El motivo principal por el que los españoles acudieron a votar el 9 de junio en las elecciones europeas fue la economía. Prácticamente la mitad, el 46% responde que la situación económica es la primera razón que le empujó a las urnas. En el resto de la Unión Europea también lidera la economía. Sin embargo, hay diferencias con otros asuntos. El 28% de los ciudadanos de la UE votó pensando en la migración y el asilo. En España, ese porcentaje solo fue del 14%.

Son las respuestas del primer Eurobarómetro realizado tras los comicios. Las encuestas se hicieron entre el 14 de junio y el 3 de julio en España, una semana después de las elecciones y muestran que pese a la crisis migratoria que se ha sucedido durante los últimos meses en nuestro país, esta no fue una cuestión determinante para la mayoría de los votantes.

La inmigración ha sido la diana del discurso de la extrema derecha en la Unión Europea, donde los partidos que representan a esta ideología han ido ganando fuerza, no solo en la Eurocámara, sino también en los parlamentos nacionales. El último ejemplo es Austria. En España, el partido de Alvise Pérez, Se Acabó La Fiesta, logró tres eurodiputados con un discurso xenófobo y contrario a la inmigración.

No obstante, el Eurobarómetro sitúa los temas económicos y de bienestar social entre los prioritarios para los españoles que votaron el 9 de junio. Si el 46% sitúa la situación económica como la principal razón para ir a votar, el 32% lo hace con la protección social, el bienestar y el acceso a la sanidad. El 35% de los votantes marca la subida de los precios y el coste de la vida como la principal motivación.

Cabe señalar, que en junio, los precios todavía estaban por encima del 3%, en concreto, el índice de precios al consumo (IPC) marcó un avance anual del 3,4%. Sin embargo, en los últimos meses, la cesta de la compra se ha encarecido en niveles que el Banco Central Europeo sitúa en la estabilidad del precios, alrededor del 2%. El último dato, de septiembre, fue del 1,5%, en comparación con el mismo mes del año pasado.

Otro tema en el que tampoco hay sintonía en los datos entre la Unión Europea y España, además de la inmigración, es el cambio climático. La agenda verde pasó a un segundo plano en las últimas elecciones, en comparación con las anteriores, en las que las protestas estudiantiles por la inacción ante la crisis climática pusieron este asunto sobre la mesa.

No obstante, solo el 14% de los españoles acudió a las urnas pensando en el cambio climático como primera razón para ejercer su derecho al voto, muy por debajo del 28%, en el caso de la media de la Unión Europea.

Con todo, los españoles tienen, en general, una opinión positiva (42%) o neutra (39%) sobre el Parlamento Europeo y al 70% les gustaría que la Eurocámara jugase un papel más importante y es que el 79% de los españoles cree que nuestro país se beneficia al pertenecer al grupo comunitario.

Los motivos económicos vuelven a liderar estas impresiones, ya que el 38% considera que la UE contribuye al crecimiento económico de España. Y el 25% apunta que pertenecer a la UE mejora la vida de los ciudadanos. Para el 74% de los encuestados es "importante" que España sea un país de la Unión Europea.

Un 25% de insatisfechos

Entre quienes no acudieron a votar, el 25% afirma que tomó esta decisión por la falta de confianza en la política y la falta de satisfacción con la política en general. Este porcentaje es cuatro puntos superior en España que en la media de la UE. El 22% no lo hizo por falta de interés en la política.

El 62% tenía decidido su voto porque "siempre ha votado así" y solo un 16% eligió al partido al que iba a votar unas semanas o días antes de los comicios. El 3% tomó la decisión el mismo 9 de junio, el día de las elecciones. Más allá del programa, el 53% de quienes votaron a un partido eligieron a este porque "suele votar a este partido".

El 30% votaron a un partido para "evitar el éxito electora de otro partido" y el 37% lo hicieron valorando las propuestas sobre asuntos europeos que presentaron las diferentes candidaturas.