La ultraderecha alemana ha ganado las elecciones en Turingia con un 30,8% o un 33,5% de los votos, según ARD y ZDF, respectivamente, mientras que en Sajonia ha quedado en segundo lugar, después de los democristianos de la CDU, pero a menos de un punto. Son unos resultados históricos para Alternativa para Alemania (AfD), que quedará fuera de los gobiernos debido al cordón sanitario. Es la primera vez que la ultraderecha gana en un Land alemán.

"Una cosa ha quedado clara: los votantes quieren un cambio político tanto en Sajonia como en Turingia. Si quieres hacer una política creíble, has de contar con AfD", ha señalado Tino Chrupalla, colíder del partido, mientras calificaba el resultado como "sensacional".

El gran triunfador es Björn Höcke, el líder de AfD en Turingia, y uno de los políticos más extremistas del partido. Es quien planteaba el lema "Höcke oder Solingen" con el objetivo de sacar rédito político del atentado perpetrado hace diez días por un sirio que debería haber sido deportado.

En Turingia queda en segundo lugar la CDU, con un 24,5%, y en tercer lugar la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), neocomunista conservadora, con un 16%. Die Linke se hunde hasta el 12,5%, 18,5 puntos menos, después de haber gobernado, y los socialdemócratas tendrían un 7%. Verdes y Liberales se quedarían fuera. Hay una clara decepción con Bodo Ramelow, que ha encabezado un gobierno de Die Linke en minoría.

La única coalición factible en Turingia sería con CDU, BSW y SPD, ya que hay una línea roja sobre los pactos con Alternativa para Alemania, que tendría 30 diputados, una tercera parte del total (88).

En Sajonia la CDU habría ganado pero apenas saca punto y medio a AfD, que también supera el 30% de los votos. La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) logra un 12%, seguida del SPD con 8,5% y los Verdes con 5,5%. En este caso Die Linke tampoco entraría en el Parlamento de este Land. Aquí la coalición posible es con la CDU, Verdes y SPD, como hasta ahora, o bien CDU, SPD y BSW.

La otra triunfadora de la jornada es Sahra Wagenknecht, quien en apenas ocho meses ha logrado situar a una alianza formada en torno a su figura en posición de poder en estos dos Länder de Alemania del Este. Sin BSW no es posible formar gobierno en Turingia y será difícil en Sajonia. La condición sine qua non de Sahra Wagenknecht para apoyar una coalición es la política sobre Ucrania: defiende que se deje ayudar militarmente a Kiev y se impulsen negociaciones.

El tripartito federal, en crisis

Estas elecciones en Turingia y Sajonia, junto con las que se celebran en Bramdemburgo el 22 de septiembre, son un aviso que han de tener muy en cuenta los partidos de la coalición en el gobierno, que están en caída libre. En realidad, son poco más de cinco millones de votantes en un país de 84 millones de habitantes, pero es significativo el avance de la ultraderecha en apenas 11 años desde que se fundó AfD. Muchos germano orientales asocian al tripartito con el incremento del coste de la vida y votan a opciones en los extremos para mostrar su descontento.

En el Este sus mensajes encuentran mayor eco, como ocurre con BSW, pero no son fenómenos exclusivos de los llamados cinco nuevos Länder, como se vio en las elecciones europeas, cuando AfD logró un 15,9%, que se traducen en 15 eurodiputados. El estreno de BSW fue prometedor con un 6,2% y seis eurodiputados.

Socialdemócratas, liberales y Verdes atraviesan un momento de crisis cuando falta poco más de un año para las elecciones federales, que ya tienen fecha. Serán el 28 de septiembre de 2025.

La CDU se sitúa como favorita para volver al poder federal, si bien necesitaría gobernar en coalición, según un sondeo publicado por el Bild. Obtendría un 31% y AfD sería segunda con un 19%. En tercer lugar quedarían los socialdemócratas, pero sumados con los Verdes apenas sumarían el 27%. Los liberales no superarían el mínimo del 5%. La neocomunista Wagenknecht conseguiría el 9%.

En el Kremlin tienen motivos para celebrar estos resultados. Tanto los ultraderechistas de AfD como la Alianza Sahra Wagenknecht están a favor de que Alemania cambie su estrategia sobre Ucrania. Por motivos presupuestarios de todas formas el gobierno tripartito va a recortar la ayuda. A su vez, coinicide en instrumentalizar la cuestión migratoria, otro asunto que Putin utiliza en su guerra híbrida con Occidente.