Sus vídeos sobre “la vida en una tienda de campaña” se habían vuelto virales desde que comenzara en mayo a mostrar en Tiktok retazos de su existencia como desplazado en la Franja de Gaza, en mitad de una operación militar israelí que se ha cobrado cerca de 41.000 vidas. Mohamed “Medo” Halimy, de 19 años, había abierto la cuenta unos años antes pero la contienda le había reconciliado con la aplicación. En apenas unos meses había sumado millones de visionados y decenas de miles de forofos que seguían sus juegos al Monopoly, sus recetas a base de latas de sardinas o sus "baños de arena" y sus atardeceres en la playa.

Las andanzas de “Medo” en TikTok quedaron bruscamente interrumpidas hace una semana. Su último vídeo advierte de su regreso a “los vídeos de la vida en una tienda”. El joven describe su rutina en el laberinto de jaimas en un caluroso día de agosto: desde su aventura para cargar teléfono y portátil hasta su visita a la peluquería o su paso por un café para editar su vídeo. Poco después “Medo” fue víctima de un ataque israelí. Sucedió mientras se hallaba al café improvisado de Jan Yunis al que acudía para conectarse a internet y reunirse con su colega Murad Talal. Murad, que sobrevivió al bombardeo, no ha olvidado aquellos últimos instantes: sintió un dolor en el cuello y vio a su amigo “sangrando por la cabeza”. Diez minutos después, el joven fue evacuado en una ambulancia y falleció horas después.

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Back on the “tent life” videos!

♬ original sound - Medo Halimy

"Tengo una perspectiva diferente de la vida y quería mostrarla"

Con cerca de 280.000 seguidores y más de cinco millones de visitas, “Medo” había conquistado a los usuarios de TikTok con su manera de narrar la tragedia que vive una Franja de Gaza irreconocible tras cerca de once meses de bombardeos. Su inglés fluido y su desparpajo para expresarse ante la cámara eran uno de los ingredientes de su éxito. Entre 2021 y 2022, el joven había participado en un programa de intercambio de estudiantes patrocinado por el Departamento de Estado estadounidense. Había asistido durante un año a un instituto de Texas.

Su asesinato en Gaza se ha convertido para muchos en el símbolo de una generación perdida, primero por más de tres lustros de bloqueo sobre la Franja y ahora por una contienda que va camino de cumplir un año sin atisbo de final. La guerra que segó su vida le impidió primero iniciar sus estudios de Administración de Empresas en la Universidad de Al Azhar. “No tenía nada que hacer más que seguir pensando en lo que está pasando con mi vida y cómo ahora está todo destruido, todo se ha esfumado”, explicó el joven en una entrevista con la revista estadounidense Time semanas antes de su óbito. “Sentí que podía informar sobre mi vida y lo que está pasando con ella de una manera diferente, lo que en cierto modo se ve en mis vídeos. Tengo una perspectiva diferente de la vida y quería mostrarla a la gente”, agregó.

Una mirada diferente, a veces incluso alegre, en mitad de la tragedia que “Medo” trataba de transmitir en vídeos en los que detallaba su dieta o su rutina en mitad del ruido bélico. “No muestro ninguna de nuestras luchas y penurias reales por las que pasamos a diario”, reconoció. Era una de sus líneas rojas.

Sus creaciones eran sencillas: “Dejadme que os muestre cómo es un día en la vida de mi tienda”, solía decir. “Empecé el día con una taza de café y luego fui a por agua potable. Hoy me toca a mí. Y luego, cuando volví, preparamos pan y tomé té. Luego me he arreglado la barba y he escuchado música. […] Después, mi madre y yo hicimos este postre. Se llama layali lubnan, traducido como 'noches de Líbano'. Es realmente delicioso y se hace con pasas, pistachos y un montón de otros frutos secos, lo que es súper difícil de encontrar”.

En otros vídeos, levantaba acta de sus esfuerzos por cultivar menta -esencial para un buen vaso de té- en mitad de los bombardeos y los desplazamientos. “Este es mi pequeño bebé. La uso mucho y ahora mismo es un poco complicada de encontrar”, narró tras invitar a sus seguidores a sugerirle nombres para bautizarla. Para su padre, Adi Halimy, su hijo era una “persona especial” que hacía que la gente fuera de Gaza “sintiera el sufrimiento de la gente en las tiendas”. “Medo siempre fue una persona positiva que amaba la vida. Seguiremos trabajando en su sueño y difundiendo su mensaje a todo el mundo”, relató uno de sus hermanos.

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Gotta enjoy life no matter what

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El sueño roto de ser evacuado y empezar una nueva vida

En los últimos meses había iniciado una campaña de micromecenazgo para tratar de evacuar a su familia. “Hoy escribo esto en una tienda de campaña, en Rafah, junto a la frontera egipcia, intentando recaudar dinero para ayudarnos a mí y a mi familia a se evacuados y abandonar la Franja de Gaza, tener una vida y seguir adelante con mis sueños y los de mi familia”, detalló. Ya habían sobrevivido a ataques previos. “La primera noche, mientras intentábamos dormir con normalidad -tenía el presentimiento de que algo malo nos iba a pasar-, los israelíes lanzaron muchos misiles cercanos que daban mucho miedo y nos despertaron a mí y a mi familia, luego lanzaron otros 3, pero esta vez estaban tan cerca de nuestra casa que la destruyeron encima de nuestras cabezas, literalmente tuvimos que mover ladrillos y cosas de encima de nuestras cabezas y luego salimos corriendo a la calle intentando ir a un lugar más seguro. No puedo ni describir lo horrible que fue la escena. Estoy literalmente llorando ahora mismo mientras escribo esto y recuerdo lo horrible que fue”.

Originaria de la ciudad de Gaza, la familia tuvo que trasladarse al sur de la Franja huyendo de la operación militar. “El viaje al sur fue el más aterrador de mi vida. Literalmente me destrozó por dentro. Dijeron que sería seguro ir al sur pero literalmente bombardearon y mataron a más de 150 personas de camino al sur. Después de todo, llegamos sanos y salvos al sur y unos desconocidos nos ofrecieron un apartamento en el que alojarnos”, rememoraba. “Durante los primeros 75 días en el sur tuvimos que luchar con la comida y el agua, comiendo sólo una vez al día, y cuando digo que comemos no estoy hablando de llenarnos y saciarnos, estoy hablando de comer porciones muy pequeñas sólo para mantenernos vivos y porque sabes que somos una familia de 8 y no hay mucha comida, e incluso el pan que comemos, tuvimos que esperar de 7 a 10 horas en la cola para conseguir un poco”.

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We usually scrub our bodies with sand

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En mayo, tras el inicio de la invasión israelí de la fronteriza Rafah, “Medo” y su familia tuvo que iniciar una nueva mudanza. Fue entonces cuando comenzó a grabar y publicar sus vídeos en TikTok mientras se exhibía lavando sus camisas, comprando comida enlatada o cocinando. “Empecé a filmar mi vida y a publicarla en las redes sociales para mostrar a la gente cómo es realmente la vida aquí y cómo paso realmente el día, pero no muestro las luchas y las dificultades, sólo muestro la parte de mi vida en la que intento vivir y divertirme un poco. El dinero que estoy recaudando se utilizará para todos los gastos que nos supondrá salir de Gaza y reconstruir nuestras vidas de nuevo, eso incluye la universidad y las tasas escolares porque no tendremos dinero para pagarlas pero necesitamos irnos y continuar con nuestra vida.  Para salir de la Franja de Gaza en días normales es realmente difícil, salir durante la guerra es un poco más posible que imposible, necesitas tener una ciudadanía extranjera o pagar algo de dinero para que tu nombre aparezca en la lista de viajeros a través del puerto terrestre de Rafah, y como no tenemos pasaportes extranjeros tendremos que pagar dinero para pasar por el puerto terrestre de Rafah que no tenemos. Cuesta entre 5.000 y 10.000 dólares por persona inscribir su nombre en la lista. Tengo siete familiares, además de mí, que necesitamos inscribir en la lista. Estamos intentando recaudar el dinero que nos ayude a cubrir todo el coste del viaje y pagar la continuación de nuestra vida y sacarnos de esta zona de guerra lo antes posible”. Un sueño, el de dejar atrás la destrucción de Gaza, que “Medo” -el joven que trató de mostrar los breves destellos de alegría en mitad de la desolación- no pudo cumplir.