"Una decisión inesperada, inoportuna y contraproducente". Así, sin medias tintas, califica Argelia el movimiento comunicado por el Gobierno francés de apoyar el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, la ex colonia española ocupada por Rabat desde 1975. La medida abre una nueva brecha en las siempre complicadas relaciones entre París y Argel, con los ecos de su azarosa independencia.

"El gobierno argelino se ha enterado con gran pesar y profunda desaprobación de la decisión inesperada, inoportuna y contraproducente del gobierno francés, que apoya de forma inequívoca y sin reservas el plan de autonomía para el Sáhara Occidental en el marco de la soberanía marroquí", ha reconocido el ministerio de Asuntos Exteriores argelino en un comunicado en el que arremete con dureza contra el apoyo galo al expansionismo de Mohamed VI.

A diferencia de lo que sucedió con España -que hace dos años no informó a las autoridades argelinas de su histórico cambio de posición en el litigio del Sáhara-, Exteriores argelino ha admitido que "la decisión fue comunicada oficialmente a las autoridades argelinas por las autoridades francesas en los últimos días". "Las potencias coloniales, antiguas y nuevas, saben reconocerse, comprenderse y tenderse la mano", critica con el recuerdo fresco del colonialismo francés y su amarga resistencia a la independencia de Argelia. El movimiento galo no ha sido confirmado aún por Rabat o París. Francia ha mantenido tradicionalmente mejores relaciones con Rabat y se halla en plena recuperación de esos lazos tras la crisis que provocó el espionaje con Pegasus de Marruecos a Emmanuel Macron y parte de su Gobierno.

Refuerza "un punto muerto"

"La decisión francesa es claramente el resultado de un cálculo político dudoso, de un a priori moralmente cuestionable y de interpretaciones jurídicas que nada apoya ni justifica", juzga la diplomacia argelina. "Esta decisión francesa no contribuye a crear las condiciones para un arreglo pacífico de la cuestión del Sáhara Occidental, sino que refuerza un punto muerto, creado precisamente por el llamado plan de autonomía marroquí, que dura desde hace más de diecisiete años», subraya la nota.

"A pesar de que la comunidad internacional está convencida desde hace tiempo de que la cuestión del Sáhara Occidental se inscribe indudablemente en un proceso de descolonización que hay que completar, esta decisión francesa pervierte y distorsiona los hechos al avalar un hecho colonial y dar un apoyo injustificable a la soberanía discutida y discutible de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental", agrega el duro comunicado.

A su juicio, resulta "tanto más inoportuna cuanto que emana de un miembro permanente del Consejo de Seguridad que debe actuar de acuerdo con las decisiones de este órgano de manera particular y con la legalidad internacional de manera general". "Por último, mientras la situación actual es testigo de una movilización de buena voluntad en el seno de Naciones Unidas para dar un nuevo impulso a la búsqueda de una solución al conflicto del Sáhara Occidental, la misma decisión francesa es contraria a estos esfuerzos, cuyo despliegue frustra y obstaculiza en interés de la paz, la estabilidad y la seguridad en la región"», deploró.

Para Argelia, el movimiento del Elíseo "no contribuye en absoluto al objetivo de paz en el Sáhara Occidental sino que ayuda a prolongar un callejón sin salid; y justifica y ayuda a consolidar el hecho colonial consumado en este territorio". Argel, en plena precampaña de las elecciones presidenciales del próximo septiembre, lanza una advertencia a París: "El gobierno argelino extraerá todas las consecuencias que se derivan de esta decisión francesa, de la que el gobierno francés es el único responsable total y absoluto".