"Para mí, los ex presidentes son como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes". Son palabras del socialista Felipe González, quien fuera jefe del gobierno de España entre 1982 y 1996. Así se sintió González, y también José Luis Rodríguez Zapatero, quien estuvo dos mandatos al frente del gobierno y renunció a presentarse para optar a un tercero, tras unos últimos años en los que España lidió con una gravísima crisis financiera. Su partido pasó a la oposición con sus peores resultados tras su segundo mandato.

En 2012 Zapatero empezó su vida como ex presidente, tras siete años en el poder. En su partido, el PSOE tomaron gradualmente distancia y en poco tiempo de su trayectoria solo se recordaba su enfrentamiento a EEUU o su negación de la crisis hasta que ya era inevitable. Entonces empezó a viajar cada vez con más frecuencia y a relacionarse con el círculo más próximo a Hugo Chávez.

El 'príncipe' de Delcy

Intensificó su actividad en Venezuela a partir de 2016. Coincidió en esa época, y trabajó una relación cordial, con Delcy Rodríguez, una de las personalidades políticas más cercanas a Nicolás Maduro. Según explica la periodista Ibeyise Pacheco, fue Jorge Rodríguez quien facilitó que su hermana pequeña accediera al entorno de Maduro. Primero se hizo amiga de Cilia, la esposa de Maduro. "Chávez la detestaba, pero ella, que es servil, inteligente, y muy trabajadora, supo hacerse útil", dice Pacheco, autora de Los hermanos siniestros: la codicia y el odio en el confort del horror.

Delcy Rodríguez fue ministra de Exteriores entre diciembre de 2014 y junio de 2017. Es hermana de Jorge Rodríguez, actual presidente de la Asamblea Nacional. Delcy llama a Zapatero "mi príncipe". Hubo un momento en el que Zapatero era considerado fiable por el régimen y por la oposición, cuando para los estadounidenses era un interlocutor válido con Maduro. Todavía estaba Leopoldo López en Ramo Verde.

Con su príncipe, Delcy Rodríguez coincidió en la última cumbre del Grupo de Puebla en agosto. Al Grupo de Puebla Zapatero llegó precisamente de mano de Pablo Iglesias, quien reivindicó su lucha por los derechos sociales y le ayudó a restablecer lazos con el PSOE, sobre todo, con Pedro Sánchez, el presidente del gobierno.

Después de las elecciones fraudulentas de 2018, la UE aprobó una serie de sanciones contra dirigentes chavistas y Delcy estaba incluida. Por ello no podía pisar suelo español y por ello fue un escándalo que su avión aterrizara en Madrid el 20 de enero de 2020 y que se viera en el aeropuerto con el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, hoy defenestrado.

La salida de Edmundo González

Con Delcy Rodríguez habló Zapatero hasta en dos ocasiones para tratar sobre la salida de Edmundo González, el candidato opositor en las presidenciales del 29-O, de Venezuela. Delcy aparece en la foto en la residencia del embajador Ramón Santos en la que se ve a Edmundo González firmando un documento por el que aceptaba la victoria de Maduro.

Chávez detestaba a Delcy, pero ella, que es servil, inteligente, y muy trabajadora, supo hacerse útil en el entorno de Maduro"

IBEYISE PACHECO, PERIODISTA Y AUTORA DE 'LOS HERMANOS SINIESTROS'

El régimen chavista nunca presentó pruebas de ese triunfo, mientras que la oposición sí que ha divulgado las actas electorales que confirman que Edmundo González se impuso por el 67% de los votos frente al 30% de Maduro. Zapatero participó en las elecciones presidenciales como observador del Grupo de Puebla. En ningún momento ha criticado al régimen por no presentar las actas electorales. Ni ha puesto en duda la victoria de Maduro.

González Urrutia había sido acosado por el régimen hasta que acabó atemorizado, escondido primero en la embajada de Países Bajos, y luego en la española. Para librarse de ser encarcelado o vivir bajo amenaza continua pidió marcharse a España, donde ya vivía una de sus hijas. Eudoro González, de Primero Justicia, fue quien acompaó a González Urrutia. Eudoro es hijo de un amigo muy cercano a Edmundo González.

Un mediador cuestionado

En su primera intervención pública tras conocerse su participación en la salida de González Urrutia, Zapatero dijo el miércoles en Madrid que participó en la tarea de "facilitación" para que el opositor venezolano acabara asilado en España. Aseguró que su interés en facilitar consensos, una tarea que demanda "discreción".

Por sus palabras queda claro que Zapatero se considera un "mediador" que trata de "ayudar a buscar una solución política". Está convencido, dijo, que llegará "antes o después". Es decir, se ve como alguien neutral e incluso apuntó: "Me llevo bien con la oposición".

Sin embargo, la mayor parte de la oposición venezolana reniega de lo que ha hecho Zapatero últimamente en Venezuela. Salvo los llamados alacranes, a quienes el chavismo ha comprado y simulan ser opositores, el resto ve a Zapatero como alguien que ayuda a blanquear el régimen chavista.

Zapatero ha hecho un daño profundo a la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela"

Juan Pablo Guanipa, ex primer vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, de Primero Justicia, afirma a El Independiente que no tiene respeto alguno por la figura de Rodríguez Zapatero. "En alguna oportunidad él fungió como mediador de procesos de diálogo y negociación en Venezuela, pero fue demostrando que era una agente del régimen de Nicolás Maduro. Hemos perdido la confianza en él. Creo que ha hecho un daño profundo a la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela, algo que va en contra de los valores democráticos que defiende España".

Zapatero facilitó que a Leopoldo López le dieran el arresto domiciliario y liberaciones de presos, si bien lleva tiempo sin ocuparse de los 16 españoles presos. En todo caso, muchas veces el régimen practicaba la llamada puerta giratoria: unos salían y otros entraban. Los dos últimos españoles arrestados, José María Basoa y Andrés Martínez Adasme, están acusados de terrorismo sin pruebas ni abogados.

También Zapatero ayudó a Miguel Rodríguez Torres, que había sido director del Sebin. Rodríguez Torres, expatriado en 2023, sí que aceptó el silencio que suele imponer Zapatero cuando intercede. Así lo relataba Julio Borges al periodista David Placer cómo Zapatero le amenazó cuando medió en su exilio hace seis años, en el que también participaron los Rodríguez. Borge se negó a firmar lo que le exigía el madurismo y en consecuencia le quitaron su casa, persiguieron a su equipo y acabaron con su compañero de partido Fernando Albán.

Desde Madrid, Antonio Ledezma, ex alcalde de Caracas, pedía a Zapatero que si quiere mediar lo haga para decirle a Maduro que deje el poder, según informa Efe. Ledezma le recorda que quien ha de asumir la Presidencia el 10 de enero es Edmundo González Urrutia, el ganador junto a María Corina Machado, quien permanece en Venezuela, "a resguardo".

El otro jarrón chino, Felipe González, sin embargo, siempre se ha colocado en las antípodas de Maduro, de quien no se fía. "Maduro nunca aceptará una derrota electoral. Si acepta la celebración de elecciones, es para ganarlas". Es lo que siempre ha dicho. Y así ha sido. Eligió al candidato opositor, un ex diplomático desconocido y ya mayor, con idea de que ganaría la contienda fácilmente. La perdió pero disfrazó la derrota con ayuda de sus fieles. Todos saben que están en el mismo barco. Y Zapatero sigue defendiendo que hay que mantener la mano tendida.