En medio de la escalada de tensión que se está produciendo en Oriente Próximo, este martes Irán ha lanzado un ataque con misiles sobre Israel. Horas antes, EE.UU ya había alertado que Teherán estaba preparando un ataque "inminente" al detectar el movimiento de lanzadoras en suelo iraní. Por eso las fuentes americanas pudieron adelantarse, asegurando que la ofensiva utilizaría una combinación de drones, misiles de crucero y misiles balísticos.

Se trata de la enésima demostración de poderío militar de Irán, que durante décadas ha ido construyendo un potente arsenal, sorteando los embargos occidentales, para protegerse de sus debilidades. Según la última clasificación del Global Firepower, una web que evalúa 145 países en función a más de medio centenar de variables, Irán ocupa el puesto número 14 entre los ejércitos del mundo, y se impone a Israel en los apartados de personal, poder terrestre y naval así como en logística.

En medio de todo ese abanico armamentístico, los misiles balísticos juegan un papel clave. Fabian Hinz, experto del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos, explicó a este periódico que comenzaron a desarrollarlos durante su guerra contra Irak, en la década de los 80. Y a día de hoy, según apuntó Ali Vaez, director del Iran Project del Crisis Group, Teherán "dispone del mayor y más sofisticado arsenal de misiles balísticos de la región".

Estas armas no son solo uno de sus músculos militares. También pueden llegar a ser su única esperanza. "Irán es considerablemente más débil que la mayoría de sus adversarios regionales y extrarregionales en cuanto a capacidades de armamento convencional avanzado. Pero con el tiempo, ha desarrollado medios de defensa asimétricos, cristalizados en su política de defensa avanzada, consistente en hacerse con socios y apoderados que disuaden de un ataque en suelo iraní, y sus misiles balísticos, que constituyen su única disuasión convencional fiable", detalló Vaez.

3.000 misiles balísticos

Un misil balístico propulsado por cohetes sigue una trayectoria balística para lanzar una carga útil desde su lugar de lanzamiento hasta un objetivo predeterminado. O en otras palabras, sigue una ruta prestablecida, que incluso les puede llevar a abandonar y reingresar en la atmósfera, lo que hace que puedan alcanzar velocidades muy altas y altitudes elevadas.

De acuerdo con el portal Iran Watch, una web que rastrea el armamento iraní, en 2022 el general Kenneth McKenzie, del Comando Central de Estados Unidos, declaró que el país posee "más de 3.000" misiles balísticos. La organización estadounidense Arms Control detalla que su misil balístico desplegado más sofisticado es el Shahab-3, de combustible líquido. Basado en el misil norcoreano Nodong, el Shahab-3 tiene un alcance de unos 1.300 kilómetros, aunque las variantes del Shahab-3, incluido el Ghadr-1, tienen un alcance de casi 2.000 kilómetros. 

Pero tienen más tipos. Entre ellos también están el Sejjil (2.500 km de alcance), el Kheibar (que puede alcanzar una distancia máxima de 2.000 kilómetros) o el Haj Qasem (capaz de llegar a objetivos situados 1.400 kilómetros de distancia). En 2023 también presentaron sus misiles hipersónicos Jorramshahr y  Fattah II. En total, las autoridades iranís cuentan con nueve modelos de misiles capaces de alcanzar territorio israelí.

"La mayoría de los misiles balísticos de Irán fueron adquiridos de fuentes extranjeras, en particular de Corea del Norte. La República Islámica es el único país que ha desarrollado un misil de 2.000 kilómetros sin tener antes capacidad para fabricar armas nucleares. Y aunque todavía dependen de proveedores extranjeros para algunos ingredientes, componentes y equipos clave, tiene la capacidad técnica e industrial para desarrollar misiles de largo alcance, incluido un misil balístico intercontinental o ICBM", afirmó Michael Elleman, director de No Proliferación y Política Nuclear del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos y ex inspector de armas de la ONU.

Según Elleman, la utilidad militar de los misiles balísticos iraníes de combustible líquido es limitada debido a su poca precisión, por lo que no es probable que sean decisivos si están armados con ojivas convencionales, químicas o biológicas. Aunque recuerda que se utilizaron con éxito para destruir objetivos militares y de infraestructura crítica de manera confiable, como se demostró durante su ataque de enero de 2020 contra las fuerzas estadounidenses estacionadas en la base aérea de Ayn al Asad en Irak utilizando misiles Zolfaghar

Aún así, el experto considera que Teherán "podría utilizar sus misiles como arma política o psicológica para aterrorizar las ciudades de un adversario y presionar a su gobierno".

Un ataque que tendría repercusiones

A pesar de los avisos, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), Daniel Hagari, había asegurado que ellos no habían detectado ningún peligro aéreo procedente de Irán en las últimas horas. Aunque sí había admitido que se encontraban en estado de máxima alerta, y que, en caso de producirse, responderían a la ofensiva iraní.

"Nuestros sistemas de defensa aérea están totalmente preparados, y aviones de las Fuerzas Aéreas israelíes patrullan actualmente los cielos. Sin embargo, la defensa no es hermética y, por lo tanto, es esencial continuar siguiendo las instrucciones del Mando del Frente Interior. Estamos al máximo nivel de preparación tanto en ataque como en defensa. Estamos en alerta máxima junto a nuestro aliado Estados Unidos y seguimos de cerca los acontecimientos en Irán", señaló. No podemos olvidar que el Estado hebrero cuenta con el más sofisticado sistema de misiles y defensa aérea del mundo.