El talón de Aquiles de Radoslaw Sikorski se llama Anne Applebaum. La elección de Donald Trump ha transformado lo que era una fortaleza del jefe de la diplomacia polaca, su estrecha relación con la Administración Biden, en su debilidad. Su esposa, la periodista y escritora Anne Applebaum, es un símbolo del antitrumpismo. Sikorski aspira a ser candidato de Plataforma Cívica a la Presidencia y presentaba su experiencia internacional como su principal aval. Habría sido así con Kamala Harris en la Casa Blanca, pero con Trump su posición se debilita.
Es la razón por la que nada más conocerse el resultado de las presidenciales en Estados Unidos Sikorski declaró que tenía buena relación con la Administración saliente y con la entrante. "Estoy en contacto permanente con los más altos representantes de seguridad en ambos campos", dijo tras felicitar al presidente electo, Donald Trump. En inglés, escribió que la cooperación entre ambos países era buena para la nación polaca y la estadounidense.
La baza de la "seguridad"
Sikorski se presenta como el candidato que puede hacer más por "la seguridad de Polonia". Con sus excelentes relaciones con la Administración Biden, probablemente sería su gran baza. Pero, aunque asegure que tiene contactos con los que vienen, no parece que Marco Rubio, que mira sobre todo a la frontera sur y a América Latina, o a Taiwán, o el dueño de X, Elon Musk, le tengan en su agenda. Musk admira a Milei y a Meloni. Trump ha dicho que su presidente favorito es Milei.
Applebaum, con quien lleva casado desde hace 32 años y es ciudadana polaca desde hace 11 años, ha comparado el lenguaje de Donald Trump con el de Hitler, Stalin o Mussolini por "deshumanizar" a sus contrincantes políticos, en un artículo publicado en octubre en 'The Atlantic'.
La periodista, nacida en Washington hace 60 años en el seno de una familia judía, acaba de publicar Autocracy Inc. The dictators who want to run the world (Autocracia S.A: los dictadores que quieren gobernar el mundo). Desde que ganó Trump ha dicho que no hace declaraciones a los medios polacos y ha reducido su actividad en la red social de Elon Musk.
Compite con el alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski, quien no tiene la misma experiencia internacional aunque habla bien varios idiomas (incluido el español) y sí puede presumir de su papel de gestor de una gran ciudad, y de no haberse ganado la enemistad de Trump. Sobre el papel, Trzaskowski, que ganó en mayo pasado en primera vuelta la reelección como alcalde, tiene ventaja sobre Sikorski, o al menos eso indican los sondeos.
El resultado de las primarias se dará a conocer el 7 de diciembre. Quien sea elegido por los militantes de Plataforma es muy posible que sea el presidente porque en los sondeos cualquiera de los dos se impone al candidato del PiS, aún por conocer.
Nervios a flor de piel
Sikorski, conocido por su falta de temple, está dando muestras de que sabe cuál es su debilidad y que se sabe en peor posición por los resultados al otro lado del Atlántico y eso le hace perder los nervios. Esta semana en una entrevista con Monika Olejnik en la cadena de televisión TVN se vio sorprendido por una pregunta sobre el origen judío de su esposa. Al final de la conversación en Kropce nad i (el punto sobre la i), Olejnik comentaba que había leído un artículo en el que aludían a los problemas que podría plantear a algunos de sus correligionarios que su esposa fuera de origen judío.
Sikorski primero espetó a la periodista qué le parecía a ella y cuando le inquirió de nuevo salió del paso aludiendo a que sería como una tradición, ya que la esposa del actual presidente, Agata Kornhauser-Duda, también es judía. Applebaum le reprochó en el pasado a la actual primera dama que ocultara este hecho.
Ahí podría haber quedado el embrollo. Pero Sikorski no se despidió de la periodista y escribió un tuit contra ella y contra la cadena en un tono amenazante. "Considero inaceptable que en las elecciones presidenciales se trate el origen de la esposa del candidato. Contrariamente a las insinuaciones de la editora Olejnik, no somos un país de antisemitas. Exijo que TVN y Warner Bros. / Discovery restablezcan los estándares periodísticos".Warner Bros/Discovery es la propietaria americana de TVN.
Una cuestión espinosa
La cadena TVN se distinguió durante el mandato del partido Ley y Justicia por su batalla por la libertad de expresión. El anterior gobierno quería cerrarla, pero el presidente Biden defendió su continuidad y lo marcó como una línea roja. Es decir, no estaba Sikorski ante un medio nacionalpopulista, ni ante una periodista al servicio del PiS. Y si no quería que se convirtiera en un tema en la campaña su reacción furibunda provocó el efecto contrario. Todo el mundo habló de ello. Trzaskowski le brindó su apoyo y dijo que las familias eran sagradas.
La cuestión del antisemitismo es espinosa en Polonia. Por un lado, es el país donde los judíos vivieron mil años y donde mejor se integraron antes de sufrir el Holocausto. Sin embargo, es donde los nazis masacraron a millones de judíos polacos y por ello la población judía ahora es mínima y su número es difícil de calcular porque hay quienes son descendientes pero no profesan la religión y otros, sin embargo, que han vuelto de Israel en busca de un lugar más tranquilo donde están sus ancestros. En el comunismo hubo dirigentes judíos que se unieron a las filas del régimen y eso obró en contra de la fama de la comunidad.
Pero más allá del origen judío también se planteaba, sin nombrarlo, la procedencia de Applebaum. Estados Unidos es un país amigo en Polonia y así se percibe, pero hay militancias que tienen un precio. Applebaum siempre ha sido una firme defensora de la democracia liberal, algo que podía ser revolucionario en un país en transición desde el comunismo al que llegó en 1989. Pero con la vuelta de Donald Trump al poder, el mismo que alentó el asalto al Congreso en enero de 2021, ser demócrata liberal es rechazar lo que defiende Trump.
Muy emocional y vengativo
Otra lectura no menos relevante de la reacción de Sikorski se refiere a cómo perdió el control ante una situación que considera que amenaza sus intereses. Jerzy Haszcyński, jefe de internacional de Rzeczpospolita, resumía muy bien en un tuit los errores de Sikorski, en la entrevista, que pueden afectar a sus ambiciones presidenciales: "En primer lugar, demostró que reacciona emocionalmente y tiene poco aguante. Él mismo insiste en que la principal área de actividad del presidente es la seguridad (y su ventaja potencial sobre Trzaskowski), lo que requiere nervios de acero. Sus interlocutores pueden ponerle a prueba. En segundo lugar, exigió públicamente a la cadena TVN, y con menos habilidad ya que su esposa es nacida en EEUU, a su propietario estadounidense que restableciera 'los estándares periodísticos'. El ministro no es un experto en medios de comunicación. Y no debería utilizar su posición para imponer nada a los propietarios de los medios".
Con el fin de adelantarse a quienes tiren del hilo y después de poner sobre la mesa el origen judío de Applebaum, recurran a su feroz crítica a Donald Trump, Sikorski está haciéndose eco de todos los comentarios de dirigentes de Plataforma en su defensa. Donald Tusk no ha intervenido porque probablemente no quiere decantarse públicamente por los dos competidores. También Sikorski ha difundido una encuesta que le sitúa por encima de los dos favoritos para ser candidatos del PiS, Karol Nauricki, y Przemysław Czarnek.
En su favor también ha mostrado el apoyo a Anne Applebaum del actual embajador de EEUU en Varsovia, Mark Brzeziński, hijo del ex asesor de Jimmy Carter, Zbigniew Brzeziński, nacido en la capital polaca. El diplomático ha escrito en sus redes: "Anne Applebaum es una querida amiga. Ella personifica lo mejor de las relaciones entre Estados Unidos y Polonia".
Y no le falta razón. Pero el embajador estadounidense representa a la Administración saliente. Resulta que quien tenía acceso a Donald Trump antes de su elección era el presidente Andrzej Duda, del PiS, quien no puede mantenerse un mandato más. Duda felicitó con entusiasmo a Trump por su triunfo: "Lo lograste". Es quien tendría que explicar a Trump por qué no puede plegarse a lo que diga Putin sobre Ucrania sin escuchar a los europeos, sobre todo a los vecinos de Ucrania y de Rusia. Eso sí que sería hacer un servicio a la seguridad del continente. Pero nadie sabe si Duda habla con Trump o solo escucha.
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