miembro del bloque.
Scholz, debilitado, promete seguir ayudando
El socialdemócrata Olaf Scholz, muy debilitado tras los peores resultados del SPD, afronta un año largo de final de legislatura complicado. A diferencia del presidente francés, Emmanuel Macron, o del primer ministro británico, Rishi Sunak, Scholz no va a convocar elecciones anticipadas. Macron seguirá siendo presidente pase lo que pase, y a Sunak le quedaban solo unos meses y su competidor es el laborismo, aunque la derecha radical tiene ahora como referente a Nigel Farage, que decidió presentarse, tras las dudas iniciales.
En Alemania irán paso a paso. En otoño se celebran tres elecciones regionales, en Sajonia, Turingia y Brandeburgo, tres Länder del Este, donde la AfD no para de subir. Scholz se puede ver tentado de adoptar políticas más restrictivas en cuestiones migratorias, como ya ha anunciado, para ganar votos por la derecha, y de presionar para que se llegue a una salida negociada en Ucrania, para dejar de perder por la izquierda.
Scholz también ha dado luz verde a la ayuda siempre con la vista puesta en evitar una escalada. De ahí que aún no haya entregado los misiles Taurus, con 500 km de alcance. Alemania no va a participar con instructores militares en la formación de tropas en Ucrania, pero sí lo hace en su territorio. Zelenski vistió el martes un centro de entrenamiento en el Land de Mecklemburgo-Antepomerania, donde se adiestra a los soldados ucranianos en el manejo de los sistemas de defensa aérea Patriot.
Temor a la victoria de Trump
Para los intereses del presidente de Ucrania sería un golpe mortal si el gobierno de Berlín no adoptara un papel de timón en caso de que Trump venza y decida que a EEUU no le interesa mantener su asistencia a Kiev. Los miembros de la Cámara de Representantes leales a Trump ya bloquearon durante meses una ayuda de 60.000 millones de dólares a Ucrania, que finalmente salió adelante gracias a que permitió el voto el presidente de la Cámara, Mike Johnson. A Donald Trump no le importaría sellar un pacto con Putin y presentarse como el artífice de la paz con Rusia, a costa de los ucranianos, que tendrían que ceder territorio.
Alemania es el segundo proveedor más important de armas a Ucrania. Hasta la fecha, Berlín ha donado material militar por valor de 15.000 millones de euros. Este año se han presupuestado 7.100 millones de euros, aunque el ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha solicitado 3.800 millones de euros más. Para 2025, se han destinado 15.000 millones de euros de apoyo militar a Kiev, aunque el debate presupuestario aún está en ciernes.
A pesar de las presiones de los apaciguadores, sospechosamente nada críticos con el belicismo de Putin, el canciller Scholz dijo recientemente en The Economist que Alemania seguirá ayudando a Ucrania "el tiempo que sea necesario" al tiempo que reconocía que Putin no es de fiar y ha demostrado que no tiene reparos en arrasar lo que se pone a su paso.
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Lo que hay es que negociar y dejarse de esta inutil matanza y de los riesgos cada vez mas evidentes de escalada.
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Hay que firmar la paz