El presidente francés, Emmanuel Macron, ha avisado este miércoles de que solo nombrará un primer ministro una vez que las fuerzas políticas francesas hayan logrado un compromiso para "construir una mayoría sólida", algo que la izquierda, primera fuerza en la Asamblea Nacional, rechaza tajante.. Mientras tanto, el actual gobierno continuará ejerciendo sus responsabilidades.

En una carta a la ciudadanía que se publicó mientras llegaba a Washington para participar en la cumbre de la OTAN, el presidente francés argumentó que la naturaleza de estas elecciones, "marcadas por una clara demanda de cambio y de reparto del poder", obliga a construir "una coalición de base amplia".

Esa concertación, que hasta la fecha parece un rompecabezas imposible, requerirá "dar a las fuerzas políticas un poco de tiempo para elaborar estos compromisos con calma y respeto mutuo", indica la misiva presidencial, que fue divulgada a través de diversos medios regionales.

Hasta entonces, la intención de Macron es mantener el gobierno actual, encabezado por Gabriel Attal, pese a que la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP) exige el nombramiento de un primer ministro que salga de sus filas desde el mismo domingo, a pesar de que sus 182 diputados están muy lejos de la mayoría absoluta de 289 que les garantizaría la gobernabilidad.

Macron, de hecho, defendió hoy que nadie ganó realmente las elecciones, ya que "ninguna fuerza política obtuvo por sí sola una mayoría suficiente".

Lo que han elegido los franceses en las urnas, sintetizó Macron, es el "frente republicano", que excluye a la extrema derecha y potencialmente también a la izquierda más radical de La Francia Insumisa (LFI), incluida dentro del NFP junto al Partido Socialista (PS), los ecologistas y los comunistas.

La izquierda acusa a Macron de no respetar las urnas

"Es el regreso del veto real al sufragio universal. Pretende dar tiempo a formar otra coalición intrigando después de las elecciones", criticó en la red social X Jean-Luc Mélenchon, fundador de LFI.

"No está a la altura de la historia. Más solo que nunca, Emmanuel Macron maltrata. Arrojó a Francia en brazos de la extrema derecha, lo evitamos. Ahora el Nuevo Frente Popular debe gobernar. El Presidente debe aceptar la democracia", opinó en la misma red social la diputada Clémence Guetté, uno de los nombres que han sonado entre las posibles propuestas a primer ministro desde el campo de LFI.

Por su parte, la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, acusó al presidente de evitar reconocer los resultados de las elecciones y recordó que fue él el único que decidió la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones anticipadas.

Más moderados en tono se mostraron los socialistas, pero el primer secretario del partido, Olivier Faure, que ya ha dicho públicamente que estaría listo para asumir la labor de primer ministro, aseveró que Macron no puede actuar como si las elecciones no hubieran ocurrido.

Además, consultado sobre una maniobra que excluya a LFI para poder gobernar, Faure ratificó que él ha apostado por "la unión de la izquierda" y prometió no cambiar de postura, ya que quienes buscan dividirla, en realidad, lo quieren es que no gobierne y aplique su programa.

Un gobierno que incluya a LFI no es una opción que contemplen los diputados del centro macronista -el gran perdedor de los comicios, al dejarse cerca de 100 escaños, pero aún clave en la formación de un gobierno-, que hoy ha vuelto a recordar las líneas rojas que no aceptarán sobrepasar.

"Si hay un solo ministro del LFI tumbaremos ese ejecutivo inmediatamente", alertó este miércoles a los periodistas la ministra saliente de Igualdad, Aurore Bergé, del ala más derechista del partido de Macron, Renacimiento.

En la misma línea se pronunció Laurent Wauquiez, el recién designado líder parlamentario de la derecha clásica de Los Republicanos (LR), que tiene 68 diputados sumando a sus aliados.

"No habrá alianza con el Nuevo Frente Popular", aseguró Wauquiez, quien abogar por excluir tanto a la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen como a La Francia Insumisa de Mélenchon.

Por su parte, la ultraderecha lepenista -que después de acariciar una victoria contundente se tuvo que conformar con la posición de tercera fuerza al sumar junto a sus aliados 143 escaños- también ha cargado contra la postura de Macron.

"Este circo se está volviendo indigno", lanzó Le Pen en sus redes sociales, tras remarcar que, en su carta, Macron propone "bloquear a LFI" de la misma manera en que se hizo cordón sanitario a sus diputados en las legislativas.