El CEO y fundador de Telegram, Pável Dúrov (San Petersburgo, 1984), fue detenido en Francia el sábado por la tarde cuando su avión privado aterrizó, procedente de Azerbaiyán, en el aeropuerto de Le Bourget, al norte de París. Está acusado de complicidad en delitos como tráfico de drogas, terrorismo o pedofilia por negarse a moderar el contenido de la aplicación de mensajería, y también de no colaborar con las autoridades para perseguir a los criminales. Su arresto ha provocado que se extienda la polémica sobre los motivos que han llevado a su detención. Para muchos, está acción de las autoridades francesas constituye un ataque a la libertad de expresión.

Dúrov, que tiene la nacionalidad francesa desde 2021, fue arrestado como parte de una investigación policial, según informó la agencia Reuters, por permitir, presuntamente, que se difundan contenidos susceptibles de acarrear delitos como consecuencia de la falta de moderadores en la plataforma. En un comunicado, Telegram ha asegurado que "cumple con las leyes de la UE" y que "su moderación está dentro de los estándares de la industria y mejora constantemente". Además, la compañía ha subrayado que Dúrov "no tiene nada que ocultar" y que, por otro lado, "es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma".

Elon Musk, dueño de la red social X, todavía conocida como Twitter, ha criticado duramente su arresto. En su cuenta compartió un vídeo de una entrevista del propio Dúrov con Tucker Clarkson, en la que aseguró que el gobierno de Estados Unidos, a través del FBI, trató de contratar a un ingeniero de Telegram a sus espaldas para, de esta forma, conocer los entresijos de la aplicación.

En esa misma entrevista, Dúrov, que según las estimaciones de la revista Forbes atesora una fortuna de 15.500 millones de dólares, dijo que la aplicación debería seguir siendo neutral y no un "actor en la geopolítica". También explicó que tuvo la idea de crear Telegram, que utiliza un lenguaje encriptado, después de las presiones del Kremlin sobre su anterior plataforma, Vkontakte (VK), y que antes de instalarse en Dubai tras salir de Rusia trató de hacerlo en Berlín, Londres, Singapur y San Francisco.

Al tener su base en Emiratos Árabes Unidos, Telegram se ha protegido de la presión de los gobiernos de la Unión Europea y Estados Unidos. Como permite grupos de hasta 200.000 miembros, se ha convertido en un emplazamiento digital que facilita la difusión viral de todo tipo de información, por lo que es ideal para todo aquel que quiera propagar contenidos falsos o engañosos.

Es por ello por lo que la justicia francesa sostiene que la falta de moderación y cooperación con las autoridades, junto con las herramientas que la plataforma ofrece, lo convierten en cómplice de los delitos ya mencionados. El argumento que ha empleado Telegram en su comunicado es que esto no es responsabilidad de Dúrov, sino de los que propagan esa información de carácter delictivo.

Rusia acusa a Francia de querer cerrar Telegram

Tras conocerse su arresto, Rusia, a través de Tatiana Moskalkova, Defensora del Pueblo del país, acusó a Francia de haberlo detenido con el fin de cerrar la plataforma: "Es absolutamente evidente que la auténtica razón del arresto es el intento de cerrar la plataforma de internet donde se puede conocer la verdad sobre lo que ocurre en el mundo", comentó, precisamente, en su canal de Telegram.

Sin embargo, la postura de Rusia no se debe a una férrea defensa de la libertad de expresión, sino a la conveniencia. Dúrov tuvo que salir del país en 2014 por las presiones que el gobierno de Vladimir Putin ejerció para intentar controlar la aplicación de mensajería VK, que también fundó él, durante el Euromaidán. En 2018, Rusia comenzó a bloquear Telegram después de que ésta se negara a cumplir una orden judicial que otorgaba a los servicios de seguridad estatales acceso a los mensajes cifrados de sus usuarios.

Hoy, las autoridades rusas la utilizan para difundir información (presumiblemente manipulada) sobre la guerra en Ucrania, por lo que no les conviene que comience a moderarse el contenido. La plataforma, que cuenta con casi mil millones de usuarios en todo el mundo, es particularmente influyente en Rusia, Ucrania y las antiguas repúblicas de la Unión Soviética. De hecho, según la información de Reuters, Telegram se ha convertido "un campo de batalla virtual" para la guerra, muy utilizado también por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y sus funcionarios.