La declaración podría aplicarse a España pero lleva la firma del Partido Socialista francés, el hermano galo del PSOE, y se refiere al giro que ha protagonizado esta semana Emmanuel Macron apoyando la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Los socialistas franceses, resucitados en el Nuevo Frente Popular que venció en las elecciones legislativas de julio, retratan una toma de decisiones que tiene paralelismo con el cambio de posición que Pedro Sánchez adoptó hace dos años en el conflicto del Sáhara Occidental, respaldando las tesis expansionistas del régimen alauí.

Un cambio, el de Macron, que los socialistas galos tildan de "precipitado" y "sin consulta al Parlamento", idéntico modus operandi al seguido por Sánchez. De la noche a la mañana, en el contexto de otra invasión, la de Rusia a Ucrania, y sin consultarlo con su entonces socio de coalición, Unidas Podemos, ni someterlo al Congreso de los Diputados, que desde entonces ha votado en contra del giro exhibiendo la soledad del PSOE.

"Respeto a la libre determinación de los pueblos"

En un comunicado, el Partido Socialista francés "reitera su compromiso con una política exterior respetuosa con la legalidad internacional, los derechos humanos y la libre determinación de los pueblos" en referencia al proceso aún pendiente de descolonización del Sáhara Occidental, en el marco de las Naciones Unidas.

"Como el resto de los franceses, hemos descubierto una carta dirigida al rey Mohammed VI con ocasión del 25º aniversario de su entronización, en la que el presidente de la república toma la decisión de reconocer el plan marroquí para el Sáhara Occidental. El PS, comprometido con la amistad franco-marroquí, condena esta decisión unilateral, tomada sin el menor debate ni consulta al Parlamento", desliza la nota.

El Partido Socialista galo admite su inquietud por "las consecuencias" -la más directa ha sido la retirada del embajador argelino en París y el inicio de una crisis con el país árabe- y llama "a una diplomacia basada en el apaciguamiento y el diálogo". "Aunque no había ninguna urgencia que justificara semejante anuncio en pleno verano, en un momento en el que se supone que el Gobierno dimisionario debe gestionar la actualidad, el presidente juega a la comunicación sin ninguna visión política a largo plazo".

"La diplomacia francesa no puede estar condicionada por la próxima visita de Estado de Emmanuel Macron a Rabat", advierte el comunicado añadiendo una similitud más al escenario que Pedro Sánchez ya transitó hace dos años, cuando -para, como en el caso francés, resolver una crisis diplomática con Marruecos- aceptó las exigencias de la monarquía alauí. Tras plegarse a sus dictados, Sánchez fue recibido en palacio y agasajado con el preceptivo banquete.

A pesar de la "nueva era de las relaciones" hispano-marroquíes, Sánchez no ha logrado desbloquear la apertura de la aduana de Melilla, cerrada desde 2018, ni la creación de la de Ceuta, los que debían ser los principales hitos de unos lazos que, según Sánchez, pasan por "su mejor momento en décadas". Rabat tampoco ha dejado de reivindicar a través de su prensa afín la marroquinidad de las ciudades autónomas españolas.