En julio de este año Firas Arab Housseini, de 38 años y nacido en el Líbano, fue detenido en Cataluña en una operación conjunta entre la Guardia Civil y las autoridades de Alemania. Desde España, a Housseini se le atribuye "un papel destacado" en la infraestructura logística de Hizbulá en Europa destinada a fabricar drones kamikazes, que posteriormente se usaban para atentar contra Israel. Se trata de una de las últimas armas que ha incorporado a su amplio arsenal el grupo chií libanés, apoyado por Irán.

Los agentes iniciaron la investigación al detectar la compra de grandes cantidades de materiales "idóneos y fundamentales" para la construcción de esos drones kamikaze, capaces de transportar cargas explosivas de varios kilos. Hablamos de componentes electrónicos de guiado, hélices propulsoras, rodamientos, decenas de motores de gasolina, más de doscientos motores eléctricos, toneladas de resinas y sustancias endurecedoras, que servían para fabricar el fuselaje, las alas y partes móviles de los drones.

El Instituto Armado también destacó que en los últimos meses Hizbulá, considerada la milicia más poderosa del mundo, ha utilizado estos drones en numerosas ofensivas contra Israel. Entre los restos de los ataques se encontraron piezas como las adquiridas por parte de la estructura neutralizada en España. Para la Guardia Civil, la amenaza de este tipo de armas es muy alta, porque "su pequeño tamaño, bajo perfil de vuelo y la propia orografía dificultan su detección temprana y neutralización".

"Si bien no existen datos certeros sobre el número total de drones que Hizbulá podría haber construido con los componentes adquiridos por esta estructura logística, se estima probable que podrían haber sido varios centenares, superando incluso la cifra de un millar", apuntaron desde la Guardia Civil.

La operación sirvió para comprobar que algunas sociedades mercantiles españolas, administradas por ciudadanos de origen libanés, eran las encargadas de comprar esos materiales. De hecho, los agentes lograron interceptar un envío "inminente" de un barco con estas piezas en dirección a Líbano. Aunque a lo largo de la investigación también se certificó que en la red participaban otras empresas del resto de Europa y del mundo.

Los flamantes drones kamikaze de Hizbulá

El medio de comunicación libanés Sawt Beirut informó que estos drones, cuyo nombre técnico es Shahed 101, pueden recorrer una distancia de hasta 900 kilómetros gracias a su motor eléctrico, así como transportar munición pesada. Son muy silenciosos, apenas se escuchan desde el suelo, y el ejército israelí está teniendo problemas para interceptarlos con radares debido a que vuelan a bajas altitudes y al difícil terreno montañoso libanés.

Los drones alcanzan velocidades máximas de 120 km/h, y miden aproximadamente 1,6 metros de largo y 2,2 metros de ancho. El semanario israelí Aurora, el único del Estado hebreo en español, apuntó que Hizbulá comenzó a utilizarlos en julio de este año, justo cuando la Guardia Civil detuvo a Housseini en España. Ese mismo mes el grupo chií ya los utilizó para asesinar al sargento israelí Valery Chapunov en un kibutz situado cerca de la ciudad de Nahariya, en el norte de Israel. Pero la Fuerza Aérea iraní y las facciones armadas leales a Irán en Irak y Yemen también cuentan con estas armas.

Desde Aurora relataron que estos drones se mandaban al Líbano por piezas antes de ser ensamblados "de forma sencilla y rápida", y veían "probable" que fueran enviados directamente desde Irán. Entre los materiales necesarios para su fabricación se incluyen varios motores de fabricantes japoneses y alemanes, entre otros, y un ordenador de vuelo producido por una empresa china que, según el semanario israelí, también se encontró en otros vehículos aéreos no tripulados rusos que se estrellaron en Ucrania.

Los motores de los drones estándar de Hizbulá tienen hélices de madera que pesan siete veces más (2,84 kg) en comparación con los motores eléctricos de los Shahed 101, que tienen hélices de plástico que pesan 405 gramos. Y algunos de ellos están también equipados con cámaras. "Como se ha documentado en otros casos, tanto en Israel como en Ucrania, Yemen y otras zonas de conflicto, existe una tendencia notable a utilizar componentes civiles reutilizados para uso militar. Son baratos, fáciles de comprar y muy rentables", deslizaron desde Aurora.

"Se dice que Irán y Rusia han colaborado durante los últimos dos años para aumentar las capacidades y el rendimiento de los numerosos drones que poseen. Según algunas versiones, es posible que algunos de ellos hayan sido equipados con un sistema electroóptico, que permite al dron enviar fotos al operador en tiempo real. Es probable que, como resultado de estas mejoras, se haya mejorado el alcance y la capacidad de carga", aseguraron desde el centro de investigación israelí Alma.

Poderío militar de Hizbulá

En los últimos meses diversos medios han apuntado que Hizbulá ha estrenado nuevas armas, entre las que hay más drones y una nueva familia de cohetes de largo alcance, que engrosan su poderío militar. El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) publicó recientemente un extenso estudio sobre las capacidades y el armamento de la formación libanesa en la actualidad. De él se extrae que son ahora mucho más fuertes que en la guerra de 2006 que les enfrentó a Israel.

Esto es debido, más allá de los años de desarrollo armamentístico, a la experiencia que han ganado en Siria apoyando a Bashar al-Assad. Aunque, eso sí, afirman que siguen siendo tecnológicamente inferiores a las Fuerzas de Defensa de Israel, que llevan tiempo preparando la revancha de aquella guerra y han podido entrenarse recientemente enfrentándose a Hamás.

Comenzando por su ejército, la milicia libanesa cuenta con unos 30.000 combatientes activos y hasta 20.000 reservistas. Sus fuerzas consisten principalmente en infantería ligera, que históricamente ha sido entrenada y construida para el sigilo, la movilidad y la autonomía. Su habilidad táctica, la experiencia de combate y la voluntad de lucha convierten a Hizbulá en "una amenaza mucho más letal que Hamás, e incluso que otros ejércitos regionales", según el CSIS.

Su principal músculo militar es el arsenal de cohetes, que se estiman que son entre 120.000 y 200.000. Aunque se cuenta con que Teherán les reabastecería rápidamente en caso de guerra total. La mayor parte de misiles son no guiados de corto alcance, aunque han aumentado de manera notoria su acceso a proyectiles de largo alcance, lo que significa que podrían alcanzar casi cualquier parte de Israel. También tienen misiles guiados de largo alcance, que aunque apenas son unos cientos tienen mayor precisión. Así que su potencial devastador es aún mayor.

Hizbulá suele fabricar dispositivos explosivos improvisados en periodos de guerra. Su sistema antitanque, llamado Tharallah, está diseñado para acabar con los poderosos Merkava israelís, aunque su eficacia ha sido puesta en duda. En cuanto al potencial aéreo, poseen cañones antiaéreos, sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS) y sistemas de misiles tierra-aire (SAM) de corto y medio alcance, fabricados principalmente por Irán y Rusia. Y tienen acceso a tanques de guerra T-72, T-54/-55 y T-62, aunque su capacidad de usarlos dentro del Líbano tampoco está clara.

Además, el grupo chií cuenta con una red de túneles y búnkeres en las colinas del sur del Líbano, construidos por ellos mismos y similares al 'Metro de Gaza', los túneles subterráneos que edificó Hamás para esconderse y lanzar ataques sin ser vistos. Esta telaraña subterránea les sirve para alojar y trasladar equipos y personal, así como lanzar emboscadas y ataques con cohetes.