Tienen posiciones duras contra la inmigración, se han pronunciado en contra de la agenda verde europea y defienden valores nacionalistas. Sin embargo, los líderes de ultraderecha tienen posturas contrarias en cuanto a la invasión rusa de Ucrania y la ayuda que la Unión Europea debe brindar al país gobernado por Volodímir Zelenski. Tanto la francesa Marine Le Pen, como la italiana Giorgia Meloni se sitúan políticamente a la derecha de los populares europeos, lo mismo ocurre con el primer ministro de Hungría, Víktor Orban, pero la guerra de Ucrania es un punto clave para diferenciar sus postulados. 

Además, esta es la línea roja que marcó la futura presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, durante la campaña como spitzenkandidat para el Partido Popular Europeo (PPE). Von der Leyen, que abrió la puerta a continuar negociando con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dijo que ella negociara con quien cumpliese tres requisitos: ser pro Europa, ser pro Ucrania y respetar el estado de derecho. Estas condiciones cerraban la puerta a los húngaros de Fidesz y también a los franceses de Reagrupación Nacional, pero la mantenían abierta para los Hermanos de Italia (en ECR).

Esta división en la ultraderecha se plasmaba en la anterior legislatura en la división entre dos grupos políticos en el Parlamento Europeo: Identidad y Democracia, por un lado; y, Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), por el otro. Ahora, y según anunció Orbán este domingo, podría haber un tercer grupo que uniría los intereses de varios partidos ultra del centro de Europa. De momento, están representados Hungría, la República Checa, Austria y también Portugal, ya que Chega ha sido de las últimas incorporaciones. Pero para conformarse como grupo, deberán contar con el apoyo de partidos de otros tres estados miembros.

ECR: Hermanos de Italia, Vox y el PiS

Seguridad, defensa y protección de la soberanía nacional son algunas de las prioridades que los reformistas y conservadores escriben en su carta de presentación. Además, hay unanimidad en la condena de Rusia y en el envío de ayuda a Ucrania. Aunque hay diferencias entre los de Meloni y Vox, por ejemplo, más ligado a valores cristianos y al anticomunismo, como el PiS polaco, hay más consenso entre los líderes de los partidos que forman este grupo que entre los de ID.

Se trata de formaciones ultra que han ido modulando su discurso a medida que se han ido acercando a las instituciones. No están contentos con cómo funciona la Unión Europea pero están dispuestos a liderar propuestas para reformarla a su gusto, defienden, además, el papel de la OTAN. En cambio, los euroescépticos de ID optan por dinamitar las instituciones.

En materia económica también se observan diferencias, Vox defiende ahora un mayor proteccionismo, tras la salida de diputados liberales de sus filas. Pero Meloni no ha querido involucrarse en la misma forma que lo ha hecho Le Pen (cuya formación está en ID) en mítines de la formación española, en los que también ha participado Javier Milei.

No obstante, como publica este martes El Independiente, Vox estaría acercándose más al discurso de Orbán, que durante la pasada legislatura europea estaba en el grupo de los no inscritos. Como se comentaba anteriormente, desde Fidesz están recabando apoyos internacionales para consolidar un tercer grupo de ultraderecha.

ID: euroescépticos y cercanos a Putin

Este robo de eurodiputados por parte de Orbán estaría teniendo un claro perjudicado y es ID, el grupo que en la anterior legislatura enmarcaba a los partidos más ultras y más cercanos a Putin. De hecho, durante los últimos años, el primer ministro húngaro se ha convertido en una pesadilla en las instituciones europeas, donde no oculta su proximidad al líder ruso, Vladimir Putin. Ha bloqueado el envío de ayuda al gobierno de Kiev siempre que ha podido y se opone radicalmente al ingreso de Ucrania en la UE.

Orbán no formaba parte de este grupo -fue expulsado del PPE-, en el que sí están el partido que ha ganado las elecciones en Francia, Agrupación Nacional, o Lega, la formación de Matteo Salvini. Se trata de formaciones, igual que Fidezs, más próximas a Putin y, por ende, al partido del líder húngaro, que ahora aspira a construir su propia familia política. También formaba parte de ID, Alternativa por Alemania (AfD), antes de que su líder fuera expulsado tras unas declaraciones polémicas sobre las SS.

Dentro de ID se encuentran los postulados más extremos de la ultraderecha y del nacionalismo. Son más duros en su discurso y también mucho más críticos con las instituciones. Pero un caso destacable es el de Le Pen, que ante sus posibilidades de llegar al Elíseo, se presenta como más moderada. La política francesa se desligó de la marca 'Frente Nacional' en 2018 y rompió con ese legado de la plataforma creada por su padre, Jean-Marie Le Pen. Con la intención de mostrarse más potable al público, ya con la derecha clásica en retroceso. Él, entre otros aspectos, hacía gala de un perfil antisemita.

La configuración de los grupos se debe completar esta semana y esta debe comunicarse a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. El primer pleno se celebrará en Estrasburgo el próximo 16 de julio y, entonces, las diferencias entre los discursos, las propuestas y los egos de cada partido tendrán que estar repartidos en familias políticas.