De la represión de las manifestaciones en solidaridad con la Franja de Gaza y la persecución judicial de los manifestantes a las aulas universitarias. El último de los incidentes que exhiben las tensiones entre el establishment marroquí y la opinión pública ha tenido como escenario una entrega de diplomas en una universidad marroquí y la negativa del decano de concederle el galardón a una joven por llevar una “kufieh”, el pañuelo palestino.

El episodio, captado por los asistentes, se ha vuelto viral en Marruecos. El vídeo muestra una anodino acto de graduación de la Escuela Superior de Tecnología de Casablanca. La ceremonia se desarrolla con normalidad hasta que llega el turno de la estudiante que lleva sobre sus hombros un una “kufieh” como muestra de solidaridad con el pueblo palestino. Tras nombrar su nombre y llegar al escenario, el decano de la Facultad de Ciencias de Ben M'sik, que depende de la Universidad Hasán II de Casablanca, Mohamed Talbi, se acerca a la joven y le pide que se retire el pañuelo antes de entregarle el diploma. Ante la negativa de la estudiante, el funcionario abandona el escenario y deja el acto.

Cancelación de graduaciones

Los hechos ocurrieron el pasado sábado y desde entonces han corrido como la pólvora por las redes sociales, entre muestras de indignación. La joven recibió finalmente el título de manos del director de la escuela entre aplausos y la ovación del público. Para algunos, el incidente es una muestra más de los intentos de las autoridades de preservar las relaciones con Israel establecidas tras los Acuerdos de Abraham en diciembre de 2020 y que han permitido a Marruecos acceder a tecnología militar israelí e impulsar los negocios bilaterales. La semana pasada se hizo pública la compra de un satélite espía israelí por parte del régimen alauí.

El episodio se ha convertido en objeto de rifirrafe político. El ex ministro de Justicia, el islamista Mustafa Ramid, calificó al decano de “cobarde que no merece el puesto de decano, que está desprovisto de humanidad y que no merece respeto”. En el Parlamento, el ministro de Enseñanza Superior, Abdellatif Mirauí, trató de esquivar la polémica: “Creo que es la opinión personal del profesor y no quiero entrar en este debate. Quizás se equivocó y cualquier persona puede equivocarse”.

Los estudiantes de la escuela en la que se produjeron los hechos han tildado de “deplorable e inaceptable” el comportamiento del decano. Una denuncia que también ha suscrito el principal sindicato de las universidades marroquíes. Parte de la oposición política del reino también ha mostrado públicamente su indignación. Desde hace semanas otras universidades y facultades marroquíes han suspendido sus graduaciones ante el temor de que se produjeran muestras de solidaridad con Palestina y manifestaciones en contra de los lazos con Israel.

El episodio se produce en un contexto marcado por las manifestaciones celebradas en varias ciudades marroquíes exigiendo el fin de la normalización con Israel. El pasado mayo activistas marroquíes denunciaron el enjuiciamiento y condena con penas de hasta cinco años de prisión de varios activistas por protestar contra los lazos del país con Israel en las calles del país o las redes sociales.

Una opinión pública en contra de la normalización con Israel

En 2020 Marruecos normalizó relaciones con Israel en los conocidos como Acuerdos de Abraham que también firmaron Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán con la mediación de la administración estadounidense de Donald Trump. Desde entonces las autoridades marroquíes se han convertido en un estrecho aliado de Israel entre los países árabes, con la participación del ejército magrebí en ejercicios militares israelíes o las visitas recíprocas de delegaciones de funcionarios de ambos países.

En los primeros compases de la operación militar israelí en Gaza el régimen marroquí mantuvo el mutismo absoluto. El rey alauí tardó 53 días en romper su silencio sobre los acontecimientos en Gaza, cuando sus súbditos denunciaban desde hacía semanas en las calles el "genocidio" en territorio palestino. El monarca habló vía comunicado "las flagrantes violaciones" cometidas por Israel en su ofensiva militar. "Las represalias militares israelíes en Gaza han puesto en evidencia violaciones flagrantes de los dispositivos del derecho internacional", estableció.

Su mutismo -para algunos, justificado por décadas de relación oficiosa de palacio con Israel- se ha convertido junto a sus prolongadas ausencias en objeto de crítica por la disidencia local. “No entiendo el silencio de Mohamed VI. Por ser el príncipe de los creyentes [Amir al Muminin, en árabe] tiene que romper sus relaciones con Israel. Es una obligación religiosa que él tiene”, denunció en una entrevista a este diario Mohamed Ziane, un ex ministro de 82 años que se halla desde hace año y medio en prisión por sus dardos contra la Casa Real. “El Papa Francisco tiene declaraciones más serias que él, que es el emir de los creyentes del Islam”, añadió. “Él sabrá por qué no habla públicamente. Entiendo que es por la misma razón por la que Pedro Sánchez en España no puede hablar sobre Marruecos y decir la verdad. Es lo que sucede cuando hay presiones”.

El apoyo de los marroquíes a la normalización de relaciones con Israel se redujó de un 30 % al 13 % en los últimos dos años, según una reciente encuesta del Barómetro Árabe. No obstante, la cooperación entre Marruecos e Israel no es nueva a pesar del reciente establecimiento de relaciones oficiales entre ambos países. Hasán II se sirvió de la experiencia israelí para la construcción del muro de 2.720 kilómetros que separa los territorios del Sáhara ocupados por Rabat y los liberados por el Frente Polisario. Y a cambio Rabat espió las reuniones de la Liga Árabe al servicio de Tel Aviv. Hace justo un año la Casa Real marroquí ventiló una carta de Netanyahu en el que reconocía la soberanía marroquí sobre el territorio en disputa del Sáhara Occidental, antigua colonia española y considerada por la ONU como "territorio no autónomo" pendiente de descolonización.