Pablo González tiene un cariño especial a Polonia. Estuvo de Erasmus cuando era universitario y estudiaba Filología Eslava. Aquella experiencia le debió dejar buen recuerdo. Tomó como base de sus operaciones Varsovia después de la pandemia, aunque antes viajaba con frecuencia a la capital polaca. Su ubicación en Polonia, que en 35 años ha pasado de formar parte de la órbita soviética a ser una economía próspera de la Unión Europea y un aliado sólido en la OTAN, era de gran interés para Rusia. Pablo González, nacido en Moscú de padre ruso y madre española, lleva trabajando para el GRU (Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor de la Federación de Rusia) desde abril de 2016, según los informes de la Inteligencia polaca, compartidos por la española, a los que ha accedido El Mundo.
Pavel Rubtsev se llamó hasta los nueve años cuando se instaló en España con su madre, hija de un niño de la guerra, de quien adoptó los apellidos, González Yagüe. El nombre lo tradujo tal cual: Pablo. Estudió Filología Eslava en Barcelona y luego un Máster en Comunicación Audiovisual de El Correo. Su conocimiento del ruso le llevó a especializarse sobre el espacio post soviético, con especial atención a las repúblicas separatistas. Colaboró con varios medios, desde la Sexta a Público, o incluso realizó coberturas para Efe o la Voz de América, siempre como freelance. Estaba casado con Oihana Goiriena y tenía tres hijos, pero viajaba mucho como periodista o para participar en seminarios o hacer de intérprete.
En 2019 conoció a una joven periodista polaca con quien congenió y entabló una relación sentimental. Aquello le permitió introducirse en la sociedad polaca. Les arrestaron juntos en Przemyśl en la frontera entre Polonia y Ucrania el 27 de febrero de 2022. El procedimiento sobre ella, y otros cooperantes, continúa, según dio a conocer la Fiscalía polaca el pasado 14 de agosto, cuando dio a conocer los cargos de espionaje contra él.
Un 'freelance' muy solvente
¿Conociste a Pablo? Al hacer esta pregunta a periodistas extranjeros destacados en la capital polaca o diplomáticos, la respuesta es muchas veces afirmativa. Y casi siempre recuerdan que les presentaron en alguna fiesta.
La noche varsoviana no tenía secretos para Pablo González o Pavel Rubtsov, según su documentación rusa. Según quien fuera hablaba de su origen ruso o no lo mencionaba. "A mi no me dijo ni palabra de que supiera ruso o que tuviera familia en Moscú. Hablamos en inglés y en español", señala un diplomático europeo que coincidió con Pablo en una salida nocturna.
Con los periodistas solía presentarse como freelance español y la mayoría se sorprendían por lo solvente que parecía, a pesar de no trabajar para medios de renombre internacional. También eso le extrañó al disidente ruso Pavel Elizarov, ahora exiliado en Portugal, cuando le conoció en Berlín.
Polonia informa a España
Elizarov explicaba a El Independiente que no le cabía ninguna duda de que Pablo o Pavel era un espía por la reacción que tuvo el gobierno español cuando fue arrestado en Polonia tres días después de la invasión rusa de Ucrania. "El gobierno español supo por Polonia que Pablo González era un espía", indicaba el disidente ruso, relacionado con la Fundación Nemtsov y ex marido de la hija de Nemtsov, Zhanna Nemtsova.
Pablo González vive en Moscú desde principios de agosto, cuando fue liberado en el mayor intercambio de espías entre Occidente y Rusia desde la Guerra Fría. El líder ruso, Vladimir Putin, recibió a González y otros agentes a pie de escalerilla en el aeropuerto de Moscú el 1 de agosto.
El gobierno polaco accedió a que formara parte del grupo debido a su alianza con Estados Unidos. La Administración Biden se había empeñado durante meses en lograr que salieran de prisión disidentes como Ilya Yashin, o Vladimir Kará-Murzá, y el periodista de The Wall Street Journal Evan Gerschkovich, entre otros. El caso contra Pablo González sigue abierto en la Fiscalía polaca.
Datos sobre disidentes rusos y bielorrusos
Este domingo publicaba el diario El Mundo los informes sobre la actividad de Pablo González, quien habría proporcionado información sobre disidentes rusos como Alexei Navalni, con quien se encontró al menos en dos ocasiones y una de ellas en Barcelona. También se sabe que mencionaba a Zhanna Nemtsova, a Pavel Elizarov y varias personas de la Fundación Nemtsov. Gracias a su cercanía con Nemtsova, se relacionó con los principales opositores, algunos de ellos liberados a la vez que él, como Kará-Murzá y Yashin.
Asistió a eventos en Rzeszow, una ciudad que se ha convertido en un hub desde donde se envía la mayor parte del armamento occidental a Ucrania. Desveló supuestas vulnerabilidades de la seguridad polaca. El 80% de la ayuda internacional a Ucrania pasa por Polonia. Desde Rzeszow parten la mayor parte de los líderes mundiales que viajan a Kiev. La ciudad, en el sureste del país, se ha transformado después de la guerra en Ucrania. Cualquier dato sobre los envíos de armas a Ucrania sería muy apreciado por la "Oficina Central", el GRU.
Polonia, refugio de bielorrusos y ucranianos
Y en Varsovia siguió de cerca a los opositores bielorrusos: facilitó la contraseña de wifi de la Casa de Bielorrusia en Varsovia, por ejemplo. En Polonia hay un millón de bielorrusos refugiados, entre ellos opositores como Pavel Latushka, ex ministro de Cultura, y Stanislav Shuskevich, el primer presidente de Bielorrusia. El número de ucranianos supera los tres millones.
Los bielorrusos huyen del autoritarismo y la represión de Aleksander Lukashenko, gran aliado de Putin, y también de una condiciones de vida miserables. En la frontera este de Polonia termina Europa y los bielorrusos añoran la libertad en el otro lado.
También Polonia es un lugar estratégico para la oposición rusa. Lo que no hay en Polonia son oligarcas sospechosos de estar relacionados con el Kremlin. La vigilancia es estrecha. De ahí que fuera muy interesante para el GRU contar con un informante con cobertura (su trabajo como periodista) y con ruso fluido en la capital polaca, donde aunque se habla ruso en cada esquina (así se comunican entre ellos gran parte de los bielorrusos y los ucranianos) hay un rechazo absoluto a todo lo que esté vinculado al Kremlin.
En el Warsaw Security Forum, que se celebró el 1 y 2 de octubre, ministros y expertos reconocían que de haber hecho caso a Polonia sobre las intenciones de Rusia, Putin no habría llegado tan lejos en Ucrania.
Un país estratégico para la OTAN
Polonia es un país clave desde el punto de vista estratégico para la OTAN. Y es un ejemplo de economía pujante en la Unión Europea. El ejemplo para otros países del entorno de que hay una vida próspera más allá de la influencia rusa. Ucrania ve en Polonia un ejemplo. Hace 35 años Polonia y Ucrania tenían el mismo nivel de desarrollo. Antes de la invasión rusa de febrero de 2022, el nivel de Polonia era cuatro veces mayor.
En la OTAN es el país que dedica más parte de su presupuesto a defensa, un 4%, el doble del mínimo que han acordado los aliados. Han comprado más Apache qu nadie más en el mundo salvo EEUU, por ejemplo. La filosofía de Polonia es la siguiente: hemos de armarnos para que Putin sepa que le costará mucho si se le ocurre atacarnos. No solo porque como aliados reaccionarán los otros miembros de la OTAN, sino por la capacidad del Ejército polaco.
Por todas estas razones, toda información que pudiera minar la credibilidad de Polonia será muy bien recibida por el Kremlin. El argumentario de los que aún defienden a Pablo González se basa en la crítica a su arresto debido a que permaneció más de dos años y cinco meses en prisión preventiva. Como explicaba uno de sus abogados, Bartoszła, "en Polonia no hay plazos máximos de detención. La detención preventiva puede prolongarse, incluso durante varios años, es habitual en casos importantes".
Según se ha sabido tras realizarse el canje, el juicio probablemente se demoró por las negociaciones en curso. De haber sido condenado, y los informes dados a conocer por El Mundo son demoledores, difícilmente hubiera salido de una prisión polaca.
En el caso de Pablo González, además, la acusación era por espionaje para favorecer a una potencia extranjera, Rusia, que había invadido Ucrania violando su soberanía. Rusia es una amenaza para Polonia y para toda la OTAN. A Pablo González le recibió Putin, junto al asesino del Tiergarten y la familia de ilegales que vivían en Eslovenia haciéndose pasar por argentinos, y a todos les agradeció los servicios prestados.
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