Por primera vez desde el inicio de los ataques aéreos contra el grupo rebelde chií de los hutíes, el ejército estadounidense ha recurrido a una de sus armas más costosas: el bombardero furtivo B-2 Spirit. Los aviones, que pueden penetrar en espacio enemigo sin ser detectados por sistemas de radar, han bombardeado a primera hora de este jueves almacenes subterráneos de la organización que desde hace un año amenaza la navegación comercial en el mar Rojo y ha llegado a lanzar misiles en dirección a Israel.

Según un comunicado del Pentágono, “las fuerzas militares de EE.UU., incluyendo dos bombarderos B-2, llevaron a cabo ataques de precisión contra cinco almacenes subterráneos de armas en áreas controladas por los hutíes en Yemen". "Las instalaciones albergaban armas de varios tipos que los hutíes han utilizado contra barcos civiles y militares a lo largo de la región", explica el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.

Hasta ahora no se habían comunicado el uso de los B-2 Spirit en la campaña de ataques aéreos que Washington y Londres ejecutan desde hace meses para tratar de debilitar las capacidades de los hutíes, un grupo que controla la capital de Yemen, Saná, y el norte del país fronterizo con Arabia Saudí desde hace un década.

Bombardero B-2

Capacidad nuclear

El B-2 tiene capacidad para transportar bombas de hasta 20 toneladas, incluidas 80 bombas “inteligentes” de 250 kilogramos o 16 bombas termonucleares de 1.100 kilogramos. En funcionamiento desde 1999, su construcción y empleo estuvo rodeado de polémica por su elevado coste. Es, de hecho, el avión más caro construido. Sus costes totales rozan los 1.000 millones de dólares por unidad, lo que obligó a reducir el número de aviones que finalmente adquirió el ejército estadounidense, del más de centenar previstos a los 20 actuales. Hoy es el rey absoluto de las exhibiciones militares por las que aparece.

Según medios estadounidenses, los B-2 que han bombardeado posiciones en Yemen partieron de la base aérea de Whiteman, en el estado norteamericano de Misuri. Es la primera vez desde enero de 2017 que se usa en misión de combate. Con capacidad nuclear, los B-2 -con una tripulación de dos personas- fueron diseñados en el contexto de la Guerra Fría pero se estrenaron hace 25 años en la guerra de Kosovo. Desde entonces, han participado en misiones estadounidenses en Afganistán, Irak y Libia. Su elevado coste explica su limitado uso.

B-21 Raider

B-21 Raider, la próxima generación

“El B-2 proporciona la flexibilidad penetrante y la eficacia inherentes a los bombarderos tripulados. Su capacidad para penetrar las defensas aéreas y amenazar con represalias efectivas proporciona una fuerza de disuasión y combate fuerte y eficaz hasta bien entrado el siglo XXI”, presume su fabricante Northrop Grumman Corporation. “La revolucionaria combinación de tecnologías poco observables con una alta eficiencia aerodinámica y una gran carga útil proporciona al B-2 importantes ventajas sobre los bombarderos existentes”, añade. Basado en la experiencia atesorada por el B-2, la compañía prepara ahora el B-21 Raider, “el bombardero sigiloso de nueva generación que Northrop Grumman está desarrollando actualmente para las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos”.

La apariencia y capacidades del B-2 han alimentado un halo de misterio en torno a este avión, que algunos militares estadounidenses han llegado a describir como “la mística de lo desconocido”. En su comunicado de este jueves, el Pentágono asegura que “el empleo de bombarderos furtivos de largo alcance B-2 Spirit de la Fuerza Aérea de EE.UU. demuestra la capacidad de ataque global de EE.UU. para actuar contra estos objetivos cuando sea necesario, en cualquier momento y en cualquier lugar”. “Fue una demostración única de la capacidad de Estados Unidos para atacar instalaciones que nuestros adversarios tratan de mantener fuera de su alcance, sin importar cuán profundamente enterradas bajo tierra, endurecidas o fortificadas estén”, agregó.

Soldados estadounidenses posan junto al B-2 Spirit | U.S. Air National Guard

Según fuentes hutíes citadas por la televisión afín Al Masirah, los ataques de los bombarderos se han limitado a los alrededores de Saná y la localidad de Saada, uno de los bastiones del grupo.

La entrada en escena de estos bombarderos se produce un día después de que la ONU adviertiera de los riesgos cada vez mayores de que Yemen se sume con más fuerza a la escalada regional, en pleno compás de espera para la respuesta israelí al ataque de Irán y ante el temor de un conflicto abierto entre ambos países países. Así, el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, alertó de que el país corría el riesgo de verse arrastrado aún más a la escalada militar en Oriente Próximo. “Los yemeníes anhelan la paz pero las esperanzas de que se ponga fin a la escalada de violencia en la región parecen lejanas”, deslizó  Grundberg ante el Consejo de Seguridad de la ONU. “Como muchos en Oriente Medio, sus esperanzas de un futuro mejor están cayendo bajo la sombra de una conflagración regional potencialmente catastrófica”, concluyó.