La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, se ha visto envuelta en una polémica en el inicio del curso bruselense. La maltesa ha fichado a su cuñado como jefe de gabinete y Politico le ha afeado que su marido sea uno de los mayores lobistas del sector de los cruceros y que pese a ello no esté obligada a una declaración sobre un potencial conflicto de intereses. Metsola no ha incumplido ninguna norma, pero ahí es donde ven el problema algunos eurodiputados y también los expertos en transparencia.
Por partes. Durante la anterior legislatura, el Parlamento aprobó nuevas normas para aumentar la transparencia de la Eurocámara, tras el escándalo Qatargate. Según el código de conducta, los eurodiputados tienen que publicar una “detallada declaración de sus intereses privados, una declaración de bienes y, cuando corresponda, una declaración de conflicto de interés”. Esto último también se define en el código de conducta: “Un conflicto de interés existe cuando en el ejercicio de su mandato como miembro del Parlamento Europeo en el interés público puede ser influenciado por razones relacionadas con su familia, su vida emocional o sus intereses económicos”.
El código de conducta solo se refiere a los MEP, es decir, a los eurodiputados. Sin embargo, no hace ninguna mención a la figura del presidente o la presidenta y sus obligaciones de transparencia y ética profesional. Por ello, en Politico, consideran que se está produciendo una excepción con Metsola, cuando el trabajo de su marido consiste, además, en influir en las políticas europeas de la industria para la que trabaja.
Fuentes cercanas a la presidenta del Parlamento explican a este periódico que no han recibido ninguna petición por parte de ningún grupo para que la maltesa tenga que detallar de forma más clara como interfiere su vida profesional con la personal. “La presidenta siempre ha seguido todas las reglas del parlamento en cuanto a declaraciones y conflictos de intereses”, añaden fuentes de la Eurocámara.
Además, apuntan que “el empleo del marido de la presidenta no es nuevo ni se ha conocido hoy. Ha sido debidamente registrado y hecho público en el registro europeo de transparencia”. Es cierto que Ukko Metsola consta en este registro junto al de Royal Caribbean Group, el gigante de los cruceros para el que trabaja. No obstante, varias fuentes critican que la presidenta del Parlamento Europeo no haya mencionado el puesto de su marido como un potencial conflicto de interés.
La presidenta del grupo de La Izquierda en el Parlamento, Manon Aubry, criticó que “mientras se presenta a si misma como una gran defensa de la ética y la transparencia [...] Roberta Metsola se exime a si misma de las reglas que ha impuesto al resto de la institución y no ha declarado que su marido es un lobista trabajando para debilitar la legislación ambiental”.
Vicky Cann, del Corporate Europe Observatory, una organización que vigila las actividades de lobby en la Unión Europea, considera que aunque Metsola no ha incumplido ningún código de conducta, sí podría haber hecho mejor las cosas. “Hay una cultura en Bruselas de hacer lo mínimo en lugar de hacerlo bien. Y ahí es donde deberían estar centrados los líderes y las personalidades destacadas para dar un mejor emplo”, resume.
No hay pruebas de que Roberta Metsola haya influido a favor de su marido en la legislación europea. Politico sí publica la facilidad con la que se agendó una reunión entre Ukko Metsola y un comisario o el acceso a personas relevantes para su actividad profesional como consecuencia de estar casado con la presidenta del Parlamento Europeo. ¿Tendría que dejar de acompañarla?
El director de la organización anticorrupción Transparency International EU, Nicholas Aiossa, reconoce en declaraciones a este periódico que “no es tan fácil” y que habría que analizar “caso a caso, cómo puede influir en el trabajo de Ukko Metsola el reunirse con según qué personas en actos públicos” y evitar que esas reuniones se produzcan en determinados casos “porque es hacer lobby”.
Aiossa considera que en la anterior legislatura hubo una “falta de voluntad política” que permite que estos vacíos legales sigan existiendo. “No hablamos solo del caso de Metsola, es algo que se debería abordar de forma general”, añade.
Acusaciones de nepotismo
Como se comentaba anteriormente, el trabajo de su marido no es el único problema al que se enfrenta en la actualidad Roberta Metsola. La presidenta del Parlamento Europeo ha elegido a Mathew Tabone, el marido de su hermana, como jefe de gabinete. Varios medios han publicado que Tabone ya trabajaba para Metsola en 2013, cuando ella ejercía de eurodiputada. Fue después, en 2015, cuando se casó con su hermana.
Sin embargo, este fichaje le ha costado a la política maltesa una reclamación ante el defensor del pueblo por parte del eurodiputado socialista Daniel Attard. El compatriota de Metsola Alex Agius consideró que el fichaje de Tabone era un acto de nepotismo.
Por otra parte Mathew Tabone fue uno de los encargados de reformar las normas de transparencia del Parlamento Europeo tras el Qatargate, las mismas reglas que Metsola no ha incumplido. Pese haber cumplido con sus obligaciones, muchos consideran que la presidenta del Parlamento Europeo no ha hecho lo correcto.
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