El hombre más rico del mundo, Elon Musk, y el una vez rival de Donald Trump Vivek Ramaswany han prometido que reducirán el gasto público estadounidense en 500.000 millones de dólares (unos 477 millones de euros) al año. Lo han confirmado ambos en una columna de opinión que han escrito en el periódico Wall Street Journal, en la que primera vez explican cuál es el propósito del futuro Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), que ambos van a liderar. Dicho departamento no es una secretaría -lo equivalente en EEUU a los ministerios españoles- ni lo será en el gobierno de Trump -ambos dicen que serán "voluntarios"-, pero sí actuará a modo de ente asesor para recomendar al presidente qué debe hacer para hacer más eficiente el gobierno. 

La principal noticia de la columna es que los empresarios ahora han rebajado considerablemente los dos billones de costes anuales que hace semanas creían prescindibles si tan solo se despedía a "burócratas" y se rebajaba el precio de contratos demasiado caros. Los economistas ya les advertían de que para alcanzar esa cifra se verían obligados a terminar con partidas de gasto que Trump ha prometido mantener y también de algunas que no dependen del presidente de EEUU, con lo que entendían que no van a poder cumplir sus promesas.

De hecho, los medios americanos recuerdan que este no sería el único gobierno que promete recortar drásticamente el gasto público y se queda por el camino. Fue por ejemplo el caso de Ronald Reagan, que contrató en los 80 al empresario J. Peter Grace para llevar a cabo reformas en esta línea. De su trabajo salieron 2.500 recomendaciones pero la mayoría nunca se aplicó. Pero echemos un vistazo un poco más detallado a en qué se gasta dinero Estados Unidos y dónde quieren recortarlo Musk y Ramaswany.

¿Cómo pretenden recortar 500.000 millones de dólares al año? Aseguran que recortarán en la Corporación para la Radiodifusión Pública, una institución que garantiza el acceso a los servicios de telecomunicaciones (535 millones al año), en organizaciones internacionales que reciben becas cada año (1.500 millones al año) y que desmantelarán Planned Parenthood, una organización encargada de prestar servicios de salud sexual y reproductiva (300 millones al año). El mensaje principal es que no recortarán de lo esencial sino de gastos que "o bien el Congreso no ha autorizado o bien se usan de maneras que el Congreso nunca buscó".

El artículo no concreta mucho más. "Estamos preparados para la embestida de los fuertes intereses de Washington. Pero vamos a resistir. Este es el momento de tomar cartas en el asunto. Nuestro principal objetivo es eliminar la necesidad de la existencia del DOGE (el Departamento que dirigirán) como máximo el 4 de julio de 2026, esa es la fecha de caducidad que hemos fijado para nuestro proyecto. No habrá mejor regalo de cumpleaños para nuestro país en su 250 aniversario que entregar un gobierno federal que haría que nuestros padres fundadores se sintieran orgullosos", han escrito.

¿En qué se gasta el dinero EEUU?

En Estados Unidos dos tercios del gasto público son obligatorios porque corresponden a la Seguridad Social y a Medicare, el programa sanitario para mayores y discapacitados, mientras que el gasto discrecional se emplea sobre todo en defensa -una partida que Trump ha prometido reforzar, no reducir-. Si se consulta en qué gastos está incurriendo EEUU que el Congreso no haya autorizado -pero debería, como citan los futuros responsables del gasto público-, se encuentra las prestaciones sanitarias para veteranos de guerra, algo que no está en la lista de Musk y Ramaswamy.

Ambos también han insistido en que se librarán de todo el personal innecesario, esos administrativos que, en su opinión, sobran en lo público -y prometen ayudar a esos empleados que serán despedidos a encontrar nuevos trabajos en el sector privado-. Pero los economistas recuerdan que despidiendo no conseguirán un enorme ahorro. Por ejemplo, el gasto en personal de la Seguridad Social estadounidense supone el 0,5% del total, puesto que pesan mucho más las prestaciones. En Estados Unidos, como también pasa en España, el envejecimiento de la población y el consecuente incremento del gasto en sanidad y otros programas que eso supone es lo que aumenta el gasto público.

"Eso significa que incluso si reemplazas a todos los empleados del Gobierno por bots de inteligencia artificial los ahorros serían una miseria en comparación con todo el presupuesto federal", recuerda Axios. En concreto, los mayores gastos del Gobierno federal son la Seguridad Social (1,3 billones de dólares), Medicare (un billón), Medicaid (616.000 millones), las prestaciones de desempleo y las ayudas para personas con bajos ingresos (448.000 millones) y las pensiones de los empleados públicos federales (197.999 millones). Son el 69% del gasto del Gobierno, más del doble del gasto en defensa y el resto del gasto discrecional junto, repasa el mismo medio.

En total Seguridad Social, sanidad y defensa suponen un gasto de 6,7 billones de dólares al año en EEUU, lo que hace poco viable que se recorten dos billones, como en un primer momento aseguraban ambos empresarios. No obstante, es posible encontrar gastos redundantes federales. Es conocido que Medicare y Medicare gastaron 100.000 millones de dólares en "pagos erróneos" el año pasado -aunque encontrar quién está recibiendo por error una prestación lleva tiempo y dinero-, por no mencionar otras noticias del estilo que posiblemente sean las que han llevado a Musk a ofrecerse para este trabajo. La cuestión es hasta dónde llegará. Solo lo dirá el tiempo.