El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, ordenó este viernes retirar los campamentos del estado donde viven miles de personas sin techo. Es una decisión radical pero amparada por la justicia: en junio, el Supremo de Estados Unidos sentenció que las ciudades pueden prohibir a los indigentes dormir en la calle. La decisión fue chocante para el país porque abría la puerta a que miles de personas fuesen castigadas por no tener ningún sitio al que ir, sin ofrecerles una alternativa.
En el fallo la mayoría conservadora del tribunal explicó que penalizar que los ciudadanos duerman en espacios públicos como parques y calles no constituye un "castigo cruel ni inusual", ni siquiera cuando una persona carezca de techo o refugio, ni siquiera cuando no tenga otro lugar donde resguardarse. "El de los sintecho es un tema complejo", escribió el juez Neil M. Gorsuch en la sentencia. De nuevo, las tres juezas progresistas del Supremo votaron en contra que el resto de sus compañeros.
Pero la decisión no solo radicaba en la complejidad del problema, también, como tantas veces en este país, estaba muy relacionada con el entendimiento de las libertades. El alto tribunal permitió que las ciudades encuentren sus propias soluciones porque considera que la Constitución no restringe los derechos de los estadounidenses para decidir su "política de mendigos". Paradójicamente, el fallo no hace referencia al derecho de esas personas, también estadounidenses en gran parte, a decidir dónde vivir o dónde dormir cuando no tienen casa.
Un gobernador demócrata abraza una sentencia conservadora
Lo llamativo del anuncio del viernes de Gavin Newsom es cómo un gobernador demócrata ha abrazado la decisión de los jueces conservadores del Supremo, cuando habitualmente suele criticarlas. Que a solo tres meses de unas elecciones presidenciales un demócrata aplauda una decisión conservadora es llamativo, pero lo es más en esta ocasión, cuando su partido se juega mucho después de que el actual presidente renunciara a presentarse hace solo unos días, y de que el atentado contra su opositor, Donald Trump, haya impulsado la intención de voto entre los republicanos.
Para Newsom, la sentencia otorga "autoridad para limpiar los campamentos inseguros de nuestras calles". Sin embargo, los abogados de las familias que llevaron el caso a los tribunales consideran que dormir no es un crimen, y que penalizar a quienes no tienen alternativas no es una solución, aunque sí estaban de acuerdo con que las autoridades restrinjan dónde pueden establecerse tiendas de campaña, con que desmantelen campamentos demasiado grandes o incluso con multar a quienes se opongan a estas medidas.
La sentencia otorga "autoridad para limpiar los campamentos inseguros de nuestras calles"
Gavin Newsom, gobernador de California
En Estados Unidos más de 600.000 personas no tienen dónde vivir, y casi la mitad duermen en la calle, según datos del Gobierno. Es un problema al que el país lleva años haciendo frente, y que se da de forma especialmente pronunciada en la zona de la costa oeste, donde el fuerte crecimiento del precio de la vivienda ha echado a muchas personas vulnerables de sus casas. Uno de cada tres de estos sintecho están en California, con las ciudades de Los Ángeles y de San Francisco especialmente afectadas. En ambas los precios de la vivienda están entre los más altos del país, y en ambas las leyes no dan derecho a un techo.
Los expertos opinan que hay evidencia de que decisiones similares no han servido en el pasado para reducir el problema, y que en este caso sucederá lo mismo. En ese sentido, un estudio realizado en tres campamentos de Los Ángeles ha concluido que desmantelarlos puede que parezca que soluciona el problema durante unos meses, pero que no tiene mucho o ningún efecto a largo plazo. Sobre la a veces recurrente queja de que son migrantes, otro estudio, en este caso de la Universidad de California, ha revelado que el 75% son locales que han perdido sus casas y viven en las mismas ciudades que donde residían.
Otros expertos han recalcado que lo que California tiene es un problema de precios de vivienda, y mientras no tome decisiones para aliviar esa crisis, el problema seguirá siendo el mismo, aunque esté en un lugar diferente. O peor, puesto que cuanto más tiempo estén estas personas viviendo en la calle, sufrirán más las consecuencias, en forma de deterioro de su estado de salud físico y psicológico y de su capacidad de readaptación e inserción.
Pero la solución no es sencilla. California ha invertido mucho en programas para los sintecho, pero no tiene suficiente vivienda de emergencia para ellos, y la ley no obliga a reubicar a las personas en albergues ni nada parecido. Y cuanto mayor es la ciudad, mayores son los problemas que enfrenta: en San Francisco solo el año pasado hubo 800 incendios provocados por personas que vivían en la calle e intentaban calentarse o cocinar; las enfermedades se están extendiendo, y los campamentos son una fuente de basura importante.
Un nuevo frente electoral
La decisión está dividiendo a los demócratas de California. Algunos alcaldes han decidido empezar a desmantelas los campamentos, pero otros consideran que la decisión del Supremo abre la puerta a tomar medidas inhumanas para resolver una crisis que es mucho más compleja. Y probablemente en cuestión de días el problema también estallará a la presumible candidata demócrata a las elecciones, Kamala Harris. Los republicanos ya han criticado a Newsom por el estado en el que se encuentra su territorio y por intentar llevarse el mérito del fallo del Supremo, que durante mucho tiempo ellos han perseguido.
Todo esto podría salpicar también al Newsom del futuro, quien podría aspirar a presidente. El demócrata trata de recordar que su administración ha dedicado 24.000 millones de dólares en resolver el problema de los sintecho, y que su última decisión no busca que solo se desmantelen los campamentos, sino también que los gobiernos locales hagan su parte a la hora de proporcionar alojamiento y servicios a las personas que lo necesitan. "El estado ha trabajado duro para hacer frente a esta crisis. Simplemente, no más excusas. Es el momento para que todo el mundo haga su parte", ha dicho el gobernador en un mensaje en X, antes Twitter.
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