En una rueda de prensa con periodistas internacionales, Benjamin Netanyahu exhibió este miércoles un mapa de Marruecos que incluye los territorios ocupados del Sáhara, la ex provincia española pendiente de descolonización, pero lo hizo manteniendo una denominación que indigna a las autoridades marroquíes: Sáhara Occidental.

El régimen marroquí sólo se refiere al Sáhara Occidental como "Sáhara marroquí", "provincias saharauis" o "provincias del sur" y evita en todo momento la denominación del Sáhara Occidental empleada por la República Árabe Saharaui Democrática del Frente Polisario y los organismos internacionales como la ONU, que no reconocen la soberanía marroquí y lo consideran un territorio no autónomo, el último de África pendiente de descolonización.

En mayo Netanyahu apareció en una entrevista con una canal de televisión francés exhibiendo un mapa del norte de África y el mundo árabe en el que Marruecos aparecía sin incluirse en sus fronteras el Sáhara Occidental a pesar de que el Gobierno israelí reconoció el año pasado la marroquinidad de la ex colonia española en contrapartida a la normalización de lazos con Rabat. El episodio causó revuelo en Rabat y obligó a una rectificación del Gobierno israelí, que lo achacaron a "un error técnico". "Nos disculpamos por este error técnico. Israel y Marruecos son hermanos y no daremos marcha atrás en nuestro reconocimiento histórico de la marroquinidad del Sáhara", señaló Hassan Kaabia, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel para los medios árabes, en su cuenta de la red social X.

Netanyahu insiste en controlar el Corredor de Filadelfia y frustra cualquier acuerdo

En la rueda de prensa, celebrada a última hora del miércoles, Netanyahu se mantuvo en sus trece. Insistió en que Israel no cederá el control militar de la divisoria de Gaza con Egipto a fin de lograr un posible acuerdo para la liberación de rehenes.

"Si queremos liberar a los rehenes tenemos que controlar el corredor de Filadelfia", recalcó Netanyahu en alusión a la franja de 14 kilómetros de largo que conecta el cruce de Kerem Shalom con el Mar Mediterráneo, informa Efe.

A su juicio, controlar este corredor es la única manera de ejercer presión sobre Hamás, evitar que se rearme e inducirle a que acepte un acuerdo favorable para Israel; que todavía tiene alrededor de 100 rehenes en la Franja tras casi once meses de combates.

Netanyahu alegó que si ceden ahora -tras el asesinato de seis rehenes la semana pasada en Gaza-, sería como decirle a Hamás "que si matan a más cautivos van a conseguir más concesiones", lo que calificó no solo de "inmoral", sino de "una locura".

El primer ministro defendió también hoy su gestión de la guerra, asegurando que si hubiera hecho caso a la presión internacional no habría invadido Rafah -donde unos 1,4 millones de palestinos buscaban refugio-, y no habrían logrado debilitar a Hamás. "Parte de que los tengamos ahogados es que controlamos su máquina de hacer dinero, que es el cruce de Rafah", mantuvo el primer ministro, en referencia al principal paso que conectaba Egipto con el sur de la Franja y por donde entraba numerosa ayuda humanitaria y gazatíes heridos eran evacuados.

El final de la guerra en Gaza, sin fecha

En un discurso con tonos grandilocuentes, y al ser preguntado por periodistas sobre si había alguna estimación de cuándo terminará la guerra en Gaza- que ya ha dejado más de 40.800 palestinos muertos y al 86 % de la población gazatí fuera de sus casas-, Netanyahu reconoció no poder dar una fecha.

"Terminaremos la guerra cuando alcancemos los objetivos de la guerra", dijo el primer ministro, que durante la elocución recordó que una de sus responsabilidades es prevenir que ataques como el del pasado 7 de octubre se repitan "una y otra vez".

"La semana pasada recibimos un recordatorio", dijo Netanyahu sobre el asesinato "a sangre fría" a manos de Hamás de los seis rehenes, algunos con disparos en la cabeza. "Esos son los salvajes, esos son los terroristas que Irán ha implantado cerca de nuestra frontera y en otros lugares", exclamó.

Al tiempo que Netanyahu comparecía ante la prensa extranjera, activistas y numerosos familiares de los aún cautivos se congregaron en las calles de Tel Aviv y Jerusalén -entre otras ciudades-, y frente a las casas de algunos ministros, exigiendo un acuerdo de tregua que devuelva a los cautivos con vida.

"La gente de Israel no permitirá que continúe el abandono que los rehenes ya han padecido durante casi once meses. Cada día podría ser su último, como nos ha demostrado la ejecución de seis rehenes en los últimos días", advirtió el lunes el Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos, el principal grupo que agrupa a parientes.