Era una de las decisiones pendientes, que habían postergado mientras la guerra de la Franja de Gaza dominaba con el humo de los continuos ataques aéreos el horizonte que se observa desde el poblado. Los vecinos del kibutz Nir Oz, uno de los más afectados por los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, han acordado en votación reconstruir el enclave y regresar a las que fue su hogar, a un tiro de piedra de Gaza.

"Desde el dolor inimaginable por lo que hemos soportado y seguimos soportando, y haciendo un llamamiento al gobierno para que devuelva inmediatamente a todos los rehenes como condición esencial y fundamental para nuestro renacimiento, los miembros de Nir Oz han decidido: ¡el kibbutz Nir Oz se levantará de nuevo!", señalan los habitantes del kibutz en un escueto comunicado. A su juicio, "restablecer el kibutz con la convicción de que regresar al kibutz y fortalecer la comunidad es una victoria real y significativa sobre lo que han pasado y siguen pasando".

Los miembros de Nir Oz se reunieron este lunes para debatir y votar sobre el futuro de la comunidad. La discusión sobre el futuro había permanecido abierta desde el ataque, con opiniones a favor y en contra. En una visita el pasado verano, Irit Lahav, hija de uno de los fundadores del kibutz, reconoció a El Independiente que la decisión levantaba controversia: “La idea es demolerlo todo y construirlo de nuevo. Calculamos que nos llevará tres años hacerlo”. “¿Volverán todos? No lo sabemos. En tres años hasta yo misma puedo cambiar diez veces de opinión. La situación sigue sin estar clara”, agregó quien anticipó que reforzarán las medidas de seguridad.

"Calculamos que nos llevará tres años hacerlo"

Desde los ataques, cinco personas habían retornado y se habían establecido en mitad de la destrucción. El resto sigue desplazado. En Nir Oz -donde residían unas 400 personas, con una destacada comunidad de origen argentino- el ataque segó la vida de 46. Alrededor de 70 fueron secuestrados y llevados a la Franja de Gaza. No obstante, este lunes una abrumadora mayoría expresó su deseo de regresar y rehacer el complejo a pesar incluso del hecho de que el futuro de la Franja de Gaza, reducida a escombros y con más de 43.000 palestinos muertos, sigue siendo incierto. La contienda prosigue y el Gobierno israelí carece de plan para el día después de la guerra. En otros enclaves de la zona se han producido iniciativas similares. En el de Be'eri, unos 200 vecinos han optado también por retornar.

Las previsiones de la administración del kibutz es que el proceso de rehabilitación incluya la demolición y reconstrucción de alrededor del 80% de las viviendas del kibbutz debido a los grandes daños causados por Hamás el 7 de octubre. “Queremos reconstruirlo de cero y hacer de este lugar un espacio ecológico, que se abastezca con energía solar, con agua reutilizada y con la menor huella de carbono posible. Queremos contar con mejores instalaciones deportivas. Nuestro objetivo es hacerlo aún más atractivo para que quienes consideran que es arriesgado se den cuenta de que puede ser un buen sitio para vivir. Y eso me lo aplico también a mi”, relató Irit, tras advertir de que “dentro de tres años seguirá habiendo riesgos”.

De momento, el lugar se ha convertido en una zona de peregrinaje. En febrero recibió la visita del presidente argentino, Javier Milei. En el comunicado, la administración del poblado insta a Benjamin Netanyahu a que "asegure una construcción óptima, a gran escala y generosa de Nir Oz, que surja de un deseo sincero y genuino de que el kibutz renazca" y pide que ofrezcan alternativas a quienes "no pueden regresar debido a sus experiencias traumáticas".