Como cada verano desde 2018, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte han viajado el último fin de semana de julio a descansar en Brégançon, en la Riviera francesa, donde se encuentra la residencia veraniega oficial. Ni la crisis política ni los Juegos Olímpicos han afectado esta tradición del presidente de la República de Francia. En principio, retoma su agenda el 12 de agosto y la víspera asistirá a la clausura del evento deportivo.
Macron disfruta de lo que llaman los mdios franceses las trancances, es decir, la combinación de travail (trabajo) y vacances (vacaciones). Una agenda intermitente que va desde los baños y paseos en barco hasta la oficina. "Siempre me llevo muchos libros, más de los que puedo leer", dijo Macron, gran apasionado a la literatura y la filosofía. De hecho, Macron conoció a Brigitte, 25 años mayor que él, en clase de teatro. Ella era la profesora.
"La flemme olympique", titulaba la prensa francesa, con un juego de palabras entre flemme (pereza) y flamme (llama). Aludían a cómo Macron ha decidido esta modalidad de desconexión parcial en agosto, a pesar de que aún el primer ministro sigue en funciones, Gabriel Attal, y de que París es sede de los Juegos Olímpicos. En Brégançon los Macron se han unido a parte de la familia de Brigitte, que estuvo previamente casada y tiene tres hijos de su anterior pareja, y a varios amigos.
En unas imágenes que publican los medios franceses se ve a Macron disfrutado de una jornada en el mar, bronceándose y jugando como un chiquillo con varios amigos.
Desde este islote rocoso situado frente a Bormes-les-Mimosas, el jefel de Estado podrá evaluar sus opciones antes de poner fin a la "tregua" que él mismo decretó. Es un respiro antes de tener que decidir sobre el futuro del gobierno y el nombre del futuro primer ministro.
El prefecto de Var ha emitido un decreto por el que prohíbe "toda manifestación o reunión reivindicativa" desde el domingo 28 de julio hasta el viernes 16 de agosto en el municipio de Bormes-les-Mimosas. Esto se debe a la consideración especial de "que el jefe de Estado residirá en la residencia presidencial de Brégançon".
Desconexión parcial
No se trata de desconectar por completo. Situado en este promontorio rocoso de 35 metros de altura, el jefe del Estado francés sigue al teléfono y al tanto de crisis internacionales como la de Venezuela o la de Oriente Próximo.
En una llamada telefónica con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, discutió el apoyo conjunto a la transparencia electoral en Venezuela durante sus vacaciones. "Junto con el presidente Lula, apoyamos la aspiración del pueblo venezolano a una elección transparente. Esta exigencia está en el corazón de cualquier democracia", ha escrito Macron en sus redes sociales.
A su vez, también está al tanto de todo lo que concierne a la seguridad de los Juegos Olímpicos, en conexión con el ministro del Interior en funciones, Gérald Darmanin, con quien habla diariamente por teléfono. Además, está haciendo viajes de ida y vuelta a los sitios de las pruebas para animar a otros atletas franceses.
En Brégançon, el inquilino del Elíseo invió en 2019 a Vladimir Putin y a la entonces canciller alemana Angela Merkel en 2020. Dos años más tarde, provocó la ira de los militantes ecologistas al dejarse ver en un jet-ski.
Visitas a los deportistas en los Juegos Olímpicos
Desde el inicio de los Juegos de París, Emmanuel Macron se ha involucrado muy personalmente en las competiciones. Tras asistir a la ceremonia de apertura el viernes 26 de julio, recorrió los diferentes terrenos de juego el sábado, sin dudar en multiplicar su presencia junto a los atletas.
Con los judokas en el Champ de Mars, los jugadores de rugby en el Stade de France o los esgrimistas en el Grand Palais. "Tenemos la suerte de contar con medallistas, es normal que venga a verlos para saludarlos y expresarles su admiración", defendió en sus declaraciones a Le Parisien.
"Hasta mediados de agosto, debemos estar concentrados en los Juegos", proclamó Emmanuel Macron durante su entrevista en el "20H" de France 2 el pasado 30 de Julio. Una forma de darse un poco más de tiempo antes de decidir sobre la carrera para Matignon.
Una 'vuelta al colegio' complicada
El presidente difícilmente se pude apartar de la gestión de la crisis política, generada tras el ascenso electoral del partido de Marine Le Pen en las últimas elecciones europeas. Dado su triunfo, decidió convocar elecciones legislativas y finalmente se evitó que Agrupación Nacional fuera el vencedor. La unión de toda la izquierda, bajo el nombre del Nuevo Frente Popular, venció, sin mayoría absoluta. Sin embargo, Macron se resiste a nombrar como primera ministra a su candidata, Lucie Castets.
Si la vuelta al trabajo promete ser cargada y en muchos aspectos inédita, Emmanuel Macron sigue instando a su partido a intentar formar coaliciones. Las negociaciones continúan a derecha, izquierda y centro. Desde el 16 de julio, Gabriel Attal y su equipo están encargados de gestionar los asuntos corrientes.
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