Los tres conciertos de Taylor Swift, los tres primeros días de agosto, en Varsovia han coincidido con las celebraciones por el 80 aniversario del Levantamiento de Varsovia. Nada mejor para ilustrar cómo Varsovia se ha convertido en el centro cultural de Europa. Este primero de agosto en las calles coincidían los swifties y los scouts, los mayores y los jóvenes, los turistas y los varsovianos, todos con espíritu festivo. Unos celebran el dinamismo actual y otros el recuerdo de unos hechos tan trágicos como admirables. Esos 63 días de agosto convierten a Varsovia en una guía moral de Polonia y Europa.
El Levantamiento de Varsovia es el acontecimiento más importante en los ocho siglos de historia de la ciudad, según decía uno de los mejores conocedores de los eventos de agosto de 1944, el historiador Robert Bielecki, autor de Gustaw-Harnaś, dos batallones insurgentes. Su padre, Andrzej Bielecki, Rybak, perdió la vida el 21 de agosto en las calles del distrito de Wola en defensa por la libertad cuando él apenas tenía cinco años.
El 1 de agosto de 1944 se levanta en armas contra los ocupantes nazis la Armija Krajowa (Ejército Nacional de Polonia), comandado por Tadeusz Bór-Komorowski. Querían liberarse de los nazis antes de que los soviéticos, a las puertas de la frontera, ocuparan el país, con el objetivo de garantizar su independencia.
La llamada Operación Tempestad estaba planificada por el gobierno en el exilio y por los comandantes del Ejército nacional que se encontraban de forma clandestina en el país desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La ciudadanía de Varsovia se unió a los sublevados ayudándoles en todas las tareas a su alcance: hasta los niños hacían funciones de correo. El día 1, a primera hora de la tarde, los nazis descubren a unos partisanos cargando armas en un camión. Logran acabar con los alemanes pero no pueden retrasar el Levantamiento más tiempo. A las 5 de la tarde empieza la sublevación.
Liberan rápido el centro y el casco viejo pero otras zonas fueron más difíciles de retomar. En recuerdo de aquella gesta cada año Varsovia se paraliza a las cinco de la tarde del primer día de agosto y se escucha las sirenas. "Gloria a los héroes", claman en las calles.
La resistencia duró 63 días después de intensos combates en las calles de la capital polaca. En la resistencia hubo 15.200 muertos y desaparecidos, más unos 5.000 heridos en combate. Fueron presos nos 15.000. El Ejército perdió a más de 5.600 efectivos, entre muertos y heridos. Entre 150.000 y 200.000 civiles perdieron la vida y otros 700.000 fueron expulsados. El día más nefasto fue el 4 de agosto: en el barrio de Wola los nazis asesinaron entre 40.000 y 50.000 civiles y prisioneros de guerra. Fue una orden directa de Heinrich Himmler para frenar el Levantamiento.
Alemania pide perdón
Toda la ciudad se vio implicada y por eso no es de extrañar que ocho décadas después todos, de todas las edades, orígenes e ideologías, lo recuerden en las calles con los homenajes solemnes a los caídos o concentraciones para cantar canciones de la época. "Lucharon por sus valores y no se pararon a pensar si vencerían o no. En una época en la que nos faltan referentes, los combatientes del Levantamiento son un modelo", dijo el alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski, el miércoles en la Llamada a los Caídos. En esta ceremonia se invoca a cada regimiento y cada batallón de los que participaron en la resistencia.
En este 80 aniversario han ocupado un papel protagonista los últimos supervivientes del Levantamiento. Son nonagenarios o centenarios, muchos en silla de ruedas, que han seguido con emoción las ceremonias. Quedan 397, de los cuales 67 viven fuera de Polonia. Una de las más conocidas es Wanda Traczyk-Stawska, de 97 años, quien estuvo presente en un encuentro con el presidente alemán, Franz-Walter Steinmeier.
Durante la ocupación alemana, desde 1942, participó activamente en la conspiración independentista. Fue miembro de las llamadas Szare Szeregi (Rangos Grises), como se llamaba de forma encriptada a la Asociación Polaca de Exploradores (scouts). Traczyk-Stawska participó en el Levantamiento de Varsovia como artillera y oficial de enlace. El 6 de septiembre de 1944 fue gravemente herida en la calle Smolna. Tras la capitulación, cayó prisionero de los alemanes. En 1947 regresó a Polonia.
El presidente Steinmeier participó en esa Llamada a los Caídos y fue el único dirigente extranjero que tomó la palabra. Pidió perdón dos veces pero no se arrodilló, como hizo en 1970 el canciller Willy Brandt ante el monumento de las víctimas del Gueto de Varsovia, en 1943. "Reparaciones, reparaciones", coreaban algunos de los asistentes.
Polonia reclama a la República Federal reparaciones desde hace décadas, pero los alemanes aún siguen sin proponer cantidades, y ni siquiera dan pasos simbólicos, lo que resulta descorazonador, dado que este 80 aniversario será el último redondo en el que podrán estar presentes los supervivientes.
La superviviente de más edad, Barbara Sowa, alías Basía, ha muerto justo en la jornada del 80 aniversario del Levantamiento. Conoció a su marido, Bernard Sowa, soldado del Ejército Nacional, durante la sublevación. Tenía 106 años y había sido enfermera en aquellos días de la resistencia contra los nazis.
Lucharon por sus valores y no se pararon a pensar si vencerían o no. En una época en la que nos faltan referentes, los combatientes del Levantamiento son un modelo"
RAFAL TRZASKOWSKI, ALCALDE DE VARSOVIA
La alianza con Alemania, vital para Europa
"Una nación tan valiente merece ser eterna", dijo Steinmeier, que destacó cómo ahora Alemania y Polonia han demostrado valor al dar pasos hacia su reconciliación. Steinmeier comparó el heroísmo de los ucranianos que luchan contra Rusia con la insurrección del Vístula de hace 80 años. Y reconoció que la construcción de una Europa unida es el cumplimiento del testamento de los héroes de 1944.
El alcalde de Varsovia señaló que si Rusia no piensa hoy en golpear Polonia es en parte porque, recordando la experiencia de 1944, sabe que tendría que vérselas con una nación que no se lo perdonaría. Trzaskowski también señaló que ahora debemos mantener la alianza más estrecha posible con nuestro vecino del otro lado del Oder si queremos que los valores que tanto aprecian los insurgentes, como la libertad, estén seguros.
Trzaskowski recordó cómo en su familia evocaban que muchos se habían quedado sin nada pero que lo importante eran los valores. "Lucharon sin saber si iba a ganar o no. Solo pensaron en que querían ser libres", subrayó el joven alcalde, que posiblemente será el candidato de Plataforma a la Presidencia la próxima primavera.
Esa brújula, la libertad frente a los totalitarismos, sigue siendo vital en la Polonia y en la Europa de hoy. Es un mensaje que trasciende las calles de Varsovia y cuyo eco resuena en la vecina Ucrania. Es una letra que entienden los abuelos y los nietos. Juntos cantaron este jueves en la Plaza Piłsudski el himno del Levantamiento, la Marcha de Mokotow. "Esa primera marcha tiene un extraño poder/ Toca en tu pecho hasta que te quedas sin aliento,/ Ya sea el calor del sol o el frío de la noche,/Nos conduce bajo el fuego de los cañones". Queda por saber si Taylor Swift emulará a Metallica o Rammstein y cantará alguna letra revolucionaria en sus conciertos del fin de semana. La superstar demostraría saber realmente qué tierra está pisando.
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