Durante los 13 meses de guerra en la Franja de Gaza, Qatar ha desempeñado un papel fundamental en la mediación entre Israel y Hamás para tratar de alcanzar el alto el fuego y la liberación de los rehenes. Tras una breve tregua el pasado noviembre y el fin del cautiverio de un centenar de rehenes, las sucesivas rondas han resultado infructuosas. Ahora, en un nuevo giro de los acontecimientos, Qatar anuncia que renuncia al rol de mediador.

Fuentes qataríes citadas por Reuters justifican esta decisión ante la falta de "voluntad sincera" de regresar a las negociaciones indirectas que exhiben tanto el Gobierno israelí como Hamás. El país, que albergaba hasta ahora la oficina política de Hamás en el exilio, ha llegado también a la conclusión de que la presencia de Hamás en Doha "ya no sirve para su propósito", entre rumores del posible cierre de la delegación de Hamás en el país, que ha venido operando desde 2012, y la expulsión de los líderes que aún permanecen allí, entre ellos, Jaled Meshaal, llamado a ser al menos el sucesor temporal a Sinwar.

En un comunicado difundido a última hora de este sábado, el ministro de Exteriores qatarí precisa que "notificó a las partes hace 10 días, durante los últimos intentos de alcanzar un acuerdo, que paralizaría sus esfuerzos de mediación entre Hamás e Israel si no se alcanzaba un acuerdo en esa ronda, afirmando que Qatar reanudará esos esfuerzos con sus socios cuando las partes muestren su voluntad y seriedad para poner fin a la brutal guerra y al continuo sufrimiento de los civiles causado por las catastróficas condiciones humanitarias en la Franja".

El portavoz de Exteriores qatarí, Majed al Ansari, ha indicado que "Qatar no aceptará que la mediación sea un motivo para chantajearle, ya que hemos sido testigos de manipulaciones desde el fracaso de la primera pausa y del acuerdo de intercambio de mujeres y niños, especialmente al retirarse de las obligaciones acordadas a través de la mediación, y explotar la continuación de las negociaciones para justificar la continuación de la guerra para servir a estrechos fines políticos".

Doha insiste en "su firme compromiso de apoyar al hermano pueblo palestino hasta que obtenga todos sus derechos, el principal de los cuales es su Estado independiente en las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como capital". Qatar subraya, además, que la información sobre el posible cierre de la oficina de Hamás es "inexacta". "El principal objetivo de la oficina de Qatar es ser un canal de comunicación entre las partes interesadas, y que este canal ha contribuido a lograr un alto el fuego en etapas anteriores, y ha contribuido a mantener la calma en la Franja antes del intercambio de rehenes en noviembre del año pasado".

"Desde el inicio del conflicto, los qataríes han manifestado que sólo pueden mediar cuando ambas partes demuestren un interés genuino en encontrar una solución", alegan las autoridades qataríes, que han notificado ya la decisión a israelíes, Hamás y la administración Biden. "Mientras haya resistencia a negociar de buena fe, [Qatar] no está dispuesto a seguir mediando", aducen. Su decisión se registra "después de que ambas partes se negaran sistemáticamente a entablar conversaciones salvo sobre la base de sus posiciones, sin mostrar voluntad de progresar constructivamente".

Frustración qatarí

El último de los intentos se produjo en octubre, tras el asesinato del líder de Hamás Yehia Sinwar. Ya entonces fuentes conocedoras de las conversaciones reconocieron a El Independiente la frustración por la ausencia de progresos. “No ha habido avances ni movimientos concretos en las conversaciones de alto el fuego”, deslizaron a este diario. “No ha habido grandes avances y, lamentablemente, Israel no ha hecho más que intensificar la escalada en el norte de Gaza”, alertaron entonces.

La incomodidad ha ido creciendo desde entonces, no solo con los israelíes sino también con la cúpula de Hamás, que rechazó en octubre la propuesta de un breve alto el fuego en mitad de una ofensiva militar que ha dejado más de 43.000 muertos y reducido a escombros el enclave palestino. Desde hace semanas, además, el ejército israelí ha recrudecido sus acciones en el norte de la Franja, exacerbando una ya de por sí catastrófica situación en términos humanitarios.

No es la primera que en este último año Qatar trata de presionar a ambas partes con medidas similares. En abril se transmitió un mensaje similar, "obligando a los miembros de Hamás a trasladarse de Qatar a Turquía". Al cabo de dos semanas, la administración Biden y el gobierno israelí pidieron a Qatar que facilitara su regreso, ya que estaban decididos a continuar las conversaciones.

Hamás niega que vaya a abandonar Qatar

Esta retirada de la mediación qatarí coincide con las informaciones publicadas en prensa estadounidense sobre la petición de Washington y Doha a la dirigencia de Hamás para que cierre la oficina en el país del Golfo ante la ausencia de progresos.

No obstante, este sábado fuentes del movimiento islamista palestino han negado que sea cierta la reclamación. "Lo que se ha dicho acerca de que los qataríes transmitieron a los líderes de Hamás que residen allí un mensaje de que no son bienvenidos no tiene fundamento", han indicado fuentes del grupo a Efe. "Esas noticias inventadas tienen como objetivo confundir nada más", ha agregado.

El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, expresó esta semana al futuro presidente de EE.UU., Donald Trump, su esperanza en que Washington y Doha "avancen en los esfuerzos compartidos para promover la seguridad y la estabilidad tanto en la región (de Oriente Medio), como a nivel mundial".

Qatar ha cuidado los lazos con Washington. A unos 20 kilómetros de Doha, está emplazada Al Udeid, la base con mayor presencia de soldados estadounidenses en la región y fundamental para sus operaciones en la región. En la actualidad, la base aérea acoge a unos 11.000 militares estadounidense y está bien equipada con aviones de combate. Se trata, de hecho, la única base de Oriente Medio que permite a Estados Unidos pilotar aviones bombarderos.

Al mismo tiempo, ha mantenido la línea de interlocución abierta con Hamás, que ha gobernado la Franja de Gaza desde 2006. La oficina política del movimiento islamista palestino abrió sus puertas en suelo qatarí en 2012 en coordinación con Estados Unidos y con el apoyo de Israel a raíz de una petición estadounidense para establecer líneas indirectas de comunicación con Hamás.

Un cierre de la sede qatarí de Hamás, advierten algunos observadores, implicaría cortocircuitar uno de los únicos canales disponibles para la mediación con Hamás, vital ahora para desescalar el conflicto y liberar a unos rehenes, que -según cálculos israelíes- ascienden a 101.