Israel tiene claro su objetivo: aniquilar Hizbulá. Pocas horas después del discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ante la ONU, Israel bombardeaba el cuartel general del grupo chií, con el objetivo de matar a su líder, Hasan Nasralá. Esa sede de Hizbulá estaba, según Israel, en Dahiye, en los sótanos de unos edificios que han quedado devastados. El caos reinaba en la tarde del viernes en la zona.

Hasan Nasralá ha resultado ileso, según fuentes de Hizbulá, citadas por la agencia Reuters. Las autoridades israelíes ha difundido la imagen de Netanyahu cuando daba la orden de bombardear desde Nueva York. En su alocución ha dejado claro que mientras Hizbulá siguiera atacando Israel, la operación en el Líbano seguiría adelante. Netanyahu, que tenía previsto salir el sábado, ha adelantado su regreso a Israel.

Daniel Hagari, portavoz de la Fuerza Aérea israelí, ha confirmado la acción en "el epicentro" de Hizbulá. "Después de casi un año en el que Hizbulá disparó cohetes, misiles y drones suicidas contra civiles israelíes, después de casi un año en que Israel advirtió al mundo y le dijo que debía detener a Hizbulá, Israel está haciendo lo que todo Estado soberano del mundo haría", ha dicho Hagari en una rueda de prensa tanto en hebreo como en inglés.

"Israel está tomando las medidas necesarias para proteger a nuestro pueblo, para que las familias israelíes puedan vivir en sus hogares, de forma segura", ha añadido. A su vez, el Ejército israelí ha reconocido que estos bombardeos están preparando el terreno para que las tropas entren en el Líbano.

De los 'buscas' a los dirigentes de Hizbulá

Israel se ha apuntado logros muy relevantes en los últimos diez días. Empezó con la campaña de las detonaciones de miles de buscas seguida al día siguiente por las explosiones de walkie talkies. Este golpe noqueó a Hizbulá, porque tras su desconfianza del uso de móviles, se habían inclinado por estos aparatos más primitivos, pero aún así los israelíes les dejaron casi incomunicados.

A la vez los israelíes asestaron un certero golpe contra el jefe de operaciones, Ibrahim Hakil, hace justo una semana. Luego cayeron el jefe de misiles, Ibrahim Muhamad Kabisi, y el jefe de la fuerza aérea, Abbas Ibrahim Sharaf al Din, el jueves.

En Beirut, por primera vez, resonaron explosiones en toda la capital. Esta semana ya hubo otros cuatro ataques sobre la capital, pero ninguno tan potente. Según la cadena de televisión Al-Manar, ligada a Hizbulá, los ataques aéreos destruyeron cuatro edificios. Los vídeos que mostraban el lugar del ataque aéreo mostraban varios edificios completamente derrumbados, con incendios bajo los escombros.

El sonido de las ambulancias corriendo hacia el lugar de los hechos se escuchaba en todo Beirut, de modo que se espera un elevado número de víctimas. Por el momento, la embajada iraní en Líbano ha confirmado dos muertos.

Israel ha bombardeado más de 2.000 objetivos de Hizbulá en todo el Líbano, desde el pasado lunes. Ese día fue el más sangriento desde la guerra civil de 1975. Al menos 700 personas han muerto y hay más de 1.835 heridos.