Era desde el inicio de la guerra hace más de un año el hombre más buscado por Israel. Su cacería había centrado parte de los esfuerzos de su labor de inteligencia en la incursión terrestre de la Franja de Gaza. Pero Yehia Sinwar, el líder político de Hamás, murió en un tiroteo fortuito entre una unidad de soldados israelíes que patrullaba rutinariamente Tal al-Sultan, una zona de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, y tres militantes de la organización islamista palestino entre los que se hallaba Sinwar.

Los uniformados desconocían por completo la presencia de Sinwar. Simplemente detectaron a tres hombres que huían de una casa a otra y se enfrentaron a ellos antes de que se separaran. El que luego sería identificado como líder de Hamás huyó a refugiarse solo en una de las viviendas. Fue abatido tras ser localizado con un dron cuyas imágenes fueron difundidas ayer por Israel.

Solo fue el día después de la liquidación de los combatientes, con apoyo de drones, cuando, en la tarea de supervisión del edificio en el que se produjeron las escaramuzas, repararon en el extraordinario parecido de uno de ellos, sepultado por el polvo, con Sinwar. Durante meses se creyó que se había guarecido en la red de túneles de Hamás en Gaza junto a algunos de los rehenes israelíes como modo de eludir un ataque de las tropas israelíes. Las crudas imágenes que han circulado del cadáver muestran heridas de gravedad en cabeza y piernas.

La unidad que firmó la noticia largamente esperada en Israel, la 828 Brigada Bislamach, está formada por soldados que se entrenaba para ser comandantes de escuadrón. Los uniformados que dieron de bruces con Sinwar inspeccionaron la mañana del jueves con cautela la zona llena de explosivos y hallaron una exigua lista de posesiones en el cuerpo de Sinwar. El cadáver permaneció en el lugar ante el temor de que se tratara de una trampa explosiva. Para confirmar su identidad, se extrajo parte de un dedo, que fue enviado a Israel para ser analizado. Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, declaró sobre los últimos instantes con vida del cabecilla del grupo islamista: "Sinwar murió mientras era golpeado, perseguido y huía; no murió como comandante, sino como alguien que sólo se preocupaba de sí mismo. Este es un mensaje claro para todos nuestros enemigos".

El cuerpo de Yehia Sinwar, líder de Hamás, rodeado de soldados israelíes.

Solo y sin séquito

El líder caído de Hamás llevaba un fusil AK-47, usado probablemente en su confrontación con los uniformados. Además, en su cuerpo se hallaron unos caramelos Mentos, una marca de de la compañía italiana Perfetti Van Melle; un fajo de billetes; un cortaúñas; una linterna; un rosario, un paquete de pañuelos; varios folletos de la organización; una pastilla de jabón, según las fotografías difundidas por la prensa israelí.

Sinwar llevaba encima, además, un pasaporte con una identidad falsa en la que simulaba ser profesor de la agencia de la ONU para los refugiados sirios (UNRWA) que Israel ha colocado en el centro de una persecución que busca su disolución. Las investigaciones internas llevabas a cabo hasta ahora por la ONU no han probado las supuestas denuncias de Tel Aviv de la colaboración de la agencia con Hamás, la organización que ha gobernado Gaza desde su victoria electoral en 2006. En su persecución, la diplomacia israelí ha cargado incluso contra el secretario general de la ONU Antonio Guterres declarándole persona non grata.

UNRWA responde

En un mensaje en redes, el comisario general de la UNRWA Philipe Lazzarini negó cualquier vinculación. “Una vez más, se utiliza información no verificada para desacreditar a la UNRWA y a su personal. Hoy temprano circularon informes en los medios sociales e israelíes de que un miembro del personal de UNRWA fue asesinado junto con el jefe de Hamas en Gaza. Confirmo que el miembro del personal en cuestión está vivo. Actualmente vive en Egipto, a donde viajó con su familia en abril a través de la frontera de Rafah. Es hora de poner fin a las campañas de desinformación”, deslizó en mitad de una campaña de tuits de diplomáticos israelíes.

Según la versión inicial de las autoridades israelíes, Sinwar fue abatido en el interior de un inmueble el miércoles, sin rastro de rehenes en las inmediaciones. Para confirmar su óbito, usaron registros dentales y huellas dactilares así como ADN. Los cruzaron con los registros médicos de Sinwar, que pasó más de dos décadas en las cárceles israelíes. Según el portavoz militar Daniel Hagari, soldados y agentes de inteligencia israelíes llevaban meses tratando de localizarle, encontrando pistas pero sin lograr atraparlo nunca. El ADN de Sinwar fue hallado en un punto de un túnel situado a unos cientos de metros de donde se hallaron los cadáveres de seis rehenes israelíes hace mes y medio.

El asesinato de Sinwar propina un duro revés a la maltrecha cùpula de Hamás pero no determina el fin de la guerra en Gaza. “Hoy, el mal ha recibido un duro golpe: la misión que tenemos por delante sigue sin terminar”, declaró anoche Benjamin Netanyahu.