"El resto del mundo nos está mirando", ha dicho el ex presidente Barack Obama, estrella de la segunda jornada en la Convención Nacional Demócrata que se está celebrando en Chicago. Y así es. El mundo está pendiente de quién regirá los destinos de la primera potencia global después de las elecciones del 5 de noviembre: el ex presidente Donald Trump o la actual vicepresidenta Kamala Harris.
Los Obama, también Michelle, han impulsado la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris, quien mientras tanto daba un mitin en Milwaukee. "Yes, she can", clamó el auditorio. "Sentimos la esperanza", ha remarcado Michelle Obama, ovacionada con entusiasmo en el pabellón de los Chicago Bulls. En Chicago, concretamente en Grant Park, fue donde Barack Obama dio su discurso de la victoria el 4 de noviembre de 2008.
"Hay algo mágico en el aire... Es el contagioso poder de la esperanza que se está extendiendo por todo el país", ha arrancado su discurso Michelle Obama, quien ha rendido homenaje a su madre, Marian Robinson, fallecida en Chicago el pasado 31 de mayo, y a la madre de Kamala Harris, Shyamala Gopalan, científica india quien llegó a EEUU a los 19 años. La actual vicepresidenta ha sido oficialmente nominada como candidata a la Presidencia este martes.
"Tenemos la oportunidad de vencer a los demonios del miedo, la división y el odio que nos han consumido… y seguir persiguiendo la promesa inacabada de esta gran nación, el sueño por el que lucharon, murieron y se sacrificaron nuestros padres y abuelos. América, ¡la esperanza está de vuelta!".
Michelle Obama ha establecido un paralelismo entre Kamala Harris y ella: les unen los valores que les inculcaron en su familia. "Kamala sabe, como nosotros, que independientemente de dónde vengas, qué aspecto tengas, a quién ames, cómo rindas culto o qué tengas en tu cuenta bancaria… todos merecemos la oportunidad de construir una vida digna… todas nuestras contribuciones merecen ser aceptadas y valoradas. Porque nadie tiene el monopolio de lo que significa ser estadounidense… ¡nadie!"
Y ha pasado al ataque contra Donald Trump, no con insultos o difamaciones, sino con un retrato fiel del ex presidente y su actitud contra los Obama y quienes son como ellos. "Durante años, Donald Trump ha hecho todo lo que ha estado en su mano para intentar que la gente nos temiera. Su visión limitada y estrecha del mundo le hizo sentirse amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, con educación y con éxito que además resultaban ser negras. ¿Quién le va a decir que el trabajo que busca actualmente podría ser uno de esos 'trabajos de negros'?"
Michelle Obama ha hecho un llamamiento a los americanos para que eviten que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. "No me importa cómo te identifiques políticamente… si eres demócrata, republicano, independiente o ninguno de los anteriores… este es nuestro momento para defender lo que sabemos de corazón que es correcto. Defender no sólo nuestras libertades básicas, sino también la decencia y la humanidad… el respeto, la dignidad y la empatía básicos… los valores que constituyen los cimientos de esta democracia". Es decir, la elección va más allá de Kamala Harris o Tim Walz, es sobre los fundamentos de América. Y ha repetido lo que le decía su madre a Kamala cuando se quejaba por algo: "Haz algo". Y ese algo es votar para impedir que Trump consiga su propósito.
Multimillonario quejoso y fanfarrón
A continuación, Barack Obama ha tenido la osadía de intervenir y ha insistido en el mensaje: está en cuestión la democracia y hay que salvarla. Joe Biden, de quien ha dicho que será recordado como un gran presidente, ha hecho su parte. Pero ahora hay que votar a Kamala Harris y Tim Walz para no se desbarate lo conseguido en ayudas sociales, para restaurar el derecho al aborto, y sobre todo, para acabar con el odio y la división, que fomenta Trump.
El retrato de Donald Trump que ha hecho Barack Obama ha sido demoledor. "He aquí un multimillonario de 78 años que no ha dejado de quejarse de sus problemas desde que bajó por su escalera mecánica dorada hace nueve años. Ha sido un flujo constante de quejas y agravios que en realidad ha ido empeorando ahora que teme perder contra Kamala. Están los apodos infantiles, las locas teorías de conspiración, esta extraña obsesión con el tamaño de las multitudes. Todo sigue y sigue y sigue. Es como ese vecino pesado que se pasa el día con el aspirador de hojas en marcha al lado de tu ventana. Si es un vecino, es agotador, pero si es tu presidente, es peligroso".
Según Obama, "EEUU puede y debe ser una fuerza para el bien: desalentando los conflictos, combatiendo las enfermedades, promoviendo los derechos humanos, protegiendo al planeta del cambio climático, defendiendo la libertad, negociando la paz.... Eso es lo que cree Kamala Harris y lo que creen la mayoría de los estadounidenses", ha señalado el ex presidente.
"No necesitamos cuatro años más de fanfarronería y caos. Hemos visto esta película antes y sabemos que la secuela es siempre peor. EEUU está listo para un nuevo capítulo. EEUU está listo para que Kamala Harris sea presidenta", ha dicho Barack Obama. "Kamala Harris va a ocuparse de tus problemas, no de los suyos. Lo que deberíamos preguntarnos es: ¿Quién va a luchar por mi? ¿Quién va a pensar en mi futuro, el de mis hijos, sobre nuestro futuro juntos?"
Y los dos han insistido: "Yes, she can". Así han coronado a Kamala Harris como la heredera de la antorcha de la esperanza. ¿Lo verán así suficientes estadounidenses como para impedir que Trump vuelva a la Casa Blanca?
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