Una sentencia final largamente esperada. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) pronunciará este viernes su decisión final sobre los acuerdos comercial y pesquero entre la Unión Europea y Marruecos después de que la Comisión Europea recurriera el veredicto que en 2021 supuso una victoria histórica para el Frente Polisario al declarar nulo aquel pacto sobre unas aguas que pertenecen al Sáhara Occidental, la ex provincia española que es el último territorio pendiente de descolonización de África.

El pasado mes de marzo, una abogada general del tribunal con sede en Luxemburgo respaldó el acuerdo comercial, pero apostó por anular el pesquero al señalar que el primero trata el territorio del Sáhara Occidental y las aguas adyacentes como "separados y distintos" de Marruecos y el segundo no. Aunque las conclusiones de un abogado general no son vinculantes, la corte con sede en Luxemburgo las tiene en cuenta en la mayoría de ocasiones cuando dicta sentencia.

Una valoración dispar para los intereses del Polisario que quedará dirimida este viernes. En el caso del pesquero, el tribunal preliminar, en una sentencia dictada en septiembre de 2021, anuló la decisión por la que se estableció el acuerdo pesquero, pero ese año la Comisión Europea y el Consejo recurrieron ese fallo judicial.

P.- ¿Qué espera el Frente Polisario de la sentencia de este viernes?

R.- Realmente esperamos una confirmación de esa anulación que fue adoptada por el Tribunal Europeo de Justicia en septiembre del 2021. No hay ningún motivo que pueda evitar esa anulación por el pronunciamiento que han hecho los abogados. No existe un elemento que haya podido perturbar o cambiar los fundamentos de aquello que empujó al tribunal en su momento a tomar esa sentencia, porque la situación es muy clara. Hay unas riquezas saharauis en el territorio que no pertenecen a Marruecos. Y eso jurídicamente está demostrado, porque la Corte parte de que hay un territorio que es Marruecos y otro territorio que es el Sáhara Occidental. Dos territorios diferenciados y, por tanto, sobre la base del principio de la soberanía el pueblo saharaui es el único dueño de su territorio y de las riquezas de su territorio. Naturalmente que Marruecos es un ocupante que no tiene absolutamente ninguna soberanía del territorio ni tiene una administración reconocida por Naciones Unidas. Por lo tanto, es un mero ocupante. Y la ocupación no es generadora de derecho, aunque lleve 50 años ocupando. Ahí claramente el tribunal, en la sentencia del 2021, ha dejado claro de que que Marruecos no tiene derecho a vender esos productos saharauis a la Unión Europea y que la Unión Europea no tiene derecho a firmar acuerdos con Marruecos sobre algo que no pertenece a Marruecos.

P.- ¿Qué consecuencias tiene ratificar que es nulo el acuerdo de pesca?

R.- La ratificación de nulidad del acuerdo deja las posibilidades abiertas para que la Unión Europea vea el mecanismo y la fórmula de poder, si está interesada en esos productos, contactar con los dueños de las riquezas saharauis, tanto de pesca o de cualquier otro mineral o o dentro de la agricultura. Hay un dueño.

P.- La sentencia reconoce que el representante legítimo del pueblo saharaui es el Frente Polisario, que -sin embargo- no controla esas aguas...

R.- Es un caso que hay que estudiar. Una vez estudiado y una vez abiertas las conversaciones entre el Frente Polisario y la Unión Europea, siempre se puede llegar a algún tipo de acuerdo que pueda dar al César lo que es de César y al rey lo que es del rey, pero que no sea el rey de Marruecos.

P.- Hay en juego otros acuerdos agrícolas. ¿Confiáis en la anulación también de esos acuerdos?

R.- Sí, el mismo resultado porque se parte de las mismas premisas y los actores son los mismos. Se había utilizado esto aprovechando algún tipo de argucia para poder seguir saqueando esos recursos y tuvimos que presentar una denuncia contra Marruecos y la Comisión Europea para efectivamente que se vea que eso no es legal. Nosotros no tenemos ningún instinto de venganza ni ningún instinto de prohibir a la Unión Europea, si está interesada en seguir explotando estos recursos, de poder hacerlo, pero simplemente las cosas se hacen con los auténticos propietarios y no con el país que ha ocupado y que ha saqueado nuestros recursos durante todo este tiempo. En marzo se marcaron las líneas o las pautas sobre las que debería ir la sentencia que se espera. Vamos a esperar a la decisión final. Si la sentencia no refleja lo que nosotros esperamos, siempre tenemos la posibilidad de seguir en el proceso judicial y presentar otra denuncia.

No tenemos ningún instinto de venganza ni de prohibir a la Unión Europea, pero si está interesada en seguir explotando estos recursos debe contactar con sus dueños

P.- La de 2021 fue una sentencia histórica, pero la Comisión Europea recurrió. Hubo incluso países miembro que desde el primer momento apostaron por renovar el acuerdo que venció en julio de 2023. ¿No teméis que en estos 3 años hayan tenido tiempo de presionar para cambiar el veredicto?

R.- Las presiones siempre las hay, particularmente cuando hay una parte que se ha estado aprovechando de estos acuerdos y ahora ve que no puede hacerlo de la misma manera. Pero nosotros tenemos confianza en los jueces y en la justicia europea y pensamos que no tienen motivo para poder cambiar su veredicto, porque eso sería muy negativo para su propia reputación y para la historia de la jurisprudencia europea, que siempre ha sido una jurisprudencia muy seria. Es cierto que ha habido muchas presiones.

P.- ¿Quién ha presionado?

R.- Siempre presionan los mismos: Marruecos y, detrás de Marruecos, pues siempre están Francia y España fundamentalmente. Últimamente no sabemos por qué razón o por qué mecanismo Marruecos ha convencido a Hungría a pertenecer al grupo de países que hicieron declaraciones en favor de Marruecos durante el recurso, pero no tenían otro argumento, simplemente repetían lo que decía Marruecos.

P.- Y en el escenario de un cambio de la sentencia, ¿qué le queda al Polisario?

R.- Estudiaremos con nuestros abogados el procedimiento más apropiado. En estos momentos el acuerdo declarado nulo ya expiró. Si hubiera una tentativa de acuerdo sobre cualquier base, nosotros buscaríamos fórmulas para oponernos.