Para Rusia la guerra en Ucrania es como "una guerra colonial", de ahí que la incursión de los ucranianos en su territorio les haya dejado descolocados. "Era inimaginable" para los rusos. Witold Rodkiewicz, especialista en política exterior de la Federación rusa en el Center for Eastern Studies (OSW, por sus siglas en polaco) de Varsovia, recibe a El Independiente en sus oficinas para conversar sobre la guerra en el país vecino, el reciente intercambio de agentes y opositores políticos, y la relevancia de las elecciones en Estados Unidos en la política rusa. Doctorado en la Universidad John Harvard, se doctoró con una tesis, dirigida por el profesor Richard Pipes, titulada Política de nacionalidad rusa en las provincias occidentales del Imperio durante el reinado de Nicolás II, 1894-1905. Lleva desde 2007 en el OSW.
Rodkiewicz nos traslada que la élite rusa tiene muy claro cómo pensamos en Europa Occidental pero nosotros tenemos más dificultades para interpretar sus movimientos. Recomienda ser contraintuitivos. Recuerda cómo en 1999 parecía de locos que Rusia se metiera en una guerra en Chechenia y, sin embargo, hubo guerra precisamente porque había elecciones. Cuenta el investigador que los rusos no son dados a improvisar, siguen un protocolo, y por eso tardaron en reaccionar cuando los ucranianos les sorprendieron con su avance sobre la región de Kursk hace más de una semana. Tenían pistas por sus informes de Inteligencia pero no les pareció que fuera algo verosímil.
No había visto a los rusos tan preocupados desde la rebelión de Prigozhin"
Pregunta.- ¿Qué dimensión tiene este avance de los efectivos ucranianos sobre Rusia?
Respuesta.- No puede decirse que sea un punto de inflexión, pero ha desconcertado mucho a los rusos. Ha tenido un enorme efecto psicológico. La propaganda no funciona porque dan mensajes demasiado genéricos para dar idea de que mantienen el control. "Los hemos detenido y vamos a destruirlos". En este caso repiten una y otra vez lo mismo pero contrasta con las imágenes de la gente que se siente abandonada. "¿Dónde está nuestro glorioso Ejército"?, dicen los rusos de Kursk. Dar imagen de control es muy importante para el sistema.
A diferencia del sistema soviético basado en la coacción, el sistema ahora se apoya en la manipulación de la psicología de la población. Lo suelo comparar con el esquí acuático. Si el barco se para, todo se va abajo. Nadie se imaginó que el sistema podía caer en 1991. La élite al mando cree que es eterna, pero todo es apariencia. Y siempre sospechan, es esa mentalidad del KGB. Saben que todo son apariencias y por eso tienen esa mentalidad conspiratoria. En ese sentido la operación ucraniana ha sido muy efectiva, pero no sabemos cuánto tiempo podrán mantener el pulso los ucranianos. Aunque el Ejército ruso recupere el control perdido, los ucranianos han demostrado que pueden sorprender y crear caos. Nunca había visto a los rusos tan preocupados desde la rebelión de Prigozhin. Es una operación que puede tener grandes implicaciones porque incrementa los costes y es una prueba para el sistema.
La incursión ucraniana en Kursk amenaza la legitimidad del sistema, basada en proveer estabilidad y seguridad"
P.- ¿Podría ser peligroso que esa élite rusa vea el sistema bajo amenaza?
R.- Potencialmente sí porque afecta a la legitimidad de Putin, y de todo el sistema. Al mando de Rusia hay una mafia formada por esta gente del KGB. Y el KGB está formado por cientos de personas con familias, tienen su propia mentalidad, su propia cultura... Son comparables a las órdenes de caballeros de la Edad Media. Se ven como órdenes que luchan por una misión y se dirigen de forma paternalista a la gente. No hablan de ciudadanos, sino de "población" население (naseleniye). Ven el mundo así: hay unos privilegiados, una élite, y el resto sometido a la manipulación.
P.- Por eso era importante para Putin el reciente canje de agentes del GRU (Inteligencia militar) por opositores políticos.
R.- Sí, ha sido muy importante. Sienten que están en guerra y hay que mantener la moral. Quienes trabajan en los servicios secretos pueden ser detenidos, se exponen. Putin es parte de esa cultura corporativa con la gente del KGB y los servicios secretos en general. Tienen ese eslogan que dice: "No abandonamos a nuestros héroes". Desde el punto de vista del compromiso, era importante que regresaran los agentes. También tratan de que sus contrapartes en Washington, la clase dirigente, piense que es posible llegar a acuerdos con ellos. Quieren llegar a sus objetivos mínimos a menor precio. Quieren que los americanos les ofrezcan un acuerdo. Ellos no lo van a hacer porque saben que quien mueva ficha primero está más interesado en terminar la guerra. Queda en situación de más debilidad. En este caso son muy perceptivos. Si Washington ofrece una negociación, eso va a desmoralizar a los ucranianos y va a reforzar a quienes piensan que no tiene sentido incrementar el presupuesto de defensa o enviar armamento a Ucrania. Pero los rusos ven las negociaciones como parte del conflicto no como una forma de llegar al compromiso. Combinan la negociación y el combate. Obtienen muchas ganancias de este canje. Quieren llevar a Occidente a estas negociaciones.
P.- Pero también beneficia a Biden.
R.- En Occidente se piensa que los rusos quieren a Trump como presidente, lo que no es necesariamente verdad. Pero la élite rusa detesta la impredecibilidad. Están más cómodos con los dirigentes convencionales, les desprecian y creen que están locos y son idiotas, pero por eso mismo les parecen predecibles. Tenían esperanza con Trump en el primer mandato pero les decepcionó. Es cierto que habrá disrupción. Pero este canje es una señal. Están observando muy atentamente lo que pasa en Estados Unidos. Saben que el canje es una ventaja para la Administración demócrata. Ahora los demócratas pueden decir que son efectivos y quitan argumentos a Trump. Pueden decir que son efectivos y lograr que los detenidos por Putin regresen. Saben que la Administración demócrata puede pensar que ésta es la vía con Rusia y que así pueden finalizar la guerra, incluso antes de las elecciones. De otra forma no se explica por qué lo han hecho ahora. Si valoraran tanto la victoria de Trump, habrían esperado. Para ellos no habría sido un problema.
P.- ¿Y EEUU ha presionado a Alemania o Polonia, donde estaba encarcelado el ciudadano hispano-ruso Pablo González?
R.- No es presión exactamente. En Polonia se piensa, quizá con ingenuidad, que si haces un favor a tu aliado, vas a ganar crédito ante ellos. Lo que es claro es que EEUU es fundamental para nuestra seguridad.
P.- ¿Es usted crítico con la actitud de Polonia en este canje?
R.- No, la prensa polaca ha sido muy crítica por la polarización que sufrimos. Es una falta de mentalidad estratégica esa actitud. Hay una guerra en Ucrania, eso nos afecta, que supone una amenaza existencial, y si tu aliado te necesita y hay alguien con cargos de espionaje en la cárcel que puede ser útil en el canje, hacerlo es lo lógico. No sé si los americanos lo incluyeron porque buscaban gente que ofrecer al Kremlin, o había interés de Moscú. Lo sorprendente es que la élite política polaca no aprovechara para incluir a dos polacos presos, Marian Radzajewski y Tomasz Biaroz, en Rusia. No es el caso de Andrzej Poczobut [ciudadano de la minoría polaca en Bielorrusia], porque Lukashenko no estaba implicado y habría sido más complicado. La cuestión es que en la peor situación, si se usaran armas nucleares, Polonia necesita a EEUU claramente de su lado.
Para sentirse seguros los rusos no solo necesitan controlar el proyecto político en Ucrania sino una 'zona colchón' en Europa Central"
P.- Cuando tratamos con Rusia da la impresión de que siempre repetimos los mismos errores. No somos conscientes de sus verdaderos objetivos en la guerra que libra ahora: usted mantiene que no se trata del territorio. Esto no se entiende en el Sur de Europa y en consecuencia no se tiene claro que hay que aumentar el presupuesto en defensa.
R.- A Rusia le sobra territorio. Se trata de destruir el proyecto político de Ucrania y a su vez de la seguridad de su régimen. Es verdad que rusos y ucranianos culturalmente son muy cercanos. Es el modelo político lo que les diferencia. El ucraniano se acerca al europeo occidental. Rusia forma parte de la cultura europea, pero no de la cultura política europea. Ellos utilizan los mismos términos para las instituciones pero no tienen el mismo papel. Tienen un Parlamento pero no es como en Europa occidental. Para ellos no es el lugar donde se discute. La democracia puede estar bien para los europeos occidentales, incluidos los polacos y los bálticos, pero no para los rusos, en su visión del mundo. Si el poder político se debilita, el país va a la deriva. Es lo que han visto a lo largo de la historia. Pero si los ucranianos tienen éxito con otro proyecto político, para los rusos será un ejemplo porque a los ucranianos sí los ven como a rusos, lo que no pasa con los bálticos, por ejemplo. Hay otra cuestión que explica que sus aspiraciones no paran en Ucrania. Piensan sobre la seguridad del régimen en términos globales. Como los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Necesitan un sistema internacional que no suponga una amenaza. Y por ello quieren cambiar la arquitectura de seguridad en Europa. Para sentirse seguros no solo necesitan controlar el proyecto político en Ucrania sino una zona colchón (buffer zone) en Europa Central. Creen que si los ucranianos se han rebelado es porque les han lavado la cabeza en Europa occidental por esa mentalidad conspiranoica.
P.- Quieren desmantelar la OTAN.
R.- Sí, es lo que plantearon en diciembre de 2021. Está en la agenda. Es como empezó todo. En otras palabras, para sentirse seguros, y es una cuestión psicológica, necesitan esa buffer zone. Va más allá de una ideología, es su Weltanschauung (forma de percibir el mundo).
No hay manera de acabar la guerra que no sea la derrota militar del Ejército ruso sobre el terreno por los ucranianos"
P.- Y no es cuestión de que esté Putin o no.
R.- No. Va más allá. Es la mentalidad, especialmente en esta subcultura del KGB. Es su visión darwiniana. Para ellos, el estado natural es el del conflicto, la lucha, la guerra, porque el hombre es un lobo para el hombre. Por eso a menos que la economía colapse no van a claudicar. Esas ideas de Occidente de cederles el territorio que han conquistado y firmar un alto el fuego no tienen fundamento. Los rusos quieren la completa subordinación de Ucrania y esa buffer zone. No nos hagamos ilusiones sobre esto.
P.- Entonces la guerra puede durar años.
R.- No hay manera de acabar esta guerra bien que no implique la derrota militar de Rusia por los ucranianos. Incluso tendría que ir más allá que la expulsión de su territorio porque eso no quiere decir que vayan a parar. El Ejército ruso ha de ser derrotado de tal forma que no pueda llevar a cabo operaciones ofensivas nunca más. Y eso llevará probablemente eso conduzca al colapso del régimen.
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