Lleva 17 años sobre la mesa y Marruecos lo ha convertido en una obsesión, en la vara de medir que prueba la amistad o enemistad de un país extranjero. El plan de autonomía para el Sáhara Occidental fue presentado por la dictadura alauí en 2007 ante la ONU para tratar de enterrar el derecho a la autodeterminación del Sáhara Occidental, la ex provincia española ocupada por Marruecos desde 1976.

Una estrategia diplomática criticada por algunos por "agresiva" y "contraproducente" a la que se ha rendido este martes la Francia de Enmanuel Macron, el valedor histórico de las aspiraciones expansionistas de Rabat, pero que había titubeado hasta ahora en dar el paso que en 2020 ejecutó el entonces presidente estadounidense Donald Trump.

Estados Unidos

El expresidente estadounidense Donald Trump abrió la veda tras años de parálisis del plan de autonomía, considerado por muchos observadores "poco realista" por la naturaleza autocrática del régimen marroquí. Cuando estaba a punto de dejar la Casa Blanca, reconoció en diciembre de 2020 la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y aseveró que la propuesta de autonomía de Rabat era la "única base" para "una solución justa y duradera para una paz y prosperidad perdurables", en un gesto coordinado y vinculado al reconocimiento de Israel por algunos países árabes, entre ellos, Marruecos y Emiratos Árabes Unidos.

Desde que Joe Biden tomara el testigo, la posición estadounidense en el contencioso del Sáhara Occidental ha sido una incógnita. Oficialmente no se ha revertido la posición de Trump de reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la ex colonia española. Sin embargo, el año pasado el Departamento de Estado estadounidense abrió una brecha en esa postura al declarar que el plan de autonomía propuesto por Rabat es tan solo “uno de los muchos enfoques posibles”. Es la posición de matices que los demócratas han mantenido desde entonces.

España

En marzo de 2022, Sánchez siguió los pasos de Trump y, en un giro que quebró 47 años de neutralidad activa en un conflicto del que España es parte responsable como potencia administradora del territorio, reconoció el plan de autonomía como la propuesta "más seria, realista y creíble" para solucionar el diferendo. El respaldo a Rabat llegó para tratar de superar una de las peores crisis diplomáticas en años, provocada por la acogida en España por razones humanitarias del líder del Frente Polisario Brahim Gali.

La introducción del “más” situó a España en la vanguardia del respaldo a las tesis marroquíes. Una posición en la que el PSOE se halla en absoluta soledad, como han mostrado desde entonces sucesivas votaciones en el Congreso de los Diputados.

Francia

El presidente galo Enmanuel Macron ha sucumbido este martes de finales de julio a una exigencia que había planteado Rabat para iniciar la reconciliación tras la abrupta crisis que causó el espionaje al francés y parte de su gabinete por Pegasus a manos de los servicios de inteligencia marroquíes. El episodio incluyó una acalorada conversación telefónica entre Macron y Mohamed VI, que pasa buena parte del tiempo en París pero que desde entonces ha sido desterrado del Elíseo.

"Para Francia, la autonomía bajo soberanía marroquí es el marco en el que debe resolverse esta cuestión. Nuestro apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007 es claro y constante", apuna el mensaje firmado por Macron y filtrado este martes por Rabat. "Es ahora la única base para lograr una solución política justa, duradera y negociada, conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", agrega.

Alemania

Berlín ha tratado de jugar un papel más contenido, sin el entusiasmo de España y ahora Francia, tras protagonizar otra crisis diplomática con Rabat. En agosto de 2022 la diplomacia germana consideró el plan de autonomía "una buena base" para lograr una solución al conflicto. Así lo manifestó su ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, en una visita a Rabat. La jefa de la diplomacia, perteneciente a Los Verdes y muy criticada por su gestión del conflicto palestino-israelí desde octubre, aseguró ser conscientes del rol "grande e importante" de la cuestión del Sáhara Occidental en un Marruecos que ha supeditado todas sus relaciones internacionales al asunto.

Bélgica

Una postura muy similar es la adoptada por Bélgica. En abril de 2024, el primer ministro belga, Alexander De Croo, recalcó en Rabat el respaldo de su país al plan de autonomía marroquí, que calificó de una "base sólida" para resolver el conflicto. "Bélgica es consciente de la importancia existencial de este punto para Marruecos", esbozó.

América Latina

La diplomacia alauí, con Naser Burita a la cabeza, ha tratado de pescar en América Latina, un continente que tradicionalmente ha reconocido a la República Árabe Saharaui Democrática del Frente Polisario. En octubre de 2022 Guatemala aseguró que el proyecto autonomista marroquí representa la "única solución" posible para solventar el conflicto en boca de su viceministra de Relaciones Exteriores de Guatemala, Ava Atzum Arévalo. "Apoyamos plenamente a Marruecos y a su iniciativa de autonomía en el Sáhara, que consideramos la única solución a este diferendo", agregó. Le secundó un mes después, también desde Rabat, El Salvador.

Israel

Marruecos lo buscaba desde que en diciembre de 2020, por mediación estadounidense, el país árabe e Israel anunciaran la histórica normalización de sus relaciones. En julio de 2023, 950 días después de ese pacto, Marruecos aseguró haber recibido una carta del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en el que reconocía la soberanía marroquí sobre el territorio en disputa del Sáhara Occidental, antigua colonia española y considerada por la ONU como "territorio no autónomo" pendiente de descolonización.

"Su majestad el rey Mohamed VI, que Dios le asista, ha recibido una carta del primer ministro del Estado de Israel, su excelencia el Sr. Benjamin Netanyahu. Por esta carta, el primer ministro israelí señala a la muy alta atención de su majestad el rey, que Dios Le asista, la decisión del Estado de Israel de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental", detalló el despacho publicado por la Casa Real alauí. El entonces ministro israelí de Exteriores, Eli Cohen, manifestó que "este paso reforzará las relaciones entre los países y los pueblos y la continuación de la cooperación para profundizar la paz y la estabilidad regionales".

Países árabes, su verdadero granero de apoyos

A diferencia de Palestina, el Sáhara Occidental es un tema ampliamente desconocido para las sociedades árabes. Sus regímenes, en su mayoría autocráticos, son el verdadero granero de apoyos de la monarquía alauí. El Consejo de Cooperación de los Estados del Golfo -el club que incluye a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait y Omán- apoyo sin reservas las tesis expansionistas de Marruecos. La Liga Árabe, del que forman parte 22 países de la región, también respalda la soberanía de Rabat sobre el Sáhara Occidental y no ha aceptado la adhesión de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), con Argelia como principal valedor.

África, otro territorio disputado

África había sido hasta el principal caladero de apoyos a la RASD, por mediación de Argelia y su enorme e histórica influencia en el continente. La RASD forma parte de la organización de la Unión Africana (UA) como Estado fundador y miembro. Durante años ausente, Marruecos regresó a su seno en 2017. Se había retirado en 1984 en protesta por la inclusión de los representantes del pueblo saharaui. La estrategia de Burita ahora es ir penetrando en África, con el apoyo de sus actuales valedores -Costa de Marfil, Senegal o Gabón- y enfrentándose al bloque de reconocimiento de los saharauis que lideran Sudáfrica y Argelia.