Es conocida en Occidente como la Goebbels con falda. Margarita Simonián, de 44 años, acaba de presentar a su nuevo ejército de propagandistas al servicio del Kremlin. Son Zuza, Anna, Joy, Tania y son incansables. "Una buena parte de nuestras presentadoras de televisión no existen. Insisto, no existen. Son artificiales totalmente. Nunca han existido, son caras que no existen. Las hemos creado, su voz y el resto, también su personalidad". Son palabras de la propagandista-en-jefe de Putin.

Sobre todo, ninguna de ellas va a contradecir los mensajes favorables a los intereses de Moscú. Las presentadoras de la televisión pública rusa RT han sido creadas por Inteligencia Artificial. Hablan chino, turco, árabe, inglés y francés.

Son perfectas físicamente y jamás van a titubear al mencionar los abusos cometidos por el régimen de Putin. Tampoco necesitan descansar y jamás caerán enfermas.

Anna, de piel blanca, ojos azules y rubia, habla en perfecto francés a la audiencia africana que domina este idioma. Joy, una atractiva mulata, también informa para África. Zuza se dirige a los telespectadores en Brasil. Y también hay una presentadora morena y ojos oscuros para la audiencia árabe.

El desafío de la IA en la batalla de la desinformación

La más veterana es Anna Sputnikova, de la televisión Sputnik Mundo, a quien ya vimos explicar a la audiencia, en español, qué se celebra el 8 de marzo. Todas pueden informar sin descanso y "decir lo que otros callan", en palabras de Simonián.

La mayor propagandista al servicio de Putin presumió de que una de ellas había lanzado un mensaje en Telegram para ver si la audiencia se daba cuenta de que era virtual y logró decenas de miles de seguidores.

La IA multiplica las opciones que tienen los rusos a mano para su maquinaria de propaganda, agitación y desinformación"

NICOLÁS DE PEDRO, INSTITUTE FOR THE STATECRAFT

"La IA multiplica las opciones que tienen los rusos a mano para su maquinaria de propaganda, agitación y desinformación. La IA les da unas herramientas que harán más difícil contrarrestar, combatir y neutralizar sus campañas de información e influencia. Es muy inquietante, aunque empiecen con algo más light como las presentadoras virtuales", señala Nicolás de Pedro, investigador The Institute for Statecraft.

"La clave aquí es que los rusos conciben esto como una guerra de información, uno de los frentes de su guerra total. Las sociedades democráticas no están listas para lidiar con este desafío", añade Nicolás de Pedro.

La 'Goebbels con falda'

Margarita Simonián, que presume de un exquisito inglés, suele atizar de forma implacable a los medios occidentales cuando les concede entrevistas. En una entrevista a la BBC, en marzo pasado, cuando se celebraron las presidenciales en las que Putin competía sin rivales relevantes porque los dos que realmente se distanciaban de sus postulados fueron apartados, Yekaterina Duntsova y Boris Nadezhdin, Simonián argumentó que Rusia no aceptaba lecciones de Occidente. "No somos como vosotros ni queremos serlo. No nos gustáis", dijo la propagandista más fiel a Putin.

Simonián nació en la región de Krasnodar en una familia de origen armenio. Gracias a sus excelentes resultados académicos, logró una beca para estudiar en Estados Unidos. Llegó a New Hampshire en 1995. Cuando regresó a Rusia empezó a trabajar en televisión como presentadora. Logró popularidad gracias a su cobertura del asedio de los terroristas chechenos de la escuela de Beslan. Duró tres días y acabó con una intervención sangrienta del Ejército: cientos de muertos, entre ellos, 186 niños.

Apenas tenía 25 años cuando se hizo cargo de crear y dirigir la web Russia Today, luego conocida como RT. Ha convertido RT en "el medio en el principal instrumento de la propaganda del Kremlin", según EEUU.

Más actividad desde 2014

Desde 2014, cuando Rusia se anexionó ilegalmente Crimea y ocupó partes del Donbás, RT incrementó sus mensajes contra Ucrania y sus aliados occidentales. La versión de RT es que el "régimen de Kiev" y sus socios, que instigaron la revolución de 2014, querían destruir Rusia. Es belicista y muchos dicen que más putinista que Putin.

Hace un año, Simonián, habitual en las tertulias de la televisión oficialista rusa, pedía a Putin que desatara una gigantesca explosión termonuclear sobre Siberia para obligar a Occidente a suspender el apoyo a Ucrania. Esa detonación haría retroceder al mundo 30 años, inutilizando todos los teléfonos inteligentes y iPads."Enviaría el mundo a los 90. Era una vida maravillosa"

Afirmó que si bien no desencadenaría un invierno nuclear, "desactivaría todos los radioelectrónicos, todos los digitales, todos los satélites" y enviaría al mundo "al año 1993 más o menos. Era una vida maravillosa".

Desempeñó un papel central en una de las historias de espionaje más importantes de la guerra de Ucrania, al publicar una grabación filtrada de oficiales de la fuerza aérea alemana discutiendo las armas de largo alcance que podrían entregarse a Ucrania y cómo podrían usarse.

Gana unos 600.000 euros al año, cuatro veces más que el sueldo oficial del presidente ruso, Vladimir Putin. No en vano es como un jefe del Ejército, porque está al frente de la guerra de la información que libra Rusia contra Occidente. Considera traidores a todos aquellos que no secundan la línea oficial sobre la guerra en Ucrania. Sorprende escuchar cómo defiende que Rusia es un Estado democrático y que los rusos son unos guerreros frente a Occidente.

El mes pasado Simonián fue sancionada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por suponer una amenaza a las elecciones presidenciales. Al enterarse dijo que ya era hora de que dieran el paso y felicitó a los miembros de su equipo que compartía su destino. "Bien hecho, equipo". Previamente ha figurado en la lista negra de Reino Unido, la Unión Europea y Ucrania.