Las elecciones presidenciales en Venezuela marcan un punto de inflexión para la izquierda latinoamericana. Líderes tan destacados como el colombiano Gustavo Petro, el guatemalteco César Bernardo Arévalo de León, o el chileno Gabriel Boric, todos de izquierdas, han puesto en duda la reelección de Nicolás Maduro, debido a la falta de transparencia del proceso electoral. Demandan que se entreguen las actas electorales para que se pueda verificar quién ganó realmente el domingo 28 de julio, algo que también pide el brasileño Lula da Silva, hasta ahora firme defensor del régimen chavista. El mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, asegura que "no hay pruebas sobre el fraude".
Tanto Maduro como la oposición se atribuyen la victoria en un escenario de gran incertidumbre, que ha derivado en violencia: el Foro Penal constata 11 muertos y 429 detenidos. En numerosas ciudades de Venezuela se derribaron estatuas de Hugo Chávez en un gesto que ha hecho soñar a muchos con el fin del régimen.
Ex presidentes destacados de la región como el argentino Alberto Fernández y la chilena Michelle Bachelet, también de izquierdas, insiste en que se hagan públicas las actas y expliquen las causas de la demora. El ex presidente de Uruguay, José Mujica, ha dicho que "no hay información creíble de lo que pasó en las elecciones en ningún lado, ni de un lado ni del otro". Los dictadores de Cuba y Nicaragua sí que han reconocido a Maduro.
El chileno Gabriel Boric fue el primero en cuestionar los resultados. "Yo he manifestado, y lo he conversado también con el canciller y con diferentes personas en América Latina y en el mundo, que las elecciones, y elecciones que generan tanta expectación como estas, tienen que ser absolutamente transparentes y verificables por veedores internacionales no dependientes ni partidarios del Gobierno”, ha dicho el presidente chileno, que representa una izquierda que en política exterior se desmarca del dogmatismo de la vieja guardia latinoamericana.
Las graves dudas sobre el proceso electoral venezolao pueden llevar a su pueblo a una profunda polarización violenta de raves consecuencias"
GUSTAVO PETRO, PRESIDENTE DE COLOMBIA
La novedad de este miércoles ha sido que Petro se ha distanciado de Maduro. "Las graves dudas que se establecen alrededor del proceso electoral venezolano pueden llevar a su pueblo a una profunda polarización violenta con graves consecuencias de división permanente de una nación que ha sabido unirse muchas veces en su historia", ha dicho en su cuenta de X.
Las reacciones en América Latina han llevado a una crisis diplomática sin precedentes entre Venezuela y siete países, críticos con el proceso electoral: los países afectados son Argentina, Costa Rica, Chile, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay. Algunos de ellos han retirado motu proprio a sus representantes diplomáticos y otros han sido obligados por Caracas a cerrar sus embajadas en el país caribeño y retirar su personal.
La situación más complicada es la de la embajada de Argentina en Caracas, donde seis asilados venezolanos que meses atrás buscaron refugio se encuentran en una situación precaria.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha votado esta madrugada en contra de una resolución en la que se iba a pedir que se publicaran las actas.
El Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados del Gran Polo Patriótico están "listos" para consignar el cien por cien de las actas con resultados electorales que avalarían su triunfo en los comicios, según ha señalado Maduro, en rueda de prensa. Sin proceder de momento a dar el paso. Sin las actas no puede proclamarse al ganador, como ha hecho el Consejo Nacional Electoral, en manos del aliado de Maduro, Elvis Amoroso.
Varapalo del Centro Carter
Una veintena de países de la región y de Europa han pedido que se publiquen las actas de los resultados electorales para despejar las dudas. Estados Unidos ha indicado que empieza a perder la paciencia. "Nuestra paciencia y la de la comunidad internacional se está agotando, se está agotando la espera de que las autoridades electorales venezolanas sean sinceras y publiquen los datos completos y detallados de esta elección para que todos puedan ver los resultados", ha dicho el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, en una rueda de prensa.
El Centro Carter, que tenía una misión de 17 observadores sobre el terreno avalada por el régimen chavista, ha emitido un comunicado en el que destaca que el proceso no ha sido democrático. Ni se dieron las condiciones justas en la campaña electoral, ni hay manera de verificar el resultado que anunció el Consejo Nacional Electoral el domingo a medianoche, que daba como vencedor a Maduro por un 51,2% frente al 44,2% de Edmundo González Urrutia, según el comunicado de esta institución, elogiada días antes de la votación por el propio Vladimir Padrino López, ministro de Defensa. Ahora Maduro dice que el Centro Carter tenía el informe hecho antes de las elecciones.
La oposición ha mostrado las actas que tiene bajo su control y estos documentos demuestras que el ganador fue Edmundo González Urrutia, por más del 70% de los votos. Maduro habría logrado un 30%.
Mientras tanto, el chavismo se atrinchera y denuncia que hay un golpe de Estado "fascista" en curso. Ha amenazado a los líderes de la oposición, María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, con proceder a su arresto.
Este miércoles, Maduro ha dicho que María Corina Machado tiene que estar entre rejas. Hay temor a que el régimen incremente la represión al verse cada vez más aislado internacionalmente y con una población que ya tiene poco que perder. Desde La Habana habrían salido cuatro vuelos con equipo y personal destinado a reprimir a quienes se atrevan a desafiar a Maduro, según el director del Instituto Interamericano por la democracia, Carlos Sánchez Berzain, informa NTN24.
La Misión Internacional independiente sobre Venezuela de la ONU ha expresado su "profunda preocupación por la violencia y alegaciones de violaciones de derechos humanos registradas en el país", tras las elecciones del domingo.
Maduro ha confesado que se siente traicionado por EEUU y ha asegurado que las protestas violentas han sido alentadas por comandos entrenados en Chile y Perú. También estará Elon Musk, el dueño de X, en el contubernio, ya que habría facilitado el hackeo que sufrió el sistema, según el régimen chavista, el domingo. Es lo que habría impedido que entregaran las actas a tiempo. Hubo un corte en las comunicaciones y tras esa interrupción los resultados fueron favorables a Maduro. Pero ahora Maduro se escuda en el hackeo para presentarse como víctima de un golpe. Es un pasivo agresivo. Y no va a ceder un ápice.
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