Alemania ha dado un giro tectónico en su política de seguridad y defensa. Cambió su Constitución para establecer un fondo de 100.000 millones de euros para modernizar su Ejército y en 2024 va a cumplir el objetivo de dedicar más del 2% del PIB a defensa. "Nuestro objetivo es convertir a la Bundeswehr en la fuerza convencional más fuerte de Europa", escribía recientemente el canciller federal, Olaf Scholz, en The Economist. Es lo que ha denominado el Zeitenwende, un cambio de era histórico.
Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial Alemania cuenta con una brigada de combate estacionada de forma permanente fuera de sus fronteras, en Lituania. En Padrabé, a menos de diez kilómetros de la frontera con Bielorrusia, tropas alemanas han estado al mando a finales de mayo en unas maniobras llamadas Grand Quadriga 24, las mayores en las que ha participado la Bundeswehr desde la agresión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022.
"El contraste no puede ser mayor con la marcha de la Wehrmacht de Adolf Hitler sobre Lituania hace 83 años, que convirtió ese país y otros estados de Europa Central y Oriental en bloodlands, según el término acuñado por el historiador Timothy Snyder. Esta vez, las tropas alemanes están presenten en son de paz, para defender la libertad y disuadir a un agresor imperialista, y en unión con los aliados lituanos", apuntaba el canciller alemán en ese texto.
Para que el Ejército alemán pueda ser efectivo en la defensa de su territorio y de los aliados, ha de estar "preparado para la guerra", en palabras del ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius. "Hay que restructurar la Bundeswehr de tal manera que esté óptimamente posicionada incluso en caso de emergencia, en caso de defensa, en caso de guerra", dijo Pistorius al presentar su plan de renovación de las Fuerzas Armadas alemanas en abril pasado.
"A nadie debería ocurrírsele atacar el territorio de la OTAN. Es lo que queremos transmitir". El fin es disuadir al agresor, no llevar a cabo acciones ofensivas. Antes de finalizar esta década, Pistorius pretende que la Bundeswehr sea tan fuerte o más que otros Ejércitos europeos de primera fila, como el británico o el francés.
A nadie debería ocurrírsele atacar el territorio de la OTAN. Es lo que queremos transmitir"
BORIS PISTORIUS, MINISTRO ALEMÁN DE DEFENSA
En este contexto, Pistorius ha presentado este miércoles un nuevo modelo de reclutamiento ante la Comisión de Defensa del Bundestag. Es un primer paso para recuperar el servicio militar obligatorio, que fue eliminado hace 13 años. Cada años se enviará un cuestionario a unos 400.000 jóvenes varones. Será solo a los hombres porque habría que reformar la Ley Fundamental para incluir a las mujeres.
Actualmente, el artículo 12a dice: "A partir de los 18 años, los hombres pueden ser obligados a servir en las Fuerzas Armadas, en la Guardia Federal de Fronteras, o en una organización de defensa civil".
De los 400.000 que completen el formulario, unos 100.000 podrían estar interesados y la décima parte, unos 40.000 podrían ser llamados a filas. Los someterían a un examen físico. Servirían entre seis y 12 meses. El problema es que actualmente apenas hay capacidad para formar a unos 7.000 reclutas. Sin que sea un modelo igual que el anterior, el ministro considera que no funcionará sin componentes obligatorios.
El modelo sueco
Pistorius parece que se inspira en el modelo de Suecia, donde se recuperó el servicio militar obligatorio en 2018, tras haberlo abolido en 2010. Las dificultades para encontrar vocaciones militares explican este paso. Esta formación militar obligatoria para hombres y mujeres es de 11 meses de duración. Lo combina con el servicio voluntario. En realidad, lo realiza solo un reducido grupo de los jóvenes que cumplen la mayoría de edad elegidos en virtud de varios criterios.
En Finlandia, los hombres son llamados al servicio militar al cumplir los 18 años. La duración oscila entre los seis y los 12 meses. Una vez concluido, entran en la reserva hasta los 60 años. Para las mujeres es voluntario. En tiempo de guerra, Finlandia, con 5,5 millones de habitantes, cuenta con 280.000 efectivos, lo que supone un elemento disuasorio de peso.
Noruega y Estonia, como Finlandia, tampoco suprimieron el servicio militar obligatorio al finalizar la Guerra Fría. Los otros dos Países Bálticos, Letonia y Lituania, que se sienten especialmente amenazados por Rusia, lo han reintroducido.
La Bundeswehr se redujo el año pasado a 181.500 soldados. En el Military Strength Ranking 2024, Alemania está entre los 20 primeros países. EEUU encabeza la lista, seguido de Rusia y China. El Reino Unido, en sexto lugar, es el país europeo más destacado.
El presidente de la Asociación de la Bundeswher, el coronel André Wüstner, decía a la web del Tageschau que las necesidades de personal de las Fuerzas Armadas alemanas están muy por encima de los 203.300 soldados que en principio se han fijado. Al menos, se precisarían 240.000 efectivos, incluso más, dado que hay misiones adicionales y más compromisos con la OTAN desde la agresión rusa.
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