Indulto real para tres de los rostros de la represión que ha ahogado la libertad de prensa en Marruecos. Mohamed VI ha indultado a última hora de este lunes a los periodistas Suleimán Raisuni, Omar Radi y Taoufik Bouachrine, condenados a 5, 6 y 15 años de cárcel, respectivamente, por supuestos delitos sexuales en juicios censurados por la comunidad internacional.

Con motivo de la celebración de los 25 años de reinado y como marca la tradición en las principales festividades del calendario nacional, Mohamed VI ha concedido el perdón real a 2.476 condenados, ha detallado el ministerio de Justicia marroquí en un comunicado difundido por la prensa oficialista.

Los tres reporteros a los que se ha otorgado el indulto representan el castigado periodismo independiente en Marruecos. Bouachrine, antiguo redactor jefe del periódico local independiente Ajbar al Youm, fue detenido en febrero de 2018, y cumplía hasta ahora una condena de 15 años de prisión por numerosos cargos de agresión sexual y tráfico de personas.

Condenas censuradas por la comunidad internacional

Por su parte, Raisuni fue sentenciado a un lustro entre rejas en 2021 por "asalto sexual" contra un hombre homosexual por unos hechos que se remontan a 2018, cuando el reportero realizaba un reportaje sobre la comunidad gay, una orientación sexual penada en el país magrebí.

La víctima lo denunció dos años después y Raisuni fue arrestado en mayo de 2020. No asistió a la mayor parte de las audiencias del juicio en primera instancia, celebrado entre febrero y julio de 2021, ni tampoco acudió el día de la lectura de la sentencia, porque cumplía entonces una huelga de hambre que duró 118 días. El periodista fue redactor jefe del diario independiente Ajbar al Youm.

La ONG Amnistía Internacional ha criticado en varias ocasiones la condena a este periodista y afirma que fue encarcelado "únicamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión". 

Especialmente notorio es el caso de Omar Radi, un periodista de investigación marroquí espiado primero con programas como el israelí Pegasus y luego procesado y encarcelado en virtud de acusaciones falsas de delitos sexuales. Fue condenado a seis años de prisión. Supuestamente violó a una colega periodista, en un juicio en el que resultó condenado también el único testigo de los hechos, su colega Imad Stitou, sentenciado a seis meses de prisión por no denunciar el delito y que abandonó Marruecos tras la sentencia de primera instancia.

Radi estaba también perseguido en el mismo procedimiento por atentar contra la seguridad del Estado por "recibir fondos extranjeros relacionados con servicios de espionaje", pero en la sentencia primó la condena más dura, la de la agresión sexual.

El grupo de trabajo de la ONU ha tildado de “detenciones arbitrarias” las de Radi y de sus colegas Soulaiman Raissouni y Taoufik Bouachrine y reclama su liberación inmediata y sin condiciones así como una indemnización por los daños ocasionados. El hostigamiento de las fuerzas de seguridad se ha extendido también a sus familiares.

El acoso, además, cuenta con la participación activa y entusiasta de los medios de comunicación -tras el cierre de Al Ajbar al Youm en abril de 2021 no queda ya periodismo independiente-, que han llegado a ventilar imágenes e informaciones vinculadas a la intimidad de periodistas y activistas, con la doble finalidad de hacerles callar y lanzar un mensaje de advertencia a otros potenciales disidentes. La grave violación de los derechos vinculados a la libertad de expresión motivó en enero de 2023 una histórica resolución del Parlamento Europeo, en medio del escándalo por los presuntos sobornos a europarlamentarios cometidos por Qatar y Marruecos. El PSOE evitó entonces apoyar la resolución condenando la represión de los reporteros.

Las promesas de democratización que alumbraron la llegada al trono de Mohamed VI han resultado un espejismo. Y uno de los campos en los que ese fiasco resulta aún más evidente es la libertad de expresión. En la actualidad, al menos una docena de periodistas se hallaba en prisión. Marruecos ocupa la posición 135 de 180 países en el Índice Global de Libertad de Expresión que elabora anualmente Reporteros Sin Fronteras. Los ataques al periodismo libre e independiente son hoy muy similares a los que acontecen en otras autocracias del mundo árabe, como Egipto o las monarquías del golfo Pérsico.

Otros indultados

El rey también ha indultado a Reda Taoujni, un youyuber marroquí condenado el pasado febrero a dos años de cárcel por difamar al ministro de Justicia, Abdellatif Ouahbi, en relación con un caso de narcotráfico conocido como 'Escobar del Sáhara', según las fuentes consultadas por Efe.

Asimismo, ha concedido la gracia a Hicham Mansouri, sentenciado en 2015 a diez meses de prisión por "adulterio" y cuyo proceso fue criticado por Reporteros Sin Fronteras afirmando que hubo irregularidades en el proceso, indicaron las fuentes.

El medio marroquí Hespress afirma asimismo que otro de los indultados es Yusuf el Hirech, condenado el pasado mayo a 18 meses de prisión por "insultar a un funcionario público, insultar a organizaciones establecidas y distribuir información emitida de manera confidencial sin el consentimiento de su propietario". Esta condena, confirmada el jueves pasado, se basó en una serie de comentarios difundidos por El Hirech en su página en Facebook entre 2023 y 2024.

El mismo diario, de corte oficialista, cita como indultada a Afaf Bernani, condenada en 2018 a seis meses de cárcel por "difamar a la policía" tras haber negado haber sido agredida sexualmente por su antiguo director, el periodista Taufik Bouachrine, indultado también este lunes

Una represión al alza

Con modus operandi que suponen un regreso a décadas pasadas, el aparato de seguridad marroquí controla férreamente a los medios de comunicación y decide lo que puede o no ser contado y cómo hacerlo. “Los medios de comunicación marroquíes pueden parecer diversos, pero se trata de una fachada. Los medios no reflejan la diversidad de la opinión política en Marruecos”, señala Reporteros Sin Fronteras en su informe anual.

La ausencia de Mohamed VI, enfermo y con largas estancias en el extranjero, ha dejado el poder en manos de los servicios de inteligencia y el majzén, el círculo más cercano al monarca. Como resultado, el régimen ha recrudecido el ataque a periodistas y restos de miembros de la sociedad civil, desde defensores de los derechos humanos hasta activistas e intelectuales.

Human Rights Watch asegura haber documentado “decenas de condenas de periodistas y activistas por cargos relacionados con la libertad de expresión, en clara violación de sus derechos”. “Estos juicios continúan y las autoridades han perfeccionado un enfoque diferente para los críticos más destacados, procesándolos por delitos no relacionados con sus declaraciones, como blanqueo de dinero, espionaje, violación y agresión sexual, e incluso trata de personas”, agregan desde la citada organización.