En el elegante barrio de Hydra de Argel una plaza lleva su nombre. “Enrico Mattei, personalidad italiana, amigo de la revolución argelina, defensor tenaz y convencido de la libertad y de los valores democráticos, comprometido con la independencia del pueblo argelino”, reza la placa de mármol que se alza en uno de los rincones del perímetro. El plan diseñado por el Gobierno de Giorgia Meloni para englobar sus políticas hacia África recupera el nombre del político cuya memoria honran los argelinos, en plenos festejos por los 70 años del inicio de la guerra de la independencia que desbarató con la tutela francesa.

“El plan Mattei para África evoca el nombre de Enrico Mattei, bastante mitificado en Argelia por su apoyo a la independencia del país”, reconoce a El Independiente Aldo Liga, investigador experto en mundo árabe del Italian Institute for International Political Studies (ISPI). Mattei fue un político democristiano italiano que en la década de 1950 fundó la petrolera estatal Eni (Ente Nazionale Idrocarburi).

Firme partidario de la independencia de Argelia, se ganó la enemistad de estadounidenses y franceses. Antiguo partisano de la resistencia italiana contra el fascismo, abogaba por la emancipación de los pueblos sometidos a la dominación colonial y se oponía a la hegemonía de las multinacionales angloamericanas en la explotación de los yacimientos de hidrocarburos de Oriente Medio y el Norte de África. Las circunstancias de su muerte en octubre de 1962, en un supuesto accidente aéreo en un pueblo de Lombardía, han abonando desde entonces teorías y sospechas sobre la causa -una bomba oculta en el avión- y la implicación de la CIA, la inteligencia francesa o la mafia siciliana. El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos llegó a considerarlo “una molestia y un obstáculo” en un informe clasificado redactado cuatro años después de su óbito.

Plaza dedicada a Enrico Mattei en Argel. | Francisco Carrión

Un "héroe" para cimentar la nueva sintonía Roma-Argel

“Muchas informaciones apuntan hoy a que a Mattei lo asesinó la inteligencia francesa durante la guerra de liberación argelina”, rememora en conversación con este diario Abdelaziz Rehabi, exministro argelino y exembajador del país en Madrid. “Siempre hemos tenido relaciones muy buenas con Italia. Mattei es un ejemplo. Nos ayudó en el asunto del gas con Francia y en las propias discusiones con París para la independencia. Mattei forma parte de la doctrina política de Argelia, de su memoria colectiva. Aquí construimos las relaciones sobre la base de la confianza mutua”, desliza el diplomático en una suerte de velada comparativa con España.

En la semana en la que Argelia ha anunciado el levantamiento de las restricciones impuestas al comercio desde y hacia España, vigentes durante más de dos años, los empresarios españoles reconocen que el tiempo de parálisis no ha transcurrido en balde. Otros actores de la Unión Europea han aprovechado el vacío dejado por España -una sólida posición construida en la década de los ochenta a partir del suministro de gas- y admiten que será difícil recuperar el terreno perdido. Italia es uno de los países que más se ha beneficiado de las represalias contra España a partir del histórico cambio de posición de Pedro Sánchez en el contencioso del Sáhara Occidental. En este lapso de tiempo, Roma ha firmado nuevos contratos de gas y fortalecido sus lazos comerciales en sectores como el agrícola, el militar o el automovilístico. En diciembre se inauguró la nueva planta de producción de FIAT en Orán, en el oeste de Argelia. Las relaciones bilaterales comenzaron a mejorar durante el mandato de Mario Draghi, al calor de la crisis de Argelia con España.

Mattei forma parte de la doctrina política de Argelia, de su memoria colectiva. Aquí construimos las relaciones sobre la base de la confianza mutua

El plan Mattei, aún por desarrollar, es el emblema de ese guiño a los generales argelinos. La estrategia consiste, en líneas generales, en un inversión inicial de 5.500 millones de euros para mejorar infraestructuras en África que, a largo plazo, acaben proporcionando a los habitantes del continente los recursos que buscan cuando emigran. “Italia y Argelia cuentan históricamente con buenas relaciones, que se han centrado principalmente, aunque no únicamente, en el gas. Prueba de ello es lo sucedido tras la invasión rusa de Ucrania, cuando Argelia se convirtió rápidamente en el primer proveedor de gas de Italia, una evolución que, por supuesto, es rentable para el gobierno argelino”, subraya a este diario Lorena Stella Martini, asesora de Política Exterior del think tank ECCO. Argel suministra el 34% de las importaciones totales de gas de Roma, desbancando ampliamente a Rusia.

“Queda por ver cómo se desarrollará la cooperación entre ambos países en el marco del plan Mattei; de momento, lo que sabemos es que el Plan incluye dos proyectos en Argelia, uno sobre agricultura y otro sobre formación e investigación. Los proyectos sobre el gas no se han mencionado hasta ahora como parte del plan, pero lo que nos tememos es que se incluyan nuevas inversiones en el gas argelino”, apostilla. “Tal hipótesis no estará en consonancia con la ambición del plan Mattei de representar una estrategia innovadora, a largo plazo y beneficiosa para todos en relación con África, que debería, por el contrario, aprovechar las grandes oportunidades con las que pueden ofrecer los países africanos en términos de crecimiento ecológico y transición energética. En este marco, insistir en el petróleo y el gas significaría en cambio centrarse en inversiones que generarían activos varados, no responderán a la seguridad energética de Italia (ya que Italia no necesita nuevo gas para garantizar su seguridad energética) y ni siquiera proporcionarán a Argelia el crecimiento a largo plazo, estable, sostenible e integrador que necesita”, agrega.

Al igual que Argel es crucial para la seguridad energética de Roma, Roma es crucial para la estabilidad de Argelia

Argelia, socio gasístico de Italia para sustituir a Rusia

Liga subraya, además, que “al igual que Argel es crucial para la seguridad energética de Roma, Roma es crucial para la estabilidad de Argelia, ya que la renta del sector de los hidrocarburos es el 'pilar' mismo del sistema político argelino e Italia es uno de los primeros receptores de sus exportaciones energéticas”. España es otro de los principales compradores de gas argelino, cuyo suministro ha permanecido inalterable incluso en los dos años de crisis diplomática que desató el alineamiento de Sánchez con las tesis marroquíes en la excolonia española. Ahora, la nueva crisis originada con Francia -tras el reconocimiento de Macron de la soberanía marroquí sobre el Sáhara- aporta nuevas aristas a la ecuación de Argelia y su vecindad europea.

Meloni, que ha multiplicado sus visitas a Argelia, Libia y Túnez con el trasfondo migratorio y en línea con sus controvertidas políticas para obstaculizar la llegada de migrantes a las costas italianas, persigue potenciar el intercambio económico con Argel en detrimento de otros países europeos como España. “Para el futuro, también existe la idea de exportar a Italia electricidad verde e hidrógeno verde producidos en Argelia, pero esto parece mucho más una utopía que una perspectiva realista, ya que la producción de energías renovables en Argelia es casi inexistente, al menos por el momento”, esboza Liga. “En el marco del Plan Mattei para África, último intento del gobierno italiano de 'replantear' su política de cooperación al desarrollo, Roma y Argel han firmado recientemente un acuerdo para el desarrollo de un proyecto sobre agricultura sostenible en el que participa el grupo italiano Bonifiche Ferraresi”.

Infografía de los gasoductos que conectan África con Europa
El Independiente Gráficos

A finales de octubre una delegación de la empresa italiana SeaCorridor, participada por Eni y Snam, se comprometió en Túnez a intensificar sus inversiones en el país, en particular, en las energías renovables. Precisamente Italia está ligada a Argelia y Túnez por el gasoducto Transmed, que va desde el Sáhara argelino pasando por Túnez, el Canal de Sicilia y cruza toda la península italiana hasta el valle del Po. Una vía que es otro de los pilares de un plan que busca convertir a Italia en un puente para las relaciones energéticas entre el Magreb y Europa. Esta misma semana, el embajador argelino en Roma Mohamed Khelifi reconoció la disposición de Argel a servir a Italia de puerta de acceso al continente africano. “La relación entre Argelia e Italia se ha fortalecido a lo largo de los años, y hoy nuestro país es uno de los principales proveedores de gas para Italia y un socio energético fiable. Este vínculo nos ha llevado recientemente a firmar acuerdos sobre el tema del hidrógeno verde, no sólo con Italia, sino también con otros países como Alemania y Austria”, deslizó en declaraciones a la agencia italiana Nova recalcando la voluntad argelina de “apoyar a los socios italianos interesados en invertir, ofreciéndoles un entorno favorable y numerosos incentivos”.

Italia, nueva puerta de entrada de Argelia en la UE

A juicio de Karim Mezran, director de la Iniciativa para el Norte de África del Atlantic Council, no hay debate en la afirmación de que hoy “Italia es el principal socio de Argelia en la Unión Europea”. “Meloni ha mantenido una equidistancia, ni a favor de Marruecos ni de Argelia. Tampoco en contra de ninguno de los dos. Es un logro de Italia que Argelia no se haya arrojado a los brazos de Rusia o un bloque árabe más radical”, arguye el experto. El plan, agrega, puede incluso ayudar “a un acercamiento entre Argelia y Marruecos”.

“Para ello es necesario que Argelia no se sienta aislada de los países occidentales. La visita personal de Meloni a Argelia en enero de 2023 fue importante por este motivo, al igual que la realizada posteriormente. La diplomacia italiana también participó activamente en el mantenimiento de relaciones abiertas y continuas con el presidente tunecino Saied y en la cálida relación con el gobierno de Trípoli, reconocido por las Naciones Unidas. Aunque esto pueda parecer ideal, Italia y sus aliados deben dar un paso adelante, que propicie un acercamiento más rápido y profundo entre Egipto y Turquía. Esto podría conducir a un acuerdo en Libia en el que la parte occidental, fuertemente bajo la influencia de Turquía, y la parte oriental, que depende totalmente del apoyo egipcio, podrían convencerse de encontrar una salida a su crisis que implique la unidad del país en lugar de la separación. Una Libia unida bajo la protección de Turquía, miembro de la OTAN, y de Egipto, viejo aliado de Estados Unidos, no caerá en el bloque radical. Al contrario, podría incluso ayudar a alejar a Túnez del bloque potencial prorruso, al tiempo que ejercería una influencia contraria sobre la tendencia histórica prorrusa de Argelia, mostrando los beneficios de permanecer junto a Occidente y colaborar con el plan Mattei”, sugiere.

En su juventud, Meloni llegó a apoyar al movimiento nacionalista saharaui. Ahora ha de moverse con cautela

La también investigadora del ISPI, Caterina Roggero, la relación entre Argel y Roma tiene, no obstante, sus complejidades. En el triángulo de Francia y España, se trata de “un matrimonio de conveniencia que se mantiene unido por los intereses primarios de ambas partes (la diversificación de los suministros energéticos para Italia y, para Argel, la búsqueda de legitimidad internacional y de nuevas empresas para invertir en hidrocarburos) en un contexto de profundas diferencias en las visiones de política exterior”. En búsqueda de una narrativa conjunta, Mattei se ha convertido en nexo. “El encanto anticolonial del histórico presidente de ENI sigue prestándose perfectamente a la nueva estrategia de desarrollo de Italia hacia todo el continente”, advierte. En el equilibrismo entre los rivales del Magreb, Meloni ha apostado por la cautela en el dossier del Sáhara. “En su juventud, Meloni llegó a apoyar al movimiento nacionalista saharaui. Ahora ha de moverse con cautela si no quiere enemistarse con Marruecos, y Roma no ha tomado ninguna postura al respecto que vaya más allá del marco de la misión de paz de la ONU”, apunta la analista.

Un apoyo histórico que se probó en la guerra civil argelina

En cualquier caso, la buena sintonía ha crecido sobre las raíces de una historia común respetada y preservada en Argel, como muestra el monolito plantado en una céntrica plaza ajardinada de Argel. Muchos dirigentes del país recuerdan aún que Italia fue uno de los contados países que permaneció a su lado en la cruenta guerra civil de la década de 1990, cuyo recuerdo sigue marcando el modo de estar en el mundo de los argelinos. “No es sólo Mattei, Italia es muy querida por las autoridades de Argel porque los italianos han sido bastante equilibrados en sus relaciones con Argel”, admite Yahia Zoubir, un analista de origen argelino afincado en Francia con buenas conexiones con el establishment argelino.

Cuando la mayoría de las compañías aéreas dejaron de venir a Argelia a causa del terrorismo islamista, Alitalia fue la primera aerolínea en reanudar los vuelos

“En los años 50, cuando los nacionalistas argelinos luchaban por la independencia, encontraron apoyo en Italia. Cuando la mayoría de las compañías aéreas dejaron de venir a Argelia a causa del terrorismo islamista, Alitalia fue la primera aerolínea en reanudar los vuelos a Argelia. Los argelinos nunca lo olvidaron y lo apreciaron mucho, por lo que las relaciones argelino-italianas están en su mejor momento, teniendo en cuenta, además, la conducta de Francia y España”, alega Zoubir. Con Madrid la crisis está lejos de haberse superado a pesar de la llegada de un nuevo embajador argelino y del restablecimiento del comercio. Con París, en cambio, el horizonte resulta más oscuro: el reconocimiento de Macron de que el héroe nacional argelino Larbi Ben M'hidi fue “asesinado por soldados franceses”, en plena celebración de la efemérides del inicio de la contienda, no ha servido para rebajar la tensión que ha provocado el acercamiento a Marruecos y su reciente visita a Rabat.

El plan, presentado en enero durante la cumbre Italia-África, contempla nueve proyectos piloto en Mozambique, Túnez, Marruecos, Egipto, Argelia y la República Democrática del Congo y cinco pilares fundamentales: educación y formación, agricultura, sanidad, energía y agua. En el caso argelino, la iniciativa de prueba está centrada en la vigilancia por satélite de los cultivos y el sector educativo. Para Stella Martini, la principal incógnita ahora es ver cómo se traduce ese idilio en el plan Mattei. “Veremos si las relaciones estratégicas Italia-Argelia evolucionan a la par que el proceso de descarbonización, o dicho de otro modo, si la cooperación con Italia podrá aportar una contribución positiva en el marco de la diversificación y transformación de la economía argelina que deberá ir de la mano del proceso de transición energética del país, con todos los retos pero también oportunidades que ello conlleva para un país como Argelia”, aduce la experta.