La calma de París se verá interrumpida este fin de semana con un despliegue policial sin precedentes. Gérald Darmanin, ministro del Interior, ha decidido movilizar a 30.000 policías para garantizar la seguridad durante la segunda vuelta de las elecciones legislativas. Este impresionante operativo se concentrará en la capital y su extrarradio, donde más de 5.000 agentes crearán un cordón de seguridad para prevenir cualquier intento de alteración del orden.

Después de una primera vuelta de elecciones relativamente pacífica el pasado 30 de junio, las expectativas para la segunda vuelta son diferentes. Las autoridades temen que la tensión acumulada se desborde tras conocerse los resultados definitivos. “Con el fin de que ni la ultraderecha ni la ultraizquierda creen desorden”, ha subrayado Darmanin, justificando así este imponente operativo.

Episodios de violencia en las legislativas

La campaña electoral ya ha dejado un rastro de violencia. Este miércoles 3 de julio, la portavoz del gobierno, Prisca Thevenot, y su equipo fueron víctimas de un ataque mientras pegaban carteles en Meudon, París. Thevenot ha declarado: “Todo sucedió muy rápidamente. Nos encontrábamos en medio de una actividad de campaña cuando, de repente, un grupo comenzó a insultarnos y a lanzarnos objetos”. Afortunadamente, el incidente no dejó heridos graves, pero la sensación de inseguridad persiste entre los militantes.

Darmanin, visiblemente afectado por estos hechos, declaró en France 2 este miércoles por la noche que “está ocurriendo algo que propicia la liberación de la violencia”. Sus palabras reflejan una preocupación creciente por la escalada de agresiones en un clima político cada vez más polarizado.

Ni Le Pen, Ni Mélenchon

El ministro del Interior ha sido claro en su postura respecto a los extremos políticos. “Hay que parar al RN, es una necesidad, pero no por el precio de votar a la Francia Insumisa”, ha dicho con determinación. Darmanin ha enfatizado los peligros de apoyar a los partidos extremistas, instando a la moderación y a la construcción de un centro político sólido. Todo con el temor a los disturbios que puedan ocurrir después del 7J.

En sus declaraciones, el ministro también se ha descrito como “un hombre de derechas que ha apoyado lealmente al presidente de la República durante siete años. Creo que hay que reconstruir”. Es un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad, dentro de un clima de crispación política.

En un entorno donde la incertidumbre y la tensión política parecen estar a la orden del día, el gobierno francés apuesta por una demostración de fuerza para asegurar que la democracia prevalezca sin sobresaltos. La próxima cita electoral será un verdadero test de resiliencia para el país.