La guerra en Ucrania se encamina hacia su tercer año pero a partir del 20 de enero de 2025 en Estados Unidos, principal valedor del gobierno de Volodimir Zelenski, cambia el escenario. Donald Trump vuelve a la Casa Blanca y su prioridad en política exterior no es Ucrania, como queda en evidencia con tres designaciones clave: Mario Rubio como secretario de Estado, Pete Hetseth a cargo de Defensa y Mike Waltz como consejero de Seguridad Nacional.
Para la nueva Administración Trump la guerra de Putin no puede llevarse más fondos del erario público. Europa y todo lo que sucede al otro lado del Atlántico les concierne muy tangencialmente. La prioridad es para Rubio y Waltz, los dos de Florida, la inmigración, y para Hetseth, un comentarista de Fox con pasado en la Guardia Nacional, cómo enfrentarse a China, su principal rival.
Marco Rubio tiene prohibida la entrada en la República Popular por su posición pro Taiwán, así que más allá de la frontera donde mirará el equipo del republicanos será a Asia. El secretario de Estado electo asegura que Trump seguirá apoyando a Taiwán, como hizo en su primer mandato.
¿Son pro Putin? No exactamente pero desde luego no defienden que hay que dar a Ucrania "todo lo que sea necesario", como sostenía la Administración de Biden, y la aspirante demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris. No parece muy realista imaginar a Rubio yendo una y otra vez a Kiev como ha hecho Antony Blinken, el secretario de Estado de Biden.
El líder ruso, Vladimir Putin, felicitó a Trump por su victoria y le llamó "valiente". Recordó cómo Trump ha sido "perseguido" desde todos los ángulos. Putin añadió que lo que dice Trump de que puede ayudar a terminar la guerra en Ucrania "al menos merece atención".
También el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, saludó a Trump nada más conocerse su triunfo y recordó el encuentro que mantuvieron en septiembre. Zelenski se mostró confiado en que el presidente electo ayude a conseguir "una paz justa".
Negociar con Putin sin saber qué
En los últimos días, el senador Marco Rubio, que será el primer descendiente de cubanos que dirige la diplomacia de EEUU, ha indicado que el conflicto en Ucrania debe terminar en la mesa de negociaciones. En el programa Meet the Press de la NBC, Rubio dijo, eso sí, que Kiev debería entrar en las negociaciones desde una posición de fuerza. En su opinión, los ucranianos también deben sentirse "cómodos" con un acuerdo negociado que, en su opinión, significa que conservarán "su soberanía". Para Rubio EEUU está financiando el estancamiento del conflicto.
Es la misma idea que expuso Kurt Volker, ex enviado de Trump para Ucrania en su primer mandato, en entrevista con El Independiente. Volker aseguraba que si ganaba Harris la guerra se prolongaría durante años, porque tampoco la Administración demócrata estaba dispuesta a dar pasos como dar luz verde a que Ucrania use misiles de largo alcance contra Rusia en su territorio.
Por el contrario, Volker cree que con Trump habría una negociación con garantías de seguridad para Ucrania, siempre y cuando fueran los aliados europeos quienes sufragaran los gastos. Alemania y también Polonia son los más firmes defensores de Ucrania en la actualidad. Sin EEUU aseguran que seguirán adelante.
Lo que parece que dan por hecho Trump, un político al que le gusta negociar por su trayectoria como empresario, y su equipo es que hay que llegar a un acuerdo con Putin, quien sigue enviando a sus hombres a la guerra sin dar muestras de estar dispuesto a ceder. La Inteligencia británica calcula que mueren 1.500 soldados rusos al día. Por eso han recurrido a las tropas norcoreanas.
Cada vez parece más probable que Kiev tenga que aceptar una consolidación de la actual línea de frente, es decir, perdería definitivamente Crimea y gran parte del Donbás. Rubio se ha negado a respaldar la visión de neutralidad para Ucrania del vicepresidente J.D. Vance. Pero también está muy lejos del secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, que ha estado impulsando un plan para crear un fondo de 500.000 millones de dólares para la compra de armas estadounidenses para los ucranianos.
Arriesgado nombramiento en Defensa
En el caso de Hegseth, está claro que Trump no quiere a nadie que le contradiga en el Departamento de Defensa. Sería la primera vez que ocuparía este puesto alguien que no tiene experiencia de mando en las Fuerzas Armadas. Ha estado en Irak y Afganistán con la Guardia Nacional, pero no tenía alta graduación. Y lo peor es que se ha distinguido como un radical confeso que lleva tatuada una cruz, como un cruzado en el pecho. Fue uno de los 12 miembros de la Guardia Nacional que la Administración Biden apartó del juramento en enero de 2021.
Como se puede leer en su libro, The War on Warriors: Behind the Betrayal of the Men Who Keep Us Free, publicado en junio, está obsesionado con acabar con todo lo que tiene que ver con la ideología woke en el Ejército y para ello pide que se hagan purgas. Por ello mantiene, como dijo en Fox News, que lo que está ocurriendo en Ucrania "es importante, pero palidece en comparación con la delincuencia que veo en mis calles, con la wokeness que veo en mi cultura, con la inflación que veo en mi bolsillo, con la verdadera frontera que me preocupa, que es la frontera sur, que está abierta de par en par. En todos y cada uno de los temas, la calidad de vida del estadounidense medio ha bajado".
Aún así, en Ucrania siguen confiando en que su coraje sobre el terreno termine por convencer a Trump y su equipo de que no hay que sentarse en la mesa hasta que las condiciones sean más favorables a Ucrania. Según el semanario The Economist, los ucranianos tienen incluso algunas esperanzas de mejorar tras la victoria de Trump.
Durante una reciente reunión con Trump, Volodimir Zelenski habría ofrecido a los estadounidenses un acceso privilegiado a las materias primas ucranianas. Zelenski sabe que Trump no ha prometido lealtad a nadie, sino que funciona en defensa de sus intereses, y si apoyar a Kiev es un negocio rentable lo hará. Esas fotos de Melania Trump desnuda en la principal cadena de televisión rusa son una advertencia del Kremlin: sabemos que Trump es impredecible y si no se pone de nuestro lado le trataremos como a un enemigo.
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