Donald Trump asume el 20 de enero como presidente de Estados Unidos. Es la realidad y la Unión Europea ha de estar preparada para su mandato. Si atendemos a sus designados para puestos clave como la secretaría de Estado, a cargo de Marco Rubio, o Defensa, Pete Hegseth, Europa y la guerra en Ucrania dejarán de ser una prioridad. Por ello, la Polonia de Donald Tusk, que asume la Presidencia del Consejo de la UE el 1 de enero, va a celebrar la semana próxima una reunión de los jefes de la diplomacia de Francia y Alemania (con Polonia forman el grupo de Weimar). Y la idea es que incluso se incorporen representantes de Italia y el Reino Unido, según ha publicado el diario Rzeczpospolita.

El calendario de reuniones de los representantes de los países de la UE apenas está tomando forma. Sin embargo, ya han confirmado provisionalmente su llegada a Varsovia el 19 de noviembre el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Noël Barrot, y la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, según Rzeczpospolita.

Weimar plus sin España

También les acompañaría el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, tiene una excelente relación con Elon Musk, convertido en una pieza clave del equipo de Donald Trump. Incluso Musk ha amonestado en X a los jueces por plantar cara a los deseos de Meloni sobre el traslado de migrantes a Albania y se ha topado con una contestación del presidente, Sergio Mattarella, que aconsejó a Musk que no tratar de injerir en los asuntos italianos.

Tanto el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, como el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, están el 19 en el G20 en Río de Janeiro.

Los británicos también están en disposición de asistir a la reunión. Aunque el Reino Unido esté ya fuera de la UE, el gobierno de Keir Starmer sabe que ha de resetear la relación con Estados Unidos y con sus antiguos socios europeos. Y en la OTAN tienen objetivos comunes sobre Ucrania. Aún está por definir si vendría a Varsovia el ministro de Exteriors, David Lammy, o el titular de Defensa, John Healey. El objetivo es que si no puede ser en este encuentro en otro próximo también participe el ministro ucraniano de Exteriores, Andriy Sybiha.

Macron y Scholz, 'patos cojos'

Polonia toma la iniciativa no solo por el hecho de que asume la presidencia del Consejo de la UE en el primer semestre de 2025, sino porque tanto Alemania como Francia atraviesan una crisis política que ha convertido a sus dirigentes en patos cojos. En el caso de Alemania la cuestión se resolverá con elecciones anticipadas del 23 de febrero.

La coalición semáforo ha colapsado y el canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, encabeza ahora un gobierno en minoría. Según los sondeos, le sucederá el democristiano, Friedrich Merz, pero tendrá que formar una coalición bien con los liberales, con los Verdes, o quizá con los socialdemócratas. Pero Merz emergerá como un líder sólido que será un interlocutor fuerte con Trump.

En Francia, el gobierno de Michel Barnier está atado de pies y manos por la fuerza de los antisistema en la Asamblea Nacional. De hecho, Barnier llegó a Matignon gracias a que no puso objeciones a su nombramiento la líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen. El presidente Emmanuel Macron no acaba su mandato hasta 2027 pero ni siquiera van a poder aprobar el presupuesto sin recurrir al artículo 49.3, un polémico mecanismo que permite saltarse la votación en la Asamblea Nacional. Lo aplicó Macron para aprobar la reforma de las pensiones.

Durante la reunión de la Comunidad Política Europea celebrada en Budapest el 8 de noviembre, Tusk habló durante más de una hora con Emmanuel Macron. También se vio con el primer ministro británico, Sir Keir Starmer. El siguiente paso al encuentro de jefes de la diplomacia en Varsovia sería un encuentro en París, Londres o Varsovia de los tres. Con Alemania Tusk está decepcionado, debido a la falta de avance por el tema de las reparaciones a víctimas del nazismo, pero la era Trump, y el previsible cambio en Berlín, pueden dar una nueva oportunidad a la relación.

El primer ministro polaco apuesta, como dice Le Monde, por el acercamiento al grupo de los Nórdicos Bálticos (NB8), que son los países que más en serio se toman la defensa por los avances rusos en Ucrania.

Europeos con voz sobre Ucrania

El mayor temor de los europeos, sobre todo de los dirigentes de Polonia, los Bálticos y los países nórdicos, es que Trump quiera pactar con Putin sin escuchar los argumentos de quienes conocen bien al líder del Kremlin. Si Trump negociara con Putin sin escuchar a los ucranianos y a sus vecinos próximos, dejaría en posición de clara debilidad el flanco oriental de la UE. Y sobre todo a los Países Bálticos. La idea es mostrar a Trump que tiene más intereses en común con los europeos que con la Rusia de Putin.

La nueva Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la estonia Kaja Kallas, trabajará en ese sentido. Sería clave que Kallas y la troika de Weimar puedan verse cuanto antes con el jefe de la diplomacia designado por Trump, Marco Rubio. Aún así, su propia elección, el primer descendiente de cubanos al frente de la diplomacia de EEUU, indica hacia dónde mira Trump. Frontera y China. Y no esconde que su "presidente favorito" es el argentino Javier Milei, el primero al que ha recibido en Mar-a-Lago. Y eso que Viktor Orbán estuvo haciendo méritos.