En enero de 2021, en plena mudanza tras su derrota y apenas unos días después del asalto al Capitolio de sus partidarios, Donald Trump recibió la Orden de Mahoma, la más alta condecoración de la monarquía alauí. Fue la dádiva de Mohamed VI por los servicios prestados por el republicano en la normalización del régimen marroquí con Israel, que durante el último año han resistido a la oleada de protestas populares exigiendo su ruptura.
En los últimos compases de su presidencia, Trump entregó al majzén, el círculo del monarca, el mayor hito de su diplomacia: el reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara Occidental, la ex colonia española. Sucedió en diciembre de 2021 y tuvo un motivo poco conocido y explicado desde entonces: el magnate se vengó del senador Jim Inhofe, defensor de la causa saharaui, por no introducir enmiendas en el presupuesto de Defensa. Dos tuits sirvieron para vulnerar la legalidad internacional y servir en bandeja a Rabat un acicate que ha sido luego usado para explicar las decisiones de Pedro Sánchez en España o la reciente de Emmanuel Macron.
Biden no revirtió la decisión de Trump
Ahora, cuatro años después, su contundente victoria y su sorprendente regreso a escena, en mitad del temor a una deriva autoritaria de la primera potencia del mundo, han sido celebradas con júbilo al otro lado del Estrecho. La administración Biden no revirtió la decisión de Trump en un conflicto que cumple medio siglo el año que viene pero su diplomacia insistió en que el plan de autonomía para el Sáhara diseñado por Marruecos en 2007 era solo “uno de los enfoques posibles” para resolver el litigio por la ex provincia española, el último territorio por descolonizar de África.
La victoria de Trump es tan imprevisible y catastrófica como el cambio climático
“La victoria de Trump es tan imprevisible y catastrófica como el cambio climático”, desliza un diplomático saharaui en conversación con El Independiente. Su triunfo electoral fue festejado en los despachos de Rabat. “Esta victoria es un hermoso reconocimiento del alto nivel de patriotismo y del inquebrantable compromiso de Trump con la defensa de los intereses de los Estados Unidos de América, amigo y aliado del Reino de Marruecos de larga data”, apunta el mensaje de felicitación enviado por el monarca alauí y difundido por la Casa Real.
“El Rey aprovecha esta ocasión para recordar el anterior mandato de Trump, durante el cual las relaciones marroquí-estadounidenses alcanzaron niveles sin precedentes, marcados por el reconocimiento estadounidense de la plena soberanía del Reino de Marruecos sobre la totalidad de su territorio en el Sáhara”, subraya el comunicado. “Esta posición histórica, por la que el pueblo marroquí seguirá estando agradecido al Presidente estadounidense, representa un acontecimiento importante y un momento decisivo, y refleja verdaderamente la profundidad de los distinguidos e históricos lazos bilaterales, y promete perspectivas más amplias para la asociación estratégica entre los dos países, cuyo alcance sigue ampliándose”, añade.
A última hora de este miércoles, en su discurso con motivo del aniversario de la Marcha Verde, Mohamed VI no mencionó directamente a Trump pero celebró "el creciente reconocimiento internacional del Sáhara como territorio marroquí, y el amplio apoyo que viene recibiendo la iniciativa de autonomía".
Un presidente "amigo de Marruecos"
Al calor de los Acuerdos de Abraham impulsados por Trump y que permitieron a Israel sumar como aliados árabes a Emiratos, Bahréin, Sudán y Marruecos, el régimen alauí se cobró el premio de ver refrendada por Washington la ocupación del Sáhara Occidental, de la que se cumplen este noviembre 49 años. Una coincidencia con la efeméride, la de la Marcha Verde con la que Rabat empujó hacia la entonces provincia española a colonos procedentes de las clases más desfavorecidas del país, que no ha pasado desaparecida por la prensa oficialista.
“Este día altamente simbólico refuerza el vínculo histórico entre Estados Unidos y Marruecos; un vínculo particularmente fortalecido por el reconocimiento, bajo la administración Trump en 2020, de la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara”, escribió este miércoles un articulista marroquí entre elogios al magnate. “La reelección de Donald Trump en el día de la Marcha Verde envía un mensaje poderoso a los ciudadanos marroquíes y a las naciones amigas”, arguyó.
En señal de gratitud, la princesa Lalla Joumala Alaoui, entonces embajadora de Marruecos en Estados Unidos, entregó a Trump la Orden de Mahoma en una ceremonia privada en el Despacho Oval en enero de 2021. Entonces el asesor principal de la Casa Blanca y yerno de Trump, Jared Kushner, y el enviado para Oriente Medio, Avi Berkowitz, recibieron otros galardones por su trabajo en el acuerdo entre Israel y Marruecos.
Marruecos es uno de los países donde más esperaban la vuelta de Trump a la Casa Blanca
Marruecos quiere ahora aprovechar su retorno a escena para avanzar en las concesiones de Washington, en un contexto marcado por la reciente visita de Macron a Rabat y su reconocimiento a la marroquinidad del Sáhara. Esta misma semana la diplomacia gala recordó que la dinámica promarroquí no es únicamente francesa, sino que hay otros países de importancia que también se han manifestado en la misma dirección, como Estados Unidos, Alemania o España. Moncloa también ha citado la decisión de Trump, un líder populista del que reniegan, para justificar un giro copernicano censurado por todo el arco parlamentario, incluido su socio de coalición.
Los cuatro años de Biden no han permitido anotarse nuevos progresos. En mayo de 2023, tras una conversación entre el secretario de Estado Antony Blinken y su homólogo marroquí Naser Burita, Washington calificó el plan de autonomía como "uno de los muchos enfoques posibles para satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental”, un reconocimiento que no agradó en Rabat. Prueba de esa falta de progresos es la ausencia aún de consulado estadounidense en los territorios ocupados.
“Marruecos es uno de los países y sistemas políticos donde más se esperaba la vuelta de Trump a la Casa Blanca”, asevera en conversación con El Independiente Haizam Amirah Fernández, analista experto en el norte de África y Oriente Próximo. La nueva presidencia de Trump coincide con el ultimátum lanzado por el enviado de la ONU al Sáhara, Staffan de Mistura, que podría abandonar el puesto si en seis meses no acaba años de parálisis en el contencioso. “La fotografía de la embajadora marroquí concediéndole a Trump el máximo reconocimiento unos días después del asalto al Capitolio indica que existe una conexión y un interés comunes”, agrega. La principal incógnita es ahora, subraya el analista, “cuánto va a ahondar ese reconocimiento con la apertura de consultado en el Sáhara o las maniobras militares conjuntas en el territorio del Sáhara”.
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hace 2 meses
Indudablemente, la victoria de Trump es una muy mala noticia para el pueblo saharaui.
No hay que olvidar, como bien dice el artículo, que el prepotente próximo presidente abrió el camino para que Sánchez y Macron se sumaran a la defensa de la inviable y absurda autonomía dentro de Marruecos como «solución» al conflicto (conforme al interés exclusivo de la parte marroquí, y no de la saharaui, claro).
Habrá que ver en los próximos meses hasta qué punto Trump presiona para que la ONU apruebe alguna resolución que entierre el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia, defendido por el organismo internacional desde comienzos de los años sesenta del pasado siglo.
Sería una de las mayores injusticias cometidas a lo largo de la Historia contra un pueblo.
hace 2 meses
Ahí va, es cierto. Prepárese Pedro el recadero para una nueva tanda de exigencias marroquíes.