El Centro Carter, el más importante de los autorizados por el régimen chavista para participar como observador en las elecciones presidenciales de Venezuela, ha dicho que el proceso "no se adecuó" a los parámetros y estándares internacionales de integridad electoral, por lo que "no puede ser considerada como democrática".

"El Centro Carter no puede verificar o corroborar la autenticidad de los resultados de la elección presidencial declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela", ha dicho en un comunicado el Centro Carter, según informa la agencia Efe.

El Consejo Nacional Electoral, dirigido por Elvis Amoroso, dio a conocer unos resultados parciales a medianoche del domingo, hora venezolana, que daban la victoria a Nicolás Maduro con un 51,2% de los votos frente al 44,2% del opositor Edmundo González Urrutia, avalado por María Corina Machado. Pero no entregó las actas ni en ese momento ni después.

La oposición liderada por Machado y González asegura que las actas que ha logrado por su cuenta confirman el triunfo de su candidatura de forma arrolladora. Según sus datos, cerca del 70% de los votantes avalaron la candidatura de Edmundo González Urrutia. Sin embargo, siguen exigiendo que el régimen entregue todas las actas, una demanda común a la mayoría de la comunidad internacional, desde la Unión Europea a Estados Unidos. El martes, el presidente Joe Biden y el brasileño Lula da Silva coincidieron en esta petición a Maduro.

Apenas seis días antes de la votación, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, que ha cerrado filas con Maduro, recibía a una representación del Centro Carter, del que decía: "Es un centro que tiene un prestigio ganado, no solamente en tareas de elecciones sino en tareas de impulso a la democracia y a la resolución de conflictos". Elogiaba la seriedad de la institución.

La organización que lleva el nombre del ex presidente de EEUU Jimmy Carter destaca que el CNE, que ha dado por ganador al oficialista Nicolás Maduro a falta de más de dos millones de votos por computar, no ha anunciado los resultados desglosados por mesa, lo que "constituye una grave violación de los principios electorales". Explica que el proceso electoral "no ha alcanzado los estándares internacionales de integridad en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional".

Libertades restringidas y parcialidad

De acuerdo con el Centro Carter, la elección "se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación" y durante del proceso, las autoridades del CNE "mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición".

Agrega que, la actualización del registro de electores "se realizó con numerosos inconvenientes", como "plazos muy cortos, relativamente escasos lugares de inscripción y una mínima campaña de información y difusión públicas". Destaca cómo en el exterior los ciudadanos se enfrentaron a "barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero". De hecho, de los cerca de ocho millones de venezolanos que vienen fuera del país apenas el 1% pudo ejercer su derecho al voto.

Además, el registro de partidos y candidatos "tampoco se adecuó a estándares internacionales" y, en años recientes, las formaciones opositoras "han sufrido intervenciones judiciales en desmedro de sus liderazgos social y políticamente más reconocidos para beneficiar a personas afines al gobierno, influyendo sobre la conformación de sus candidaturas".

La organización también recuerda, "de manera aún más importante", que la inscripción de la candidatura de las principales fuerzas de oposición "se halló sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales que adoptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos".

El Centro Carter destaca que la campaña electoral se desarrolló "con un notable desequilibrio a favor del Gobierno en todos los campos. La candidatura oficialista contó con muy amplios recursos, lo que se tradujo en la gran desproporción de mítines, murales, vallas y afiches a su favor".

A pesar de todo, el Centro Carter observa que la ciudadanía venezolana se movilizó masiva y pacíficamente el 28 de julio para expresar sus preferencias y la jornada de votación "transcurrió de una manera cívica, pese a restricciones en el acceso a recintos para observadores nacionales" y a "testigos de partidos".

"Estos esfuerzos fueron desmerecidos por la ausencia de transparencia del CNE en la difusión de los resultados", señala la organización. La misión fue invitada para observar la elección presidencial de 2024 y firmó un memorando de entendimiento para garantizar que la misión pudiera observar libremente de acuerdo con sus estándares.

El Centro Carter desplegó 17 expertos y observadores a partir del 29 de junio, con equipos en Caracas, Barinas, Maracaibo y Valencia. Aún está pendiente el informe final de la comisión, cuyas conclusiones adelantan en el comunicado.