La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, puso deberes de verano a los estados miembros de la Unión Europea (UE) en su discurso tras recibir los apoyos necesarios para reeditar su cargo al frente del ejecutivo comunitario. La alemana fijó el 30 de agosto como la fecha límite para recibir candidaturas para conformar su próximo gobierno, la próxima Comisión Europea. Sin embargo, ha pasado casi un mes desde su reelección y todavía una decena de países no han hecho públicos sus nombres.

Von der Leyen, igual que hizo en la anterior legislatura, ha pedido a los países que elijan a al menos dos candidatos: a un hombre y a una mujer, para tratar de tener un equilibrio de género en la Comisión Europea. Esto, sin embargo, no es necesario si el país elige a una candidata -porque la estadística demuestra que el género menos representado suele ser el femenino y que las cuotas son necesarias para alcanzar la paridad-, como es el caso de España, con Teresa Ribera. La actual ministra para la transición ecológica no solo era la cara visible de los socialistas en las elecciones europeas, también la persona elegida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para convertirse en la comisaria española.

Tampoco tienen que cumplir con la paridad los países que decidan la continuidad de su comisario o comisaria, como Letonia, con el vicepresidenta de la Comisión Valdis Dombrovskis.

Cabe recordar que la Comisión Europea está formada por 27 comisarios, que corresponden a todos los estados miembros de la Unión Europea y que asumen carteras en función de su experiencia y conocimientos. Por ello, aunque no está claro cuál será el papel de Ribera en el ejecutivo comunitario, por su currículum, se puede deducir que estará vinculado a la energía y al Pacto Verde.

Pero no todos los países tienen tan claro a quién nominar. Bélgica, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Italia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Portugal y Rumanía siguen barajando varios nombres antes de enviarlos a la presidenta de la Comisión. El actual comisario belga, Didier Reynders, expresó que le gustaría continuar en la Comisión si no resultaba elegido para el Consejo de Europa, pero el cambio de gobierno en el país no garantiza su nombramiento. Reynders ocupa la cartera de Justicia desde la legislatura pasada y ha sido el encargado de mediar entre el PP y el PSOE para lograr un acuerdo para el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Luxemburgo también podría optar por un cambio para su cartera. Hasta ahora Nicholas Schmit representaba al país como comisario de Empleo, pero el primer ministro del país respaldó después de las elecciones a uno de los eurodiputados electos, Christoph Hansen. En Rumanía, Von der Leyen ha encontrado oposición a su voluntad de tener dos nombres entre los que elegir, ya que el primer ministro recuerda que las dos anteriores comisarias han sido mujeres. Por ahora, el favorito es el eurodiputado Victor Negrescu.

Tampoco la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha desvelado sus cartas, por el momento. Meloni presionó en julio para garantizar que Italia tendría un mayor peso político en la Comisión, después de quedar al margen de las negociaciones para elegir a los altos cargos de la Unión Europea. La primera ministra apeló a la importancia económica e histórica del país.

Audiencias después del verano

Von der Leyen tiene la intención de empezar próximamente las entrevistas con los candidatos que ya han sido nombrados por sus respectivos países. Después de estos encuentros, los futuros comisarios tendrán que someterse a audiencias por parte de las comisiones del Parlamento Europeo, cada uno a la que corresponda con sus futuras competencias. 

En estas comisiones se evaluará la idoneidad para los puestos y no sería de extrañar que alguno abandone el proceso en este punto. Ya ocurrió en la pasada legislatura, cuando la Comisión de Asuntos Jurídicos rechazó a los candidatos de Hungría y Rumanía. En este caso, los países pueden volver a hacer propuestas. Después de pasar estas audiencias, el conjunto del Colegio de Comisarios se vota en el pleno del Parlamento Europeo, una votación que está prevista que ocurra en octubre.