En el verano de 1969 la provincia española de Ifni quedó formalmente disuelta. El territorio que aún permanecía en manos españolas, reducido a la ciudad de Sidi Ifni tras la breve guerra que entre 1957 y 1958 enfrentó a españoles y franceses contra Marruecos, fue entregado a Rabat. La ceremonia de entrega se desarrolló en un edificio que hoy agoniza con puertas y ventanas tapiadas, recuerdo de un legado que se desvanece.

La voz de alarma por ese deterioro y esa creciente desmemoria ha llegado ahora hasta Zarzuela. Un grupo de actuales residentes de la villa, la antigua Santa Cruz de la Mar Pequeña, le han escrito a Felipe VI suplicando su intervención. “Decidimos escribir a Felipe VI porque es el heredero de la monarquía española, que está históricamente ligada a la provincia de Ifni, y fue también quien firmó el Tratado de Tetuán con Marruecos, cuyo artículo octavo estipula que Ifni Santa Cruz es territorio español y por tanto sus habitantes son súbditos españoles”, explica a El Independiente uno de los firmantes de la misiva.

En abril de 1860 el sultán de Marruecos reconoció los derechos españoles sobre Santa Cruz de la Mar Pequeña, hoy Ifni

FOTOGRAFÍAS: mhobl/Flickr

“A su majestad Felipe VI: Se cumple el quincuagésimo quinto aniversario de la entrega de la provincia de Ifni (Santa Cruz de la Mar Pequeña) por parte del general Franco a Marruecos. El regreso de la monarquía a España en 1976, en lugar del régimen dictatorial, quien entregó la provincia de Ifni al dominio marroquí; y a la que España estaba ligada histórica, emocional y jurídicamente, la hizo convivir con la nueva realidad”, explica el inicio de la carta fechada en Sidi Ifni en este agosto de 2024.

Ilustración de Ifni. | Biblioteca Nacional

Quienes se han sumado a la petición reivindican el pasado español de una provincia, la número 51 de España, que hunde sus raíces en el siglo XV. En abril de 1860 el sultán de Marruecos reconoció los derechos españoles sobre Santa Cruz de la Mar Pequeña, una plaza de España en la costa atlántica fundada por 1476 por Diego de Herrera. Estaba ubicada en la conocida como ensenada de Uad Ifni, con la ciudad principal emplazada en las inmediaciones de  Puerto Cansado. Oficialmente la ocupación española de Ifni se remonta a abril de 1934. Su conversión en provincia se produjo durante los últimos años antes de su cesión a Marruecos. Antes había integrado el África Occidental Española, un conjunto de colonias y protectorados que incluía el actual Sáhara Occidental, una colonia española ocupada desde 1976 por Marruecos y pendiente de descolonización ante la ONU. A diferencia del Sáhara, Franco aceptó la descolonización del territorio y terminó entregándolo a Hasán II.

El Grupo Ifni que reivindica el legado español y su derecho a la nacionalidad española. | CEDIDA

"Todos por Ifni; Todos por la patria"

Los firmantes de la misiva -apodados “Grupo Ifni”- reconocen sus deseos de ser reconocidos como españoles y tratan de mantener el legado de la presencia española en la provincia, hoy integrada en Marruecos. Denuncian, además, que en el intento de borrar ese pasado las autoridades marroquíes han prohibido la enseñanza del castellano. “El ejemplo más simple que expone esta política sistemática contra los naturales de la provincia se resume en la política educativa de Marruecos, que nos priva de estudiar la lengua castellana en las instituciones educativas de Ifni, incluso como lengua optativa, a diferencia de lo que ocurre en el resto de Marruecos donde se estudia”, expone la carta.

Pasaporte español expedido en el Territorio de Ifni.
Pasaporte español expedido en el Territorio de Ifni. | Fundación Policía Española, Historia del pasaporte español

“En consecuencia y en el marco de su personalidad jurídica, constitucional y humana, le pedimos que trabaje para instar a su estimado gobierno a corregir este defecto y comenzar a resolver urgentemente la situación de los naturales de la provincia de Ifni, protegerla del abuso y el menosprecio de las distintas administraciones a pesar de la validez de sus documentos identificativos que no admiten duda ni falsificación, y para permitirles el ejercicio de sus derechos naturales y civiles, ya que forman parte del patrimonio histórico de España”, desliza el texto.

El ejemplo más simple de esta política sistemática contra los naturales de la provincia se resume en que Marruecos nos priva de estudiar la lengua castellana en las instituciones educativas de Ifni

FOTOGRAFÍAS DE LA PRESENCIA MILITAR ESPAÑOLA:
Cassowary Colorizations/Flickr

Represalias de Marruecos

En palabras de uno de los artífices del manifiesto, se trata de ser justos con la historia. “Vivimos nuestras vidas con normalidad y estamos protegidos por la comunidad ifanouí, que se solidariza en gran medida con nosotros y entre nuestro pueblo, pero a pesar de ello estamos sometidos bajo una estrecha persecución y vigilancia por parte de los servicios de seguridad marroquíes”, lamenta.

A Felipe VI le piden que interceda ante el Ejecutivo para impulsar un reconocimiento como el que gozan los sefardíes. “La inclusión de España como monarquía parlamentaria y Estado Democrático de la Unión Europea contribuyó a consolidar el reconocimiento de los derechos humanos y de la nacionalidad española de acuerdo con los artículos de la Constitución del Reino, lo que fue refrendado por la Ley de Memoria Histórica, que concedió a los naturales de Ifni su derecho a recuperar la ciudadanía española. Sin embargo, en lugar de que se nos aplicara esta ley, como se hizo con los judíos sefardíes, a quienes se les otorgaron sus derechos de manera integral, inmediata y colectiva, lamentablemente los nativos de la provincia de Ifni fue sometida a dilación y duda a través de procedimientos administrativos injustos, a pesar de que nuestros documentos son auténticos y no demuestren ninguna falsedad”, detalla.

La plaza de España de Ifni

Dos imágenes, dos tiempos. En la izquierda, de 1969, aspecto de la plaza de España durante la ceremonia de la cesión del territorio de Ifni a Marruecos, presidida por el gobernador de Ifni, general Vega Rodríguez, y por el representante del Gobierno marroquí. En la derecha, estado actual del edificio.

Maltrato de España y la realidad de las pateras

Un maltrato por la ex metrópoli que, unida a la falta de futuro y oportunidades en Marruecos, empujan a las nuevas generaciones a arrojarse al mar. “El trato de las administraciones españolas hacia los nativos dio lugar a muchas tragedias y casos incompatibles con las más simples normas de derechos humanos, incluidos algunos que podrían calificarse como delitos, ya que provocaron la ruptura de vínculos de parentesco condenados a la pobreza y exclusión sistemática, lo que contradice el espíritu de la ley y de la Constitución española, así como con las obligaciones de España ante la comunidad internacional”, arguyen. “Muchas personas cogieron 'las pateras de la muerte' para intentar mejorar sus condiciones; muchos de ellos murieron en el mar en un momento en el que podrían haber recuperado su ciudadanía española a través de la administración más cercana, como los consulados españoles en Marruecos, si estos últimos no hubieran puesto obstáculos al practicar todo tipo de dilaciones y burocracia administrativa injusta”.

Mapa de pesquerías y comercio en Santa Cruz de Mar, actual Ifni. | Biblioteca Nacional

“Incluso quienes llegan a España se ven sometidos normalmente a episodios de maniobras, demoras y cuestionamientos de sus documentos, lo que obliga a muchos de ellos a vivir en una situación inestable, se les priva de su derecho a un futuro seguro y protegido; y les hace perder muchos años de sus vidas fuera del ciclo de producción y de una vida normal y digna. Esta trágica situación privó a muchas personas de Ifni del derecho a reunirse con sus padres, hijos y familias, como si estuvieran en prisión o en el exilio. De hecho, algunos de ellos murieron aquí o allá, privados de contacto directo con sus familias durante años debido a esta situación impuesta ¿Cuándo las leyes rompieron los lazos familiares, impidieron visitar a los enfermos y asistir a eventos familiares y abolieron el derecho a asistir a los funerales de hijos y padres?”, se interroga el texto con Zarzuela como destinatario.

Muchas personas cogieron 'las pateras de la muerte' para intentar mejorar sus condiciones; algunos murieron en el mar cuando podrían haber recuperado su ciudadanía española a través de una administración más cercana

Auxilio para el patrimonio español

La carta también contiene una reivindicación de otras relaciones hispano-marroquíes en un contexto en el que ambos gobiernos las tildan de “excelentes” tras la cesión del Ejecutivo español en el contencioso del Sáhara Occidental, alineándose con las tesis marroquíes.  “No exageramos al decir que los primeros que sufrirán de esta ley en el marco de una política sistemática y conjunta entre los gobiernos de España y Marruecos son los luchadores por la libertad y sus familias, así como los activistas que hablan públicamente a fin de cambiar la realidad inhumana impuesta a los nativos de la provincia por sus demandas explícitas de restitución de la ciudadanía española de forma general e integral, sin discriminaciones como es el caso de los sefardíes. Es una decisión que evitará todas las tragedias y sufrimientos que hemos mencionado anteriormente, y que la mayoría de los observadores de las relaciones entre los gobiernos de Madrid y Rabat han atribuido explícitamente a intereses estrechos y acuerdos personales a costa de los derechos humanos
 y de los pueblos”.

El ajuste de cuentas también alcanza al patrimonio español, que hoy languidece en los confines de Sidi Ifni, una de esas provincias de ultramar españolas extraviadas en la historia del siglo XX. “El estado del patrimonio material español ha comenzado a deteriorarse por los factores del tiempo y el olvido, mientras que el patrimonio inmaterial, especialmente el cultural, también ha comenzado a infiltrarse en los factores de extinción por el envejecimiento de las generaciones que vivieron la era española. Fueron las que estudiaron y conocieron su cultura. Además del asedio impuesto por Marruecos a la lengua y cultura española en la región, fue lo que precisamente nos hizo dirigir esta carta abierta a la institución real primero y al mismo tiempo a los españoles como la última oportunidad de salvar lo que se puede salvar”, concluye.