Bangladesh, país del sudeste asiático situado al este de la India, ha sido testigo de amplias actividades de movimientos estudiantiles a lo largo de su historia. Estos movimientos han desempeñado un papel crucial en la formación y evolución de la nación, y han tenido un impacto significativo en las transformaciones políticas y sociales de Bangladesh. Han sido los estudiantes los que han provocado la semana que ahora termina la dimisión y posterior huida de Sheikh Hasina, que llevaba 15 años en el poder. El detonante fue una ley que fijaba cuotas para asignar empleos en la administración pública. Contra la medida ha movilizado la población, alentada por los estudiantes.
El movimiento estudiantil en Bangladesh tiene una larga trayectoria que se remonta a la época anterior a la independencia del país de Pakistán en 1971. Antes de su independencia, Bangladesh era parte de Pakistán y se conocía como Pakistán Oriental.
En 1948, el gobierno de Pakistán decidió declarar el urdu como el único idioma oficial del país. Parte de la población de Bangladesh se movilizó en contra de esta medida, lo que dio lugar al surgimiento del Movimiento por la Lengua Bengalí. Los estudiantes bengalíes desempeñaron un papel fundamental en este movimiento que exigía que se reconociera el bengalí junto con el urdu como idioma oficial de Pakistán.
Después de años de manifestaciones y luchas estudiantiles, en 1956 el idioma bengalí fue reconocido como una de las lenguas oficiales de Pakistán. Este triunfo del movimiento fortaleció la identidad nacional de los bengalíes y, finalmente, condujo a la independencia de Bangladesh de Pakistán en 1971.
Poder unificador
El movimiento estudiantil logró unificar a diversos grupos y sectores en esta causa, entre ellos, los partidos políticos, los intelectuales, los grupos religiosos, los sidicatos y las mujeres.
De este modo, partidos como la Liga Awami y la Liga Musulmana se unieron al movimiento estudiantil, organizando marchas y manifestaciones para transmitir las demandas del pueblo al gobierno central de Pakistán.
Intelectuales y escritores como Kazi Nazrul Islam, Muid Hassan, y Abul Kalam Azad contribuyeron al aumento de la conciencia pública a través de sus obras y escritos. Estos grupos se convirtieron en los representantes culturales e ideológicos del pueblo de Bangladesh junto al movimiento estudiantil.
Organizaciones religiosas como Jamaat-e-Islami y el Partido Islámico también apoyaron las demandas populares y desempeñaron un papel activo en la organización de manifestaciones. Utilizaron sermones y reuniones religiosas para concienciar a la población sobre la importancia del idioma bengalí.
A su vez, mujeres bengalíes como Fatema Sumi y Jahanara Imam desempeñaron un papel crucial en el movimiento estudiantil. Paraticiparon activamente en manifestaciones y marchas, y amplificando las voces en apoyo del pueblo.
Los trabajadores de fábricas y minas, junto con los sindicatos, también se unieron al movimiento estudiantil. Organizaron huelgas y manifestaciones para hacer llegar las demandas del pueblo a los funcionarios.
Bajo el liderazgo estudiantil, el Movimiento por la Lengua Bengalí se convirtió en un movimiento inclusivo que involucró a una amplia gama de grupos sociales, y esta participación generalizada fue clave para el éxito del movimiento nacional.
Tras la independencia de Bangladesh, en 1971, los movimientos estudiantiles continuaron siendo activos y desempeñaron un papel importante en la defensa de la democracia y la lucha contra las injusticias.
Una fuerza influyente tras la independencia
A lo largo de las últimas décadas, los movimientos estudiantiles en Bangladesh han estado influenciados por diversos factores, como cuestiones educativas, económicas, políticas y sociales. Los estudiantes bengalíes han resistido constantemente las políticas injustas y discriminatorias de los gobiernos y se han distinguido por su lucha por la igualdad, la justicia y la democracia.
También han sido activos en la lucha contra la corrupción política y administrativa, en la protección del medio ambiente y en la mejora de los estándares educativos.
En la década de los 70, el movimiento estudiantil organizó grandes manifestaciones en protesta contra el régimen militar y en demanda de democracia. En los 80 continuó su lucha para derrocar al gobierno militar, lo que finalmente condujo a su caída.
Después de la caída del régimen militar (1986-2000) siguió siendo activo y desempeñó un papel importante en la organización de elecciones libres en las décadas los 80 y 90. Los estudiantes participaron activamente en la supervisión de elecciones, en las campañas electorales y en la promoción de la participación ciudadana.
Con los obreros y las mujeres
En el siglo XXI ha continuado siendo una de las fuerzas políticas más importantes en Bangladesh. A lo largo de estos años, los estudiantes se han unido a diversos movimientos para lograr sus demandas: el movimiento obrero y el de las mujeres, especialmente.
Las huelgas y manifestaciones obreras de los 70 y 80 facilitaron un aumento de los salarios y la mejora de las condiciones laborales para los trabajadores. La legislación sobre salario mínimo y las leyes laborales de Bangladesh se debe en gran parte al impulso de estudiantes y obreros.
Ayudaron a que se aprobara la Ley de Protección Familiar de 1984, que garantizaba los derechos de las mujeres en casos de divorcio y herencia. La creación del Ministerio de la Mujer y el Niño en los 90 también se considera uno de los logros de la acción coordinada de estos movimientos.
El movimiento estudiantil en Bangladesh tiene unas características únicas: por su diversidad política, su singularidad y su compromiso y combatividad.
Los estudiantes bengalíes pertenecen a diversos grupos políticos, como comunistas y liberales, lo que ha permitido que representen a una amplia gama de demandas e ideas. Se caracteriza este movimieto por una estructura organizativa cohesiva y poderosa. Los sindicatos estudiantiles y los consejos universitarios desempeñan un papel crucial. Tienen un alto nivel de compromiso y motivación para enfrentarse a la injusticia.
La protesta contra el sistema de cuotas
El sistema de cuotas se introdujo por primera vez en Bangladesh en 1972, después de la independencia. Establecía que el 30% de los puestos en el sector público y las instituciones de educación superior quedarían reservados para los que lucharon por la independencia del país de Pakistán y sus descendientes.
Con el tiempo, se añadieron otras categorías a estas cuotas: 10% para mujeres, 10% para zonas desfavorecidas, 5% para minorías y 1% para personas con discapacidad. De esta manera, el 56% de los puestos de trabajo en el gobierno ya estaban comprometidos, lo que reducía significativamente las oportunidades de empleo para la población general.
El sistema de cuotas enfrentó críticas desde su implementación, ya que algunos lo consideraban contradictorio con los principios de la Constitución de Bangladesh. Choca especialmente con el artículo 29, que subraya la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos en la obtención de empleos o cargos en la administración pública.
Sin embargo, los defensores del sistema de cuotas argumentaban que la Constitución también permite al gobierno establecer medidas especiales en favor de sectores marginados, con el fin de asegurar su representación en el servicio público.
Este debate ha sido una fuente de controversia en Bangladesh, con el movimiento estudiantil a menudo al frente de las protestas contra el sistema de cuotas, debido a que reclamban mayor igualdad de oportunidades y justicia en el acceso a empleos y educación.
De todas formas, estas diferencias de opinión llevaron al gobierno en 2018, tras esfuerzos y protestas estudiantiles masivas, a anular la cuota destinada a los luchadores por la libertad. Sin embargo, el 5 de junio de este año, una rama del Tribunal Supremo de Bangladesh decidió revocar la orden del gobierno para eliminar el sistema de cuotas y la restableció.
Los estudiantes interpretaron esta acción como una maniobra del gobierno, especialmente considerando que este pertenece a la Liga Awami, el mismo partido que alberga a la mayoría de los luchadores por la independencia, y que estaba liderado por Sheikh Hasina, hija de Sheikh Mujibur Rahman, el fundador de Bangladesh. Es decir, lo que se percibe es que, al restablecer las cuotas, el objetivo del gobierno es colocar a sus seguidores en las instituciones estatales y debilitar a otros partidos rivales.
A pesar de que las protestas estudiantiles comenzaron de manera pacífica, la indiferencia del gobierno y su respuesta inapropiada provocaron que el 1 de julio los estudiantes intensificaran sus acciones, bloqueando líneas ferroviarias y carreteras. La respuesta del gobierno fue dura y violenta, lo que no solo enfureció a los estudiantes, sino que también generó el apoyo de otros grupos sociales y movimientos políticos en las protestas. De esta manera, lo que inicialmente fue un movimiento liderado por grupos estudiantiles de izquierda y liberales, eventualmente atrajo la participación de la Federación Estudiantil, el Partido de los Trabajadores de Bangladesh, y lo más importante, el principal partido de oposición, el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP).
A medida que las protestas se expandieron, Sheikh Hasina se fue sintiendo acosada: veía que los manifestantes perseguían su caída. Las protestas fueron reprimidas brutalmente por el gobierno, de modo que más de 400 personas murieron y hubo más de 2.500 heridos.
El fin de Sheikh Hasina
En respuesta a la creciente oleada de protestas, el Tribunal Supremo de Bangladesh se vio obligado a restringir severamente la implementación de este controvertido sistema de cuotas, pero las manifestaciones continuaron. A su vez, el movimiento estudiantil y otros manifestantes exigieron que los responsables de la violencia fueran llevados ante la justicia. Además, demandaron la renuncia de Sheikh Hasina y de los miembros de su gabinete.
Los estudiantes que lideraban estas protestas declararon una "campaña de desobediencia civil total", y anunciaron que confrontarían al gobierno de todas las maneras posibles, incluyendo la negativa a pagar impuestos y facturas de servicios públicos como agua y electricidad.
Después de un mes de represión violenta por parte del gobierno y el corte de internet, miles de manifestantes desafiaron las restricciones impuestas por el estado de emergencia y se dirigieron a la residencia oficial de la primera ministra, Sheikh Hasina. Tras 15 años en el poder, ella renunció y huyó en helicóptero desde su residencia hacia la India. Sheikh Hasina, quien tiene 76 años, fue reelecta en enero de este año en unas elecciones que la mayor parte de la oposición en Bangladesh había boicoteado.
Un día después de la fuga de la primera ministra de Bangladés y la disolución del gobierno, la policía anunció que sus fuerzas se declaraban en huelga debido a la falta de seguridad. Decenas de comisarías fueron incendiadas, y el palacio presidencial, el Parlamento y muchos edificios gubernamentales fueron saqueados. Hubo ataques contra hindúes, minoría en Bangladesh.
Muhammad Yunus, ganador del Premio Nobel de la Paz y conocido como el "banquero de los más pobres", ha sido elegido para liderar el gobierno provisional de Bangladesh.
La decisión se tomó en una reunión en la que participaron líderes estudiantiles, comandantes militares, miembros de la sociedad civil y empresarios. Bakr al-Zaman, comandante del ejército de Bangladesh, expresó su confianza en que Muhammad Yunus pueda "guiar a Bangladesh hacia un proceso democrático".
Sin embargo, muchos temen que el caos generado no cumpla con las expectativas de los manifestantes y defensores de la libertad.
Ryma Sheermohammadi es activista e intérprete. Aquí puedes leer los artículos que ha publicado en www.elindependiente.com.
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