El destino a veces es obstinado. Hace 24 años Friedrich Merz (Brilon, 1955) vio cómo pasaba por delante de él en la carrera por el liderazgo de la CDU (Unión Cristiano Demócrata) una mujer que muchos pensaron que sería una figura de transición. Se llamaba Angela Merkel, se había criado en el este de Alemania, y sobresalió cuando se rebeló contra su padrino político, Helmut Kohl. Merz pensó que en un par de años Merkel sería fagocitada por sus rivales dentro y fuera del partido. Sin embargo, Merkel llegó a la cancillería en 2005 y fue ganando elección tras elección hasta su retirada en 2021. Dos décadas después de la primera victoria de Merkel, ha llegado la hora de su némesis en la CDU. Es la esperanza de la UE para lidiar con Donald Trump.
Después de una larga travesía en el desierto del principal partido conservador alemán, Merz lograba ser elegido en septiembre pasado como candidato a canciller de la Unión al imponerse a Markus Söder, su rival de la CSU, el partido socialcristiano, la versión bávara de la CDU. Superaba así el último obstáculo para conseguir su sueño de ser canciller federal.
Cuando Merkel impuso su poder en la CDU, Merz, que empezó como eurodiputado en 1989, se vio sin futuro político y decidió volcarse en el mundo de las finanzas. En 2009 dejó su escaño y empezó a trabajar en una empresa de Düsseldorf. Llegó a ser ejecutivo de BlackRock Alemania, empresa de gestión de inversiones. Así se hizo una fortuna, aunque él dice que es "clase media alta".
Lleva 40 años casado con una juez y es un perfecto burgués sin nada estridente en su biografía. Le encanta pilotar y a veces lo hace en aviones privados. Es buen orador, pero muchas veces comete errores de comunicación por ser demasiado directo. Llamó "pequeños pashas" a los inmigrantes musulmanes o dijo contra las ayudas sociales que no podía ser que ganara más el que no trabaja que quien lo hace duramente. Der Spiegel le describía como un torero que coloca la muleta en su propio estómago.
A la cuarta va la vencida
Regresó a la política y volvió a optar al liderazgo de la CDU en 2018 pero perdió frente a la favorita de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, que tuvo que dimitir en 2020 al verse desautorizada por una decisión de acercamiento a AfD en Turingia. Pero Merz tampoco pudo imponerse en 2021 frente a Armin Laschet, que fracasó en su intento de mantener la cancillería en otoño de 2021. Como resultado de esas elecciones, por primera vez en Alemania hubo en el gobierno un tripartito formado por socialdemócratas, liberales y verdes.
https://www.elindependiente.com/internacional/2024/11/06/el-gobierno-aleman-se-rompe-al-destituir-scholz-a-los-cuatro-ministros-liberales/La llamada coalición semáforo (por los colores de los tres partidos) se rompió en pedazos el pasado 6 de noviembre cuando el canciller Olaf Scholz destituyó al ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, por sus discrepancias sobre el techo de la deuda. Tanto socialdemócratas como verdes querían apelar a un estado de excepcionalidad para no respetar el límite del 0,35% fijado en la Constitución alemana, mientras los liberales se opusieron.
Lindner estaba ya trabajando en su programa electoral. Los sondeos dan a los liberales hasta ahora un porcentaje inferior al mínimo del 5% así que se juegan no estar en el próximo Bundestag.
Rumbo a las urnas el 23F
Al quedarse en minoría, el gobierno de Scholz ha de convocar una moción de confianza que daría paso a la convocatoria de elecciones. Tras un acuerdo entre CDU/CSU y SPD sobre la fecha, los diputados votarán el 16 de diciembre y las elecciones se celebrarán el 23 de febrero, siete meses antes de lo previsto.
Los sondeos apuntan a que la Unión será la formación más votada, con más del 32% de los votos. De este modo, su candidato a la Cancillería, Friedrich Merz, será quien suceda al socialdemócrata Olaf Scholz, que está en horas bajas. Aún así es posible que de las elecciones surja una nueva Gran Coalición, formada por la Unión y el SPD, una fórmula a la que recurrió Merkel en tres de sus cuatro mandatos. Es una opción que permite avances en tiempos de crisis, como en la actualidad, ya que Alemania está en recesión y su industria necesita una reestructuración, pero suele dejar mucho espacio en la oposición a la ultraderecha.
Sin embargo, según como queden Verdes y Liberales, también podrían ser posibles aliados de la Unión. Tras el órdago de Lindner, su partido, el FDP, ha empezado a recuperar fuelle y ahora ronda el 5% en los sondeos. Lo que está descartado es que Merz mire a Alternativa para Alemania (AfD), aunque con más del 19% sería la segunda fuerza política. Tampoco sería fácil pactar con la Alianza Sahra Wagenknecht por su posición sobre la guerra de Ucrania. En nombre de la "paz", Wagenknecht aboga por dejar de ayudar militarmente a Ucrania.
Sobre Merkel, enmienda casi a la totalidad
Friedrich Merz pertenece al mismo partido que Angela Merkel pero ni forma parte de la misma tendencia en la CDU ni tiene como referente a la ex canciller. Merz pertenece al ala liberal, mientras que Merkel era socialconservadora. En 2008 publicó Mehr Kapitalismus wagen, y siempre ha sido un claro defensor de los lazos transatlánticos y la Unión Europea.
No se ha pronunciado sobre el límite constitucional a la deuda, pero la CDU de Wolfgang Schäuble siempre fue defensora del llamado schwarze Null (endeudamiento cero). Sin embargo, en la cancillería tendrá que hacer frente a agujeros presupuestarios que precisarán soluciones imaginativas si no se recurre a más deuda.
Merz ha sido muy crítico con la política migratoria de Merkel y sus puertas abiertas, y también hace responsable a la ex canciller de la dependencia energética alemana de Rusia. El líder democristiano considera que fue un error el cierre de las centrales nucleares, que decidió Merkel tras el desastre de Fukushima.
Sobre Ucrania y Rusia, Merz ha sido muy contundente. Asegura que si llega a la Cancillería exigirá a Putin que deje de bombardear ciudades y si no lo hace, defenderá que Alemania y los aliados permitan a los ucranianos utilizar misiles de largo alcance como los Taurus, de 500 km, contra Rusia en su territorio.
Está a favor de que Alemania, junto con Francia y Polonia, asuman el papel de liderazgo en apoyo a Ucrania si EEUU con Trump da un paso atrás. En una tribuna en Le Monde, ha escrito que fue un error cancelar la cumbre de líderes en Ramstein, prevista para principios de octubre, solo porque Joe Biden no podía participar debido al huracán en Florida.
También considera que el primer ministro polaco, Donald Tusk, tenía que haber sido invitado a una reunión posterior con líderes de Alemania, Francia y Reino Unido. Merz, cuyo padre nació en Breslavia, actualmente en territorio de Polonia, puede ser también vital para que se reajusten las relaciones entre Berlín y Varsovia, ahora en punto muerto.
Merz, sin embargo, va a tener que focalizarse en los problemas de una Alemania que ha llevado al autor del Financial Times Wolfgang Münchau a escribir un libro titulado Kaputt, sobre cómo ha entrado en crisis el modelo que representaba la locomotora de la UE. Ha perdido la energía barata procedente de Rusia y China ha empezado a copiar su tecnología. Aboga por la liberalización de la economía y una moratoria en las regulaciones de Bruselas.
Cuando asuma el 20 de enero el presidente electo, Donald Trump, aún no se habrán celebrado elecciones en Alemania, pero en primavera Friedrich Merz podría estar ya en la Cancillería, preparado para gobernar la República Federal y dar impulso a Europa.
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hace 1 mes
Me parto de risa con la gacetillera ultraprogre. Otro gobierno de rojelios fracasados que se va a tpc. Sánchez va camino de quedar como una excepción en Europa.
Dice la gacetillera que Merz va a impulsar la UE. Ah sí, ¿cómo lo va a hacer con una economía en recesión, las empresas anunciando cierres de fábricas y despidos masivos, y los costes energéticos disparados? ¿con quién va a pactar, con los mismos que han llevado Alemania al desastre? ¿en el exterior con un Macron que cada vez pinta menos y que bate records de impopularidad? Brindo por la ruina de Alemania.
¿De dónde han sacado a esta mujer? sus análisis no pueden ser más ridículos y sectarios.